Las Principales

Educación inclusiva y equidad

David Auris Villegas – davidauris@gmail.com https://orcid.org/0000-0002-8478-6738 En pleno siglo XXI, donde el poder del conocimiento innovador es un ícono de desarrollo, ocho millones de adultos peruanos no han culminado su educación secundaria. Este espantoso dato, desnuda nuestra descomunal exclusión, a pesar de que, en todos los foros mundiales, se plantea la importancia de la educación como única herramienta de progreso. A fin de revertir esta fragilidad social, es imprescindible llevar a cabo una agresiva política de educación inclusiva, de lo contrario nuestro futuro puede ser catastrófico. A pesar de que la internet nos brinda la oportunidad de incluir a todos, el sistema educativo peruano y mundial todavía excluye a niños y adolescentes en edad escolar, limitando así su desarrollo personal. Esta exclusión se produce por razones de género, orientación sexual, origen étnico o social, lengua, religión, nacionalidad, situación económica o de discapacidad, según la Unesco. De continuar esta situación, la vida se hará insostenible y, podríamos enfrentarnos a un futuro con mayor pobreza y desborde social, pues la injusticia ejerce el ingrato poder de la destrucción. Para abordar estos desafíos, es crucial fomentar una integración humana en un mundo caracterizado por un alto grado de mestizaje étnico, cultural y diversidad, que son fortalezas a ser potenciadas. En este andar, nuestro país, cada 16 de octubre, celebra el Día de la Educación inclusiva que nos invita a reflexionar y vigorizar una sociedad más inclusiva y cooperadora en todos los quehaceres, con énfasis en el territorio educativo. Los beneficios de la inclusión son tan poderosas que asegura el porvenir de la humanidad. La Unesco, asumiendo su rol visionario, plantea que nadie se quede rezagado y esboza una educación inclusiva como un proceso constante y diverso, abocado a satisfacer las necesidades de los estudiantes, especialmente a los menos favorecidos, asegurando su participación en el concierto social. Necesitamos reacomodar a todas las escuelas como inclusivas y todos los maestros también han de serlo. Los educadores inclusivos, muchos de ellos ya están aplicando en sus clases, el Diseño de Aprendizaje Universal, (DUA), a fin de atender los diversos estilos y necesidades de aprendizajes. Esta estrategia didáctica genera un entorno inclusivo que beneficia a todos, especialmente a las personas con discapacidad, al asegurar su plena participación y autonomía. La educación inclusiva es un ineludible camino que nos invita a cooperar entre los países y así recorrer juntos, apostando al diálogo y los objetivos compartidos, hacia un bien común para todos. David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCPC.

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¿Qué es ser Maestro?

David Auris Villegas – davidauris@gmail.com https://orcid.org/0000-0002-8478-6738 Ser maestro es alguien quien cada día al intercambiar sus experiencias con los estudiantes aprende conscientemente hasta convertirse en una persona excepcional y esa forma de vivir irradia el destino de sus pupilos. Aunque, reconozcamos que no todos los docentes logran convertirse en maestros de la vida, es pertinente revalorarlos desde las diferentes entidades, ya que ellos anclan las raíces de las generaciones. Aunque es la profesión menos valorada por la sociedad latinoamericana, en sus manos descansan el destino de nuestro porvenir. El maestro reaprende cada día a ser más sensible, domina sus emociones y afina su tolerancia abocada a comprender las diversas limitaciones y los defectos de los estudiantes. Los ayuda a levantarse de sus caídas y lo más impactante, los acompaña en su crecimiento, con amor, bondad y raciocinio. La Unesco y la Organización internacional del trabajo, (OIT), el pasado cinco de octubre celebraron el Día Mundial de los Docentes, a fin de “valorar la voz del docente: hacia un nuevo contrato social para la educación”. Esto recalca la necesidad de asumir un compromiso multisectorial, liderados por los gobiernos, a favor de mejorar las condiciones salariales y las competencias académicas de la comunidad educadora, como eje esencial del desarrollo de las personas. Asimismo, el Gobierno de Dina Boluarte, a pesar de caminar a la deriva, la semana pasada, concedió el más alto reconocimiento al magisterio peruano, las Palmas Magisteriales en tres categorías: Educador, Maestro y Amauta. Se premió a los excepcionales maestros, por sus aportes extraordinarios a la educación, los mismos que han de ser sostenidas y conocidos por el público, de no ser así, solo se estaría premiando a profesionales que organizan sus currículos en función a las bases de estos galardones. Por otra parte, cada 8 de octubre, los peruanos recordamos el sacrificio intergeneracional del almirante Miguel Grau que, sin ser docente, nos enseñó dar la vida por la humanidad.  Aprovecho trascribir unas líneas de su carta escrita para su esposa que refleja su amor por la educación y los niños, cualidades que cada docente están obligados a cultivarlos, “pedirte atiendas con sumo esmero y tenaz vigilancia a la educación de nuestros hijos idolatrados”. El descomunal desafío de los maestros es impregnar huellas positivas e inspiradoras en la vida de los estudiantes y en cada persona con la que interactúa. De lo contrario, es solo un experto transmisor de conocimientos con doctorados y premios. © David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCPC.

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Cumbre del futuro y educación para todos

David Auris Villegas – davidauris@gmail.com https://orcid.org/0000-0002-8478-6738 En lugar de aprovechar los avances científicos y ponerlos al servicio del logro del desarrollo humano, absurdamente preferimos masacrarnos entre nosotros y arruinar nuestro porvenir. La Cumbre del futuro se abocó a abordar estos desafíos y muchos oradores coincidieron en el rol de la educación como punto neurálgico, ya que solo unidos y en paz podremos afrontar los problemas globales y ese ritual colectivo se forja en las aulas de todo el mundo. Las Naciones Unidas (UN), entre el 22 y 23 de setiembre, llevó a cabo, la Cumbre del Futuro, con el propósito de apresurar el cumplimiento de los compromisos internacionales existentes en favor de las personas y su entorno. Durante esta reunión, los líderes mundiales, aprobaron el Pacto para el futuro, el Pacto digital global y la Declaración sobre las generaciones futuras, que valdría la pena resumirlos en una versión breve y difundirlos en la sociedad y en el territorio educativo a fin de ser analizada y discutida a la luz del raciocinio intercultural. El Pacto para el futuro, abarca el desarrollo sostenible, paz, seguridad, ciencia, tecnología, innovación, cooperación y gobernanza global. Honestamente, estas categorías es parte de nuestra cotidianeidad, sin embargo, hace falta profundizar la cooperación internacional y priorizar la transferencia tecnológica. No basta que los países líderes en tecnología, como China, realicen grandes inversiones en infraestructura en los países subdesarrollados que los aplauden. Importa mucho que nos transfieran esa tecnología a fin de acortar las brechas educativas y derrotar la pobreza. Por otro lado, el Pacto digital global hacia un nuevo orden mundial, basado en la inclusión digital, es clave. Esto requiere un esfuerzo mundial que ayude a generar leyes globales que facilite erradicar los focos tóxicos y la desinformación digital.  Son los países desarrollados, quienes pueden liderar la masificación de la internet que llegue a cada persona y así democratizar el acceso al conocimiento. Asimismo, la Declaración acerca de las generaciones futuras, plantea que nuestras acciones actuales tengan un impacto intergeneracional. Esto implica, transformar nuestro paradigma que nos permita coprotagonizar con los jóvenes, en la toma de decisiones en los diferentes aspectos del accionar social. Por ejemplo, escuchemos e insertemos en los planes curriculares del sistema educativo, las innovadoras ideas pedagógicas de la activista pakistaní, Malala Yousafzai. Batallemos por un mundo sin guerras y que todas las personas accedan a la educación, como un acto de justicia y dignidad humana. David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCPC

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Encuentros entre psicoanálisis y pedagogía

Hugo Arce Escuela Hietzing. La Escuela Hietzing, fue pequeña escuela que abrió en el distrito 13 de Viena en 1927, se parecía más a una cabaña de madera partida de Nueva Inglaterra que a un establecimiento educativo tradicional. Con solo dos pisos de varias habitaciones cada uno, la escuela fue apodada entrañablemente la “Caja de Cerillas” por los estudiantes y la facultad. Dado que tanto la escuela como su patio de recreo se habían construido en el antiguo jardín de Eva Rosenfeld, detrás de su casa en Wattmanngasse, sus clases daban al único nogal restante. Sus “ramas eran una especie de balcón al que los niños subían desde las ventanas del primer piso”, como Rosenfeld lo describió más tarde. Los niños formaban una pequeña multitud en el mejor de los casos, y en los primeros años de la escuela, todos almorzaban juntos. En el interior, el piso superior estaba dividido en dos aulas y una biblioteca, o más bien un gran aula llena de estantes de la biblioteca, un pizarron para coleccionar imágenes y carteles sobre geografía y gramática clavados en la pared. Una escalera bastante ancha, pintada de verde, alivió el tráfico peatonal de arriba a abajo. El piso inferior se entraba desde el patio de recreo, tenía un pequeño guarda ropa a la izquierda, la oficina del director a la derecha y el taller comunitario con grandes mesas y dos bancos de trabajo al final. Hasta principios de la década de 1930, Peter Blos compartió la oficina del director con Erik Erikson (entonces Homburger) y August Aichhorn tanto para asuntos curriculares como administrativos. Entre 15 y 25 estudiantes asistieron en cualquier momento; se separaron en un “grupo más joven” y un “grupo mayor” que terminó en el equivalente a sexto grado. Hoy en día se llamaría una “microescuela”. Alrededor de una docena de niños más se inscribieron antes de que la escuela cerrara en 1932. El objetivo original de los fundadores era implementar el concepto de Anna Freud de una escuela “organizada de acuerdo con principios psicoanalíticos”. Pero cómo y por qué Hietzing llegó a figurar como mucho más que una mera adición a la historia del psicoanálisis y la educación es una narrativa compleja. La Escuela Hietzing abrió en el otoño de 1927 en un frondoso distrito de Viena. La idea surgió, en parte, de la búsqueda que Dorothy Tiffany Burlingham llevó a cabo para encontrar una escuela adecuada para su hijo Bob, de doce años, y sus tres hijos más pequeños. “Antes de casarme”, dijo Burlingham (1975) a Peter Heller, “tenía esta fantasía de adoptar a muchos niños y el tipo de escuela que tendría para ellos. Tuve una educación horrible [y] quería darles algo que no fuera tan horrible”. Con el final de su complicado matrimonio con Robert Burlingham, Dorothy había traído a sus hijos a Viena en 1924 para un respiro, seguridad y psicoanálisis. Entonces, dado que “los niños estadounidenses de Dorothy no encajaban en las escuelas convencionales de Viena”, como explicó Anna Freud, “su remedio obvio fue fundar una escuela moderna propia”. La escuela moderna sería, posiblemente, un compromiso entre la propia fundación de su padre en Laurelton Hall, una escuela de arte sin plan de estudios, clases, reglas o maestros, y las escuelas privadas estructuradas a las que había asistido en Nueva York. La visión de Dorothy encajaba en una ideología educativa moderna, en la que se instó a los maestros a dejar que los alumnos encontraran lo que les excita y recompensaran su búsqueda del aprendizaje independiente. Fundar la nueva escuela no fue solo idea de Dorothy. Mientras que “Dorothy estaba implementando la mejor escuela posible”, dijo Erikson, “Anna Freud, por supuesto, era discretamente omnipresente”. A las dos mujeres se les unió su amiga Eva Rosenfeld. “[Ellos] soñaron con toda la idea juntos… para niños de diferentes nacionalidades cuyos padres estaban en análisis o que tal vez estaban en análisis ellos mismos”. Pero Eva tenía un motivo completamente diferente para comenzar la escuela. A la pregunta retórica “¿Por qué una escuela?” Ella respondió: “Nunca pensé en mis razones para elegir ese tipo de monumento para mi hija; quería encontrar consuelo para mi propio corazón triste al estar con los más jóvenes”. Su hija Mädi, de quince años, murió ese año en un repentino accidente de montaña. Una nueva escuela progresista estaba más en consonancia con la carrera de Eva Rosenfeld de lo que ella dejó ver. “El trabajo de su vida – ayudar, enseñar, sanar… con un feroz sentido de justicia”, como lo describió su hijo Victor Ross (de nacimiento Rosenfeld), se había lanzado en zellerhaus, un servicio de trabajo social para niñas sin hogar en su Berlín natal de principios del siglo XX. Eva se mudó a Viena después de casarse con Valentin Rosenfeld, asistió a las conferencias de Freud y, después de la Primera Guerra Mundial, transformó parte de su casa en “un modelo de gestión del hogar y la jardinería, una especie de ‘estación de investigación’ con funciones psicológicas más profundas para las mujeres jóvenes” . Un pensionista era paciente de la amiga cercana de Eva, Anna Freud. En realidad, Eva era cercana tanto a Anna como a Dorothy, pero en ese momento Anna se sintió tan cómoda en la casa de Eva que, con sus padres en un día de carnaval en diciembre de 1926, le escribió a Lou Andreas-Salomé: “Para no estar tan sola en Berggasse, me mudaré con Wolf a casa de Eva Rosenfeld en Hietzing”. Antes de instalarse en el gran apartamento del cuarto piso en Berggasse 19, la familia Burlingham vivía en una bonita cabaña en la propiedad de Semmering de los amigos estadounidenses de Dorothy, Ruth y Arthur Sweetser. Anna y Dorothy se habían acercado; Anna estaba analizando a Bob y Dorothy estaba analizando con Freud. Siguiendo el consejo de Eva Rosenfeld, Dorothy ya había contratado a Peter Blos, un estudiante de pre-medicina en la Universidad de Viena que había crecido en una familia de intelectuales alemanes. Él daría clases particulares

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Educación ambiental e incendios forestales

David Auris Villegas – davidauris@gmail.com https://orcid.org/0000-0002-8478-6738 Nuestro país, continúa en llamas, envolviendo de dolor a muchas personas y animales que inesperadamente habitan entre el humo y el fuego, ante la impotencia de un Estado frívolo. Este incendio ha causado la muerte de veinte personas y pérdidas económicas. Perjudica al medioambiente y a las personas más vulnerables que, pudo haberse contrarrestado, con una alfabetización ecológica responsable. El pasado 26 de septiembre, en una conferencia de prensa, Juan Urcariegui, jefe del Instituto Nacional de Defensa Civil, advirtió que INDECI es el único órgano oficial que brinda las cifras oficiales de este siniestro. Además, agregó que, 58 incendios están controlados al 80 a 95% y existen otros 40 en actividad. Los factores que provocaron este megaincendio que padece nuestro país junto a Brasil y otros países, según los expertos, son diversos. La responsabilidad recae en la mano del hombre por aumentar más tierras de producción y algunas personas inescrupulosas queman el boque, con fines lucrativos. También, las altas temperaturas y la exuberante vegetación seca favorecen el incendio a la menor chispa de combustión. El impacto y las consecuencias de este desastre es incalculable y será duradero, afirman los especialistas. Aparte de las personas fallecidas, la angustia emocional y las posibles enfermedades que pueden desatarse, miles de personas fueron lanzados a la pobreza. Ha sido reducido a cenizas varios patrimonios arqueológicos y se han exterminado la flora y la fauna que es nuestro pulmón de vida. Desestimando este grito de dolor, la presidenta, Dina Boluarte, se limitó a declarar en estado de emergencia a las regiones incendiadas y, prefirió rendir homenaje al fallecido expresidente Fujimori, cuando su función es liderar la lucha contra el fuego. Igualmente, muchos medios de comunicación, en lugar de hacer visible esta calamidad, se centraron en transmitir las exequias de Fujimori y las noticias de la farándula. Las universidades juegan un rol importante. En sus líneas de investigación ecológica, pueden generar innovación de tecnologías y capacitar a las comunidades y a las autoridades en estrategias de prevención y manejo inteligente de la tierra.  Asimismo, el Gobierno, el Ministerio del Ambiente y las instituciones competentes, tienen la responsabilidad de liderar una agresiva educación ambiental, dirigida a la ciudadanía en temas de cuidado y prevención ambiental. Llevemos la alfabetización ecológica al bosque a fin de salvar al ser humano, a la flora y la fauna, de lo contrario corremos el riesgo de acabar reducidos a escombros. David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCPC.

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2025: Un cuarto de siglo.

Miguel Ángel Forte En el próximo año estaremos llegando al primer cuarto del siglo XXI. Si tomamos como una referencia, a la manera de mojón espacio temporal al mítico año 2000, los cambios en las formas de nuestra vida, han sido y continúan siendo, vertiginosos. En tal sentido, es probable que los que pertenecemos a los baby boomers, seamos de una generación caracterizada por haber vivido grandes transformaciones en todos los ámbitos de la vida y a escala global. Así es que, en mayor o en menor medida, los que hoy tenemos entre 70 y 80 años aproximadamente, nos caracterizamos por un nivel de adaptación -ante los cambios que día a día fueron modelando nuestras vidas-, poco frecuente en la historia, si no única. Entonces si recordamos a nuestra escuela primaria, caracterizada por métodos de enseñanza y de aprendizaje artesanales se junta el recuerdo con un presente, en el que para aquellos que nos dedicamos a la docencia, por ejemplo, se hace imprescindible el conocimiento y la aplicación de la comunicación digital en el ámbito educativo. Hemos pasado de las láminas temáticas hechas en cartulina, -que realizábamos durante horas para cumplir con la “tarea para el hogar”- a los imprescindibles powerpoints en nuestras clases virtuales que se han instalado en nuestra cotidianidad desde la pandemia. Por otra parte, pero en el mismo espíritu de lo anterior, agregó que el desarrollo de la comunicación digital, sigue imponiendo nuevos desafíos que pueden sintetizarse en una pregunta; a saber: ¿Qué y cómo enseñar? Interrogante que, desde luego, no detiene el tiempo si no que convive con el ensayo y error de nuestro quehacer diario. Porque aún estamos a tientas con el uso de, por ejemplo, la inteligencia artificial o el uso del celular en el ámbito del aula. Sin poder escapar, en este sentido, de una constante de la condición humana, a propósito de nuestras creaciones e invenciones y de las consecuencias inesperadas de estas desde el descubrimiento del fuego. Así, la búsqueda compulsiva de la novedad en la especie, se aceleró en la modernidad de manera exponencial hasta hoy. Sin perjuicio de tener presente que, nuestra educación analógica, ha sido la base de la capacidad de adaptación señalada al comienzo de este escrito. Sería tal vez una posibilidad, -que nos puede ayudar en la adaptabilidad a los cambios que seguiremos experimentando-, investigar qué es lo que tuvo aquella lejana escuela primaria, con su Pequeño Larousse Ilustrado, para abrirnos las puertas del Universo. Por: Miguel Ángel Forte. Sociólogo. Profesor titular regular plenario de Sociología General. FSOC. UBA. IIGG. FLASCO

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Cultura de paz inteligente en tiempos de violencia

David Auris Villegas – davidauris@gmail.com https://orcid.org/0000-0002-8478-6738 Vivimos en un mundo interconectado por la inteligencia artificial y la alta tecnología, fruto de la inteligencia humana que nos ha acercado a las estrellas. Analizando este vertiginoso desarrollo, observamos con angustia que nos hemos alejado de la vecindad que comparten nuestro cálido idioma. Este afán de un superpoder impositivo sobre los demás, ha desencadenado una desgarradora violencia e infelicidad a nivel global, teniendo paradójicamente como blanco al hombre y su entorno. A lo largo de este contexto sombrío, marcado por el carácter autodestructivo y destructivo de la mayoría de las personas, es esencial esbozar un camino hacia un futuro más positivo. Entonces, pongámonos a cultivar una cultura de paz inteligente no solo para resolver los conflictos, sino con el afán de caminar juntos en la búsqueda de un bienestar común más allá de nuestras diferencias. Para la reconocida pedagoga española, Nélida Zaitegi, la convivencia es respetar a la dignidad de las demás personas, a sus derechos bajo una convivencia de manera consciente, apelando a la gestión de la inteligencia interpersonal. Diríamos que para lograr el éxito y disfrute de la convivencia inteligente, es pertinente cultivar de manera sostenida e incansable el respeto a los demás como pilar de vida. Para asegurar nuestra presencia en el mañana que aparentemente se nos promete muy atractivo gracias a la tecnología, es necesario establecer un acuerdo de mutua convivencia basado en el diálogo intercultural inclusivo y colectivo que naturalmente es un desafío en una sociedad anegado por la posverdad y el creciente individualismo. Además, es necesario adoptar una ciudadanía dispuesta a erradicar toda forma de violencia y para ello, implementemos programas educativos que valoren la diversidad y canalicen la participación activa de todos en la comunidad a fin de evaluar, reajustar y fortalecer estos acuerdos que pueden salvar nuestras vidas. Como un aliado social, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció, El Día Internacional de la Paz cada 21 de septiembre desde 1982, con el objetivo de sembrar la paz en la mente de todas las personas. Asimismo, el Dr. António Guterres, Secretario general de las Naciones Unidas, nos invita a cultivar una cultura de paz que reemplace a la división, la exclusión y la desesperanza por justicia, igualdad y optimismo para todos. Avancemos hacia una sociedad que aprenda a ejercer una inteligente cultura de paz, aprovechando las oportunidades que nos brinda la inteligencia artificial. David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCPC.

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Educación y democracia

David Auris Villegas davidauris@gmail.com https://orcid.org/0000-0002-8478-6738 La democracia es clave para que el poder circule y sea accesible a todos. Es un sistema que garantiza la participación equitativa y transparente de todos los ciudadanos en la toma de decisiones políticas y gobernanza del destino de la sociedad. Instituye los derechos y voces de cada individuo donde todos somos iguales ante la ley y, precisamente, estas bondades han de cultivarse en el territorio educativo. El expresidente de los Estados Unidos, Abraham Lincoln, definió a la democracia de manera magistral, “El gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. Esta poderosa frase resume el significado de la democracia que cada ciudadano del planeta debe estar familiarizado. Consciente de su impacto, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebra su valor cada 15 de septiembre. Es fundamental que toda la sociedad la promueva, ya que la democracia nos permite vivir con respeto, libertad e inclusión. Para que las personas cultiven la democracia participativa, es perentorio que aprendan a pensar en grupo y tomar decisiones informadas, y esa es una responsabilidad de la educación. Enseñar y practicar la democracia en las escuelas, implica incorporar la educación ciudadana en el currículo para el ejercicio activo de los estudiantes en la vida escolar, potenciando el pensamiento crítico mediante debates basado en casos. Además, establecer valores democráticos y respetar la pluralidad de opiniones en la escuela, prepara a los estudiantes para una exitosa vida democrática. Eduquemos a los niños la práctica de la democracia en el hogar, promoviendo el diálogo respetuoso y horizontal entre todos y, escuchemos su voz en la interrelación familiar. Animarlos a expresar sus ideas e involucrarse en actividades comunitarias, es otra de las maneras de cultivar la democracia participativa desde la temprana edad. Sin embargo, en nuestro país, en nombre de la democracia, es común que muchas personas formen partidos políticos, prácticamente como un negocio personal. Algunos candidatos a alcaldías y gobiernos regionales, “compran votos” para ser elegidos y así tenemos a tantas autoridades cuestionadas por la justicia. Aunque todos tenemos el derecho de ser elegidos, creo que las personas que hayan cumplido condena por algún delito no podría ser autoridad, ya que sería como poner al zorro al cuidado de las gallinas. La democracia es una herramienta fundamental para el desarrollo y el bienestar social. Es nuestra responsabilidad cuidarla y perfeccionarla para asegurar que las futuras generaciones vivan en un entorno más justo y próspero. Artículo publicado en el Montonero ©David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCPC.

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Educación intercultural y desafíos de la mujer indígena

David Auris Villegas davidauris@gmail.com https://orcid.org/0000-0002-8478-6738 Vivimos en la era de la comunicación y la visibilización, pero muchas voces, como la de las mujeres indígenas, siguen silenciadas en muchos países. Estas mujeres, que habitan principalmente en zonas marginales de la costa, sierra y selva, enfrentan graves desafíos sociales que limitan su progreso. A pesar de esto, como guardianas de nuestra cultura, aportan un valor inconmensurable como el fomento del turismo, que pone al Perú en la vitrina mundial. La identidad de la mujer indígena es compleja y sensible, vinculada tanto a su cultura y costumbres como a su color de piel. Según los informes mundiales, Perú es el tercer país de América Latina con el mayor porcentaje de mujeres indígenas. Muchas de ellas, exhiben altas tasas de analfabetismo, restricciones en el acceso a salud, educación y enfrentan violencia doméstica, discriminación étnica y social. Con el ánimo de erradicar esta desigualdad, cada 5 de septiembre, desde 1983, se rinde homenaje a las mujeres indígenas en honor a la guerrera aimara Bartolina Sisa, con el objetivo de visibilizar su contribución al desarrollo del país. Asimismo, la Organización de las Naciones Unidas, (ONU) recuerda que el 80 % de la biodiversidad se encuentra en manos de los pueblos indígenas, subrayando la importancia de preservar y aprender el conocimiento ancestral y fusionar con los conocimientos occidentales para proteger mejor a nuestro medioambiente. En la búsqueda de un mundo más sostenible, la CEDAW, o Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer, adoptada por la ONU en 1979 y en vigor desde 1981, es el instrumento internacional más completo en derechos humanos para mujeres y niñas. Integrar este documento en el currículo educativo a nivel nacional, contribuirá a que las mujeres indígenas, aprendan sus derechos y cultiven un liderazgo y protagonismo social, así como el ineludible emprendimiento. Romper las injusticias y desigualdades, construyendo puentes de equidad y oportunidad en todos los ámbitos sociales, es nuestra deuda social con las mujeres originarias. Como dijo, Rigoberta Menchú, premio Nobel de la paz, “una mujer con imaginación es una mujer que no solo sabe proyectar la vida de una familia, la de una sociedad, sino también el futuro de un milenio”. La educación intercultural, al integrar lenguas y prácticas indígenas en el currículo, va más allá del origen o el color de la piel; se centra en brindar a todas las mujeres la oportunidad de desarrollarse plenamente y contribuir al progreso de nuestra nación. Artículo publicado en, el Montonero. © David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCPC.

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La construcción de la identidad bicultural en el proceso migratorio, un reto para la educación intercultural

Fredy E. Cauich CarrilloIEMS SECTEI-CdMx “La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo”Nelson Mandela En un contexto de la migración, el cambio se refleja en el ámbito educativo y en la compleja reconfiguración de las identidades. El proceso migratorio, más allá de un simple movimiento de personas, conlleva una realidad: la creación de una identidad bicultural, y con el tiempo multicultural. Esto se vuelve aún más evidente en la educación, donde la necesidad de adaptarse y comprender dos culturas no solo enriquece al individuo, sino que también puede generar tensiones y conflictos. La interculturalidad, como lo menciona la Nueva Escuela Mexicana (NEM), se convierte en un pilar fundamental para enfrentar este reto educativo y cultural, proponiendo una educación abierta al diálogo y al reconocimiento de las diversidades. La migración, en su esencia, es un proceso que trasciende lo físico para adentrarse en los dominios de lo simbólico y lo cultural. Los individuos que atraviesan fronteras no solo llevan consigo sus costumbres, creencias y valores (Braudel 2016), los cuales entran en diálogo o, en algunos casos, en conflicto con los del país receptor. Afirma Stavenhagen (2008), “el reto de la globalización es construir un mundo donde quepan muchos mundos”. Este desafío se vuelve aún más palpable para aquellos que deben integrar elementos de dos culturas en su vida cotidiana, un proceso de negociación continua.  En el ámbito educativo, esta meta se intensifica, ya que la escuela es uno de los principales espacios donde las diferencias culturales se encuentran. Los migrantes, especialmente los jóvenes, se ven inmersos en un sistema que, en ocasiones, no está preparado para manejar la diversidad cultural. El sistema educativo tradicional puede, sin intención, homogenizar a los estudiantes, dejando de lado las particularidades de aquellos que provienen de otras culturas. La NEM enfatiza que la educación debe abrirse a la comunidad y reconocer el valor de la diversidad cultural (García & Mendieta, 2024), promoviendo un diálogo horizontal entre culturas. La interculturalidad no debe verse como un simple agregado al currículo, sino como una perspectiva que impregna todas las áreas del conocimiento. Al reconocer y valorar la diversidad, se abren las puertas para que los estudiantes migrantes construyan una identidad bicultural más sólida, en lugar de verse forzados a elegir entre una u otra cultura. Para los migrantes, especialmente los jóvenes, el camino hacia la identidad bicultural puede estar lleno de tensiones entre los valores que heredan de sus familias y los que encuentran en la sociedad de acogida. La educación, en este sentido, juega un papel crucial al proporcionar un espacio donde se pueda construir una identidad que reconozca y celebre ambos lados del cruce cultural. La propuesta educativa de la NEM establece que el diálogo intercultural debe ser un proceso activo y continuo, en el cual tanto los estudiantes como los docentes contribuyen a la construcción de una realidad educativa más inclusiva. Este reto también involucra los espacios informales de aprendizaje, donde la convivencia diaria permite al migrante navegar entre sus diferentes identidades. El entorno social es, en muchos casos, donde las verdaderas confrontaciones culturales ocurren, y donde los migrantes enfrentan barreras como la xenofobia y la discriminación (Cauich, 2023). Esto subraya la importancia de que las instituciones educativas trabajen en conjunto con las comunidades para fomentar una cultura de respeto y reconocimiento mutuo. La construcción de la identidad bicultural se convierte, entonces, en un proceso de adaptación y resistencia. Adaptación, porque los migrantes deben aprender a moverse en un nuevo contexto cultural. Resistencia, porque deben preservar los elementos de su cultura de origen, resistiendo las presiones de asimilación. Este equilibrio caracteriza a la experiencia bicultural, un reto que puede llevar a una mayor riqueza cultural tanto para el individuo como para la sociedad en su conjunto. Un aspecto clave en este proceso es la capacidad de los migrantes para desarrollar un sentido de pertenencia en ambos contextos culturales. Según Toledo y Barrera-Bassols (2008), las comunidades que logran mantener un equilibrio entre sus raíces y el nuevo entorno en el que viven son aquellas que pueden preservarse y enriquecerse, al mismo tiempo que participan activamente en la sociedad de acogida.  Este proceso de integración cultural también tiene un impacto profundo en el ámbito educativo. Cuando los estudiantes migrantes logran reconocer y valorar su herencia cultural dentro del sistema educativo, su experiencia de aprendizaje se transforma de manera positiva. La identidad bicultural no solo les permite comprender mejor su propio lugar en el mundo, sino que también les brinda una ventaja al manejar diferentes perspectivas y formas de conocimiento. Sin embargo, este proceso no está exento de desafíos. Uno de los principales obstáculos a los que se enfrentan los migrantes en su proceso de construcción identitaria es el sistema de valores de la sociedad receptora, que tiende a privilegiar su cultura sobre las demás. Para evitar este tipo de situaciones, las políticas educativas deben promover la integración cultural, que permite una coexistencia de elementos culturales, en lugar de la asimilación, que exige la adopción completa de la cultura del país receptor La construcción de una identidad bicultural en el contexto migratorio es un proceso desafiante, pero también una oportunidad única. Los migrantes que logran navegar entre dos culturas no solo enriquecen su propia experiencia, sino que también aportan nuevas perspectivas y conocimientos a la sociedad que los acoge. Leonor Arfuch, señala las vivencias culturales que los migrantes llevan consigo se convierten en dispositivos de memoria que permiten tejer nuevas formas de identidad y pertenencia en los espacios que habitan. La interculturalidad, entonces, es más que una simple coexistencia de culturas. Es un proceso activo de diálogo y aprendizaje mutuo, en el que las diferencias se valoran y se integran para construir una sociedad más justa y equitativa. La educación juega un papel fundamental, ya que tiene el poder de facilitar o dificultar este proceso. Como sugiere la NEM, la educación intercultural debe ir más allá del reconocimiento superficial de la diversidad; debe crear espacios donde los estudiantes migrantes puedan expresar su identidad y donde

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