¿Agremiados del SNTE a Morena?
Joel Vicente Cortés
Después de la declaración pública (18.Feb.2025) del Secretario General de Comité Nacional del sindicato nacional de trabajadores de la educación (SNTE), respecto a la militancia por lealtad en el partido Morena,muchos agremiados de esta organización sindical se preguntan: ¿Serán afiliados en masa como militantes del partido Morena? El asunto alarma a propios y extraños. Entonces, frente al alarmismo que generó la declaración del dirigente nacional en la expectativa de los agremiados de esta posibilidad, es oportuno intentar un ejercicio de análisis que pueda responder las dudas. Para abordar el tema veamos algunos referentes históricos:
El SNTE desde su fundación (30.dic.1943) y reconocimiento (15 de mzo.1944) ha cargado con un pecado de origen. Fue creado, fundado en el marco de la formación del poder político en México. La reinstitucionalización posrevolucionaria auspicio el nacimiento del sindicato desde el poder político y desde entonces, siempre ha estado ligado a la política partidaria. Como un estigma, en el pecado ha llevado la penitencia. Así, en el origen, aquellos promotores sindicales que buscaban una organización magisterial única, pausaron sus pugnas, se unificaron y coincidieron en elegir como primer Secretario General: al historiador Luis Chávez Orozco, prestigiado militante de izquierda, que desvinculado de los bloques magisteriales asumió la condición para garantizar la unidad de los maestros en la nueva formación sindical unitaria. (G.Peláez.2001)
El periodo que va de 1943 a 1949 sería hegemonizado por distintas posiciones de la izquierda moderada, pero en el II Congreso Nacional Ordinario realizado en 1948, cambiarán la correlación de fuerzas en las dirigencias del SNTE. Muchos comunistas que fundaron, formaron y dirigieron en el origen al SNTE, luego fueron purgados y desplazados por el nacionalismo revolucionario (abuelos del PRI) que procesaron la corporativización para beneficio propio y para la coacción de sus pares. Con Jesús Robles Martínez prototipo del cacique sindical, estatuyeron la militancia obligatoria al PRI, la cláusula de exclusión, su entreguismo a la patronal,etc. A esta práctica de liderazgos vendidos que se inicia con descaro en el primer tercio del siglo pasado, cuando surge un el líder ferrocarrilero apellidado Diaz de León, aficionado a la práctica de la charrería, y de allí proviene el calificativo de “charrismo sindical”
Pasaron más de cincuenta años, y es hasta el año 1992 cuando en un congreso estatutario (Tepic, Nayarit), haciéndose eco de las luchas libertarias que aumentaban en la sociedad civil mexicana, se reconoce el derecho a participar políticamente en la diversidad de corrientes y fracciones. Al interior del SNTE. Entonces se plantea la vigencia de la pluralidad ideológica y política. A partir de entonces queda estatuido el respeto a la. libertad de pensamiento y la participación política de sus miembros, se elimina la afiliación forzosa al PRI y se permite la libre militancia partidaria, pero siempre preservando ante todo la unidad sindical.
Sesenta años después del nacimiento del SNTE, en el marco de sus pugnas interpartidarias PRIistas, Elba Esther Gordillo, Secretaria General del sindicato durante el Salinato, quiso llevar al gremio a una “nueva” formación política: al que denominó partido nueva alianza (PNA). Poco después de haber logrado el registro legal el PNA nacido prematuramente, fue acotado por su propia matriz, se limitó deliberadamente su crecimiento. El nuevo partido no fue visto con agrado por el mayoritario magisterio PRIista de prosapia. Aquellos tricolores, disciplinados a regañadientes mantuvieron una militancia dual, jugando con un pie encada partido, solo así admitieron la instrucción Gordillista.
A más de ochenta años, pensamos que los tiempos de la afiliación masiva habían sido superados con la reforma que el SNTE hizo de los estatutos a este respecto, en el congreso nacional del ’92 donde se eliminó de los estatutos la afiliación automática al PRI y se abrió a libre militancia partidaria. No obstante, aquellas experiencias del autoritarismo excluyente privativo del monopartidismo en el sindicalismo, se propició un sentimiento antipartidista no fácil de modificar. Por su lado, desde 2018 en las bases de la coordinadora nacional de los trabajadores de la educación (CNTE) hubo muchos que repudiaban la partidocracia y aún asi, apoyaron abiertamente a Morena. La soberbia, el mal gobierno, la corrupción, el nepotismo y otros males legados a Morena directamente del PRIAN, alejan hoy a Morena de la simpatía magisterial.
En cambio el “Darwinismo Sindical” de las distintas dirigencias del SNTE, que desde la alternancia en la presidencia de la república, han configurado sin rubores este modelo de “sobrevivencia no del más fuerte, sino del más adaptable”. Esta opción con relativo éxito, ha jugado, pactado y acordado con el empleador en turno, más allá de su color ideológico partidario. Pecaríamos de ingenuos al confundir el desplante político para engolosinar al “Andy”; con el llamado del líder nacional a una imposible afiliación corporativa forzosa.De su pasado tricolor, sabemos que Cuauhtémoc Cárdenas y López Obrador siempre quisieron la reconfiguración del PRI, hoy es evidente que pretenden aplicarla en Morena pues ya no necesitaran un nuevo PRI. Pero ya no hay ingenuidad magisterial y el exhorto de Cepeda será tomado como una. “llamada a misa”.
Autor: Joel Vicente Cortés
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