Educación obligatoria hasta los 18 años, podría ayudar a reducir el abandono temprano

Madrid.- España tiene la segunda mayor tasa de abandono educativo de Europa (13,9% en 2022) y, aunque se ha reducido mucho desde 2008, seguimos siendo de los peores sólo por detrás de Rumania. Ese casi 14% es el porcentaje de jóvenes de 18 a 24 años que tiene como mucho la ESO, la Secundaria, y no llega por tanto al nivel educativo que se considera imprescindible para afrontar el futuro con garantías que está en el Bachillerato o la FP de Grado Medio. El Consejo Escolar del Estado —que asesora al Ministerio de Educación y en el que hay representantes de los docentes, familias, estudiantes y la administración— cree que ampliar en dos años la educación obligatoria, de los 16 actuales hasta los 18 , podría ayudar a reducir ese porcentaje de alumnos que abandonan el sistema educativo antes de lo que debería. En su informe anual, y no es la primera vez, incluye esa idea entre las propuestas de mejora del sistema: “Reflexionar sobre la conveniencia de que la comunidad educativa debata la extensión de la obligatoriedad de la formación y la educación hasta los 18 años”. Su presidenta, Encarna Cuenca, cree además que es un objetivo factible porque el grueso de la oferta educativa ya está creada: “Creo recordar que el 88% de la oferta entre 15 y 19 años está cubierta, con lo cual, esa pequeña horquilla que resta es mínima. Lo que estamos pidiendo, en realidad tampoco, es mucho. Además hay suficientes plazas en los centros públicos para que esto se pudiese cubrir. En principio no sería ningún problema pero si que socialmente podría tener un impacto muy importante”. El 95% de los jóvenes españoles sigue escolarizado a los 16 años y el 90% a los 17. Ampliar la educación obligatoria supondría retener en el sistema a los 66.000 aproximadamente —si usamos como referencia la población de 2022— que lo dejan antes de cumplir la mayoría de edad sin más titulación que la básica. El caso portugués El gobierno de Portugal, con el socialista José Sócrates como presidente, aprobó en 2009 extender la educación obligatoria de los 15 a los 18 años. El abandono temprano estaba entonces en el 31% prácticamente igual que en España (31,2%) . En 2021, poco más de una década después, era del 6%, siete puntos menos que en España (13,3%). Los expertos en educación creen que ampliar los años obligatorios en las escuela fue clave pero no lo único que ayudó a reducir el abandono en Portugal: “Hay otras medidas que tienen que ver con el currículum, con la flexibilización de los centros, con la reducción de la ratio (los alumnos por profesor)… Es la combinación de todo ello lo que lleva a explicar esa reducción del abandono educativo temprano”, señala Ainara Zubillaga, directora de educación en la Fundación Cotect para la innovación. Es decir que la extensión de la educación obligatoria se acompañó de otra serie de reformas que ayudaron a retener en el sistema a más alumnos durante más tiempo y a mejorar los resultados y que han convertido a Portugal en una de las referencias internacionales en educación. Hay otros seis países europeos en los que también es obligatorio estudiar hasta los 18. Entre ellos están Bélgica, Francia, o Alemania, donde incluso hay länders que la extienden hasta los 19 años. “Otorgaría a la Formación Profesional un protagonismo clarísimo” En los centros educativos españoles creen que extender la educación obligatoria debería ir acompañado de otras medidas que hagan atractivo seguir estudiando a los jóvenes que se quieren marchar y que no conviertan las aulas en un infierno. Rosa Rocha, directora del instituto Guadarrama en Madrid en el que estudian 900 alumnos y presidenta de ADIMAD, que representa a los directores de los institutos públicos en la comunidad, es contundente: “Si se hace obligatorio a los 18 años hay que buscar una alternativa educativa, algún programa muy concreto, que les llegue. Porque si no tenerlos en las aulas obligatoriamente a su pesar va a ser un desastre. No va a funcionar”. Recuerda que el Consejo Escolar del Estado incluye otras medidas de mejora en su informe —como la reducción de alumnos por clase o la revisión de los conciertos educativos— que enmarca de forma conjunta: “Hay que analizar todas las propuestas en conjunto. No una por una”. Sobre la necesidad de poner en marcha otras medidas coincide Ainara Zubillaga, directora de educación de la Fundación Cotect, que explica que “el reto en este planteamiento más que en el incremento de esos dos años —de educación obligatoria— está en qué hacemos durante esos dos años”. Cree que hay que ir a formulas que den facilidades para continuar con los estudios y compatibilizarlo con el empleo. “Habría que apostar por fórmulas de flexibilización, escolarización a tiempo parcial que permita integrar formación y empleo”, explica. “Sí sería un escenario que le otorgaría a la Formación Profesional un protagonismo clarísimo y la impulsaría de manera notable”. Unos 1.000 millones de euros anuales más Añade que la extensión de la educación obligatoria obligaría al profesorado a “formarse y adaptarse a un nuevo perfil de alumno”. De esto ya hay precedentes: “Es algo que ya se vio cuando se extendió la obligatoriedad de los 14 a los 16 con la LOGSE en los años 90. De los 16 a los 18 yo me atrevería a decir que ese reto es mayor. Requeriría además no sólo formación sino también cambios en las condiciones de organización de los centros y de trabajo de los docentes”. ¿Y cuánto costaría? Aunque no hay un cálculo oficial si hay estudios que estiman en unos 1.000 millones de euros anuales el coste de ampliar la enseñanza obligatoria hasta los 18 años. Esos mil millones equivalen al 1,6% de lo que todas las administraciones gastaron en educación en 2022 que superó los 61.000 millones de euros. España sigue estando por debajo en gasto por alumnos de la media de la OCDE con 10.348 euros al año frente a los 11.766 de media de la organización económica.

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