La ansiedad infantil pasa y los niños requieren herramientas para superarla

la mayoría de los padres les resulta difícil darse cuenta de que sus hijos, especialmente si son de corta edad, tienen ansiedad. Entre otros motivos, porque un trastorno de ansiedad no se asocia a menores y menos aún si ni siquiera han llegado a la adolescencia. Pero sí, lamentablemente los niños también pueden sufrir este trastorno. De hecho, “todas las edades son susceptibles de padecer ansiedad, es decir, liberarnos de la idea de que solo la padecemos las personas adultas, es el primer paso”, nos confirma Tania García, educadora social, investigadora en neurociencia y socioeducación y autora de ¿Qué necesito cuando estoy nervioso? y ¿Qué necesito cuando tengo miedo? (ambos de Beascoa), entre otros muchos libros, infantiles y para padres, sobre inteligencia emocional.

“A cualquier edad de los niños, niñas o adolescentes podemos detectar la ansiedad, no obstante, esta detección se ve siempre teñida de las creencias arraigadas para con la infancia y adolescencia que nos limitan. Por ejemplo, cuando creemos que son intensos o miedicas, establecemos esa etiqueta, hacemos ese juicio, pero no vamos a la profundidad del asunto, nos quedamos en la etiqueta, y ellos siguen en un bucle de ansiedad y estrés constante, sin obtener ayuda ni acompañamiento adecuado”, indica la experta.

Cómo reconocer los síntomas de la ansiedad en niños

Una vez que tenemos claro que sí es posible que los niños, tengan la edad que tengan, son susceptibles de sufrir ansiedad, ¿Cómo reconocer los síntomas? ¿Cómo saber si nuestro hijo o nuestra hija tiene ansiedad o simplemente es muy nervioso? “Los síntomas son muchos y muy variados, dependen de cada niño o niña y de su situación particular”, apunta Tania García. “Pueden ir desde irritabilidad constante, el no querer hacer actividades que antes hacían con muchas ganas y notar cierto miedo a realizarlas, menos concentración, tics, respiración agitada, dolores de barriga, preocupaciones por cuestiones que no han pasado pero que imaginan que pasarán, miedos constantes o fobias, preocupación inusual por la muerte propia o la de sus familiares, insomnio y/o pesadillas, falta de apetito o exceso de apetito, etc”.

Puede manifestarse también a nivel cognitivo (con problemas de atención, por ejemplo, cuando el niño o adolescente afectado se centra únicamente en la amenaza, real o imaginaria, que provoca su ansiedad) y a nivel conductual (es posible que algunos de estos niños muestren problemas de conducta).

Todos ellos son síntomas que se pueden confundir o enmascarar con otras patologías o trastornos, de modo que sigue sin ser una tarea fácil. Por eso, “la mejor manera de distinguir estos síntomas es educar realmente conectando con sus necesidades cerebrales, aprenderlo todo sobre ellas, y soltar ese control que creemos que necesitamos para educar, y que, indudablemente, nos lleva a tachar de exageraciones a sus cuestiones emocionales”, recomienda la especialista en neurociencia y socioeducación. “Lo cierto es que, si hay algo importante en la vida, son las emociones, todas aptas, lícitas, necesarias para sobrevivir, y que, por supuesto, nos aportan mucha información de sus estados. Abrámonos al conectar, al observar y a acompañar sus emociones, y cerrémonos al juicio y a los nervios”.

Fuente: [2023-22-noviembre]. Sí, desgraciadamente, los niños también sufren ansiedad. https://www.hola.com/padres/20231122352900/ansiedad-ninos-sintomas/

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