La escuela es lo que es
Por Hugo César Moreno Hernández

¿Para qué sirve realmente la escuela? ¿Para qué funciona? ¿Es una institución socialmente útil? Estas preguntas son válidas y sus respuestas serán un tanto diferentes dependiendo de quién las responda. Por supuesto, hay orientaciones ideológicas que responderán con mayor o menor rigor. Una mirada de derecha, más o menos pura, es decir, con una ideología sustentada en el individualismo y un ejercicio de la libertada limitado sólo por las falencias subjetivas, para decirlo muy rápido, pondrá más énfasis en las cualidades del individuo que en los beneficios de lo colectivo.
Esta mirada podrá ver en la escuela una institución totalizante, que busca destruir la individualidad a favor de un actuar colectivista, limitando las cualidades competitivas de los sujetos. Se dice que Elon Musk creo su propia escuela según los valores de individualidad potenciada ¿Quién negaría que este personaje es un icono para las ideologías de derecha contemporáneas? Puede pensarse que la crítica de extracción foucaultiana tiene rasgos de derecha.
No es así, cuando se define a la escuela como parte de un dispositivo cuya función es producir sujetos cívica y técnicamente dotados, no se crítica la destrucción de individualidad, sino que se expresa, teóricamente, cuál es su función y ésta será consecuente con la sociedad donde se desarrolla, expresando los principios culturales y, sí, ideológicos. No se crítica en sí la escuela, sino que, críticamente se analiza su función sin decidir si es buena o mala. Funciona con relación a las necesidades más o menos generales de una sociedad y cuando se nota mal funcionamiento tiene que ver con esa relación, es decir, con aspectos más generales de la propia sociedad.
Pensemos en la forma que debería funcionar el dispositivo escolar en la utopía platónica, en La República, en el parágrafo 457e, Platón dice “Los hijos serán comunes y no sabrán quiénes son sus padres; su educación será confiada a magistrados, separándose a los mejores”. En esta idea lo colectivo está por encima de lo individual en cuanto lazos familiares, la individualidad, buscando a los mejores, no es a favor del sujeto, sino del colectivo, de la comunidad. Se separa a los mejores según sus cualidades para que sirvan a la comunidad y no a sí mismos.
Eso ¿es bueno o es malo? Para nuestra visión puede significar una limitación extrema de la libertad. Pero ¿producir sujetos cívica y técnicamente dotados no es parecido? Aquí nos metemos en grandes problemas, pues depende de que entendemos por libertad. Si nos ponemos nietzscheanos, la libertad es la capacidad absoluta del sujeto para ejercer su voluntad, esto puede entender que para ejercer la libertad es lícito pasar por encima de otros.
Pero ni el sentido platónico ni la crítica foucaultiana pretenden abrir las puertas a una libertad de este tipo, sino comprender los límites de la libertad a fin de que opere a favor de los social, llegar a una sociedad de individuos libres capaces de evitar que el ejercicio de su libertad signifique someter a otros. En ese sentido, las preguntas del inicio, que no terminaré por responder en esta entrega, tienen respuestas diversas y, quizá, ninguna sea verdad más allá de los límites de quien responda. En todo caso, se trata de comprender qué es la escuela y cómo funciona según el tipo de sociedad ¿Para qué educamos? ¿Cómo educamos? ¿Cuáles son los resultados de la educación? ¿La educación no hará libres?
