Educación intercultural y desafíos de la mujer indígena

David Auris Villegas davidauris@gmail.com https://orcid.org/0000-0002-8478-6738 Vivimos en la era de la comunicación y la visibilización, pero muchas voces, como la de las mujeres indígenas, siguen silenciadas en muchos países. Estas mujeres, que habitan principalmente en zonas marginales de la costa, sierra y selva, enfrentan graves desafíos sociales que limitan su progreso. A pesar de esto, como guardianas de nuestra cultura, aportan un valor inconmensurable como el fomento del turismo, que pone al Perú en la vitrina mundial. La identidad de la mujer indígena es compleja y sensible, vinculada tanto a su cultura y costumbres como a su color de piel. Según los informes mundiales, Perú es el tercer país de América Latina con el mayor porcentaje de mujeres indígenas. Muchas de ellas, exhiben altas tasas de analfabetismo, restricciones en el acceso a salud, educación y enfrentan violencia doméstica, discriminación étnica y social. Con el ánimo de erradicar esta desigualdad, cada 5 de septiembre, desde 1983, se rinde homenaje a las mujeres indígenas en honor a la guerrera aimara Bartolina Sisa, con el objetivo de visibilizar su contribución al desarrollo del país. Asimismo, la Organización de las Naciones Unidas, (ONU) recuerda que el 80 % de la biodiversidad se encuentra en manos de los pueblos indígenas, subrayando la importancia de preservar y aprender el conocimiento ancestral y fusionar con los conocimientos occidentales para proteger mejor a nuestro medioambiente. En la búsqueda de un mundo más sostenible, la CEDAW, o Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer, adoptada por la ONU en 1979 y en vigor desde 1981, es el instrumento internacional más completo en derechos humanos para mujeres y niñas. Integrar este documento en el currículo educativo a nivel nacional, contribuirá a que las mujeres indígenas, aprendan sus derechos y cultiven un liderazgo y protagonismo social, así como el ineludible emprendimiento. Romper las injusticias y desigualdades, construyendo puentes de equidad y oportunidad en todos los ámbitos sociales, es nuestra deuda social con las mujeres originarias. Como dijo, Rigoberta Menchú, premio Nobel de la paz, “una mujer con imaginación es una mujer que no solo sabe proyectar la vida de una familia, la de una sociedad, sino también el futuro de un milenio”. La educación intercultural, al integrar lenguas y prácticas indígenas en el currículo, va más allá del origen o el color de la piel; se centra en brindar a todas las mujeres la oportunidad de desarrollarse plenamente y contribuir al progreso de nuestra nación. Artículo publicado en, el Montonero. © David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCPC.

La construcción de la identidad bicultural en el proceso migratorio, un reto para la educación intercultural

Fredy E. Cauich CarrilloIEMS SECTEI-CdMx “La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo”Nelson Mandela En un contexto de la migración, el cambio se refleja en el ámbito educativo y en la compleja reconfiguración de las identidades. El proceso migratorio, más allá de un simple movimiento de personas, conlleva una realidad: la creación de una identidad bicultural, y con el tiempo multicultural. Esto se vuelve aún más evidente en la educación, donde la necesidad de adaptarse y comprender dos culturas no solo enriquece al individuo, sino que también puede generar tensiones y conflictos. La interculturalidad, como lo menciona la Nueva Escuela Mexicana (NEM), se convierte en un pilar fundamental para enfrentar este reto educativo y cultural, proponiendo una educación abierta al diálogo y al reconocimiento de las diversidades. La migración, en su esencia, es un proceso que trasciende lo físico para adentrarse en los dominios de lo simbólico y lo cultural. Los individuos que atraviesan fronteras no solo llevan consigo sus costumbres, creencias y valores (Braudel 2016), los cuales entran en diálogo o, en algunos casos, en conflicto con los del país receptor. Afirma Stavenhagen (2008), “el reto de la globalización es construir un mundo donde quepan muchos mundos”. Este desafío se vuelve aún más palpable para aquellos que deben integrar elementos de dos culturas en su vida cotidiana, un proceso de negociación continua.  En el ámbito educativo, esta meta se intensifica, ya que la escuela es uno de los principales espacios donde las diferencias culturales se encuentran. Los migrantes, especialmente los jóvenes, se ven inmersos en un sistema que, en ocasiones, no está preparado para manejar la diversidad cultural. El sistema educativo tradicional puede, sin intención, homogenizar a los estudiantes, dejando de lado las particularidades de aquellos que provienen de otras culturas. La NEM enfatiza que la educación debe abrirse a la comunidad y reconocer el valor de la diversidad cultural (García & Mendieta, 2024), promoviendo un diálogo horizontal entre culturas. La interculturalidad no debe verse como un simple agregado al currículo, sino como una perspectiva que impregna todas las áreas del conocimiento. Al reconocer y valorar la diversidad, se abren las puertas para que los estudiantes migrantes construyan una identidad bicultural más sólida, en lugar de verse forzados a elegir entre una u otra cultura. Para los migrantes, especialmente los jóvenes, el camino hacia la identidad bicultural puede estar lleno de tensiones entre los valores que heredan de sus familias y los que encuentran en la sociedad de acogida. La educación, en este sentido, juega un papel crucial al proporcionar un espacio donde se pueda construir una identidad que reconozca y celebre ambos lados del cruce cultural. La propuesta educativa de la NEM establece que el diálogo intercultural debe ser un proceso activo y continuo, en el cual tanto los estudiantes como los docentes contribuyen a la construcción de una realidad educativa más inclusiva. Este reto también involucra los espacios informales de aprendizaje, donde la convivencia diaria permite al migrante navegar entre sus diferentes identidades. El entorno social es, en muchos casos, donde las verdaderas confrontaciones culturales ocurren, y donde los migrantes enfrentan barreras como la xenofobia y la discriminación (Cauich, 2023). Esto subraya la importancia de que las instituciones educativas trabajen en conjunto con las comunidades para fomentar una cultura de respeto y reconocimiento mutuo. La construcción de la identidad bicultural se convierte, entonces, en un proceso de adaptación y resistencia. Adaptación, porque los migrantes deben aprender a moverse en un nuevo contexto cultural. Resistencia, porque deben preservar los elementos de su cultura de origen, resistiendo las presiones de asimilación. Este equilibrio caracteriza a la experiencia bicultural, un reto que puede llevar a una mayor riqueza cultural tanto para el individuo como para la sociedad en su conjunto. Un aspecto clave en este proceso es la capacidad de los migrantes para desarrollar un sentido de pertenencia en ambos contextos culturales. Según Toledo y Barrera-Bassols (2008), las comunidades que logran mantener un equilibrio entre sus raíces y el nuevo entorno en el que viven son aquellas que pueden preservarse y enriquecerse, al mismo tiempo que participan activamente en la sociedad de acogida.  Este proceso de integración cultural también tiene un impacto profundo en el ámbito educativo. Cuando los estudiantes migrantes logran reconocer y valorar su herencia cultural dentro del sistema educativo, su experiencia de aprendizaje se transforma de manera positiva. La identidad bicultural no solo les permite comprender mejor su propio lugar en el mundo, sino que también les brinda una ventaja al manejar diferentes perspectivas y formas de conocimiento. Sin embargo, este proceso no está exento de desafíos. Uno de los principales obstáculos a los que se enfrentan los migrantes en su proceso de construcción identitaria es el sistema de valores de la sociedad receptora, que tiende a privilegiar su cultura sobre las demás. Para evitar este tipo de situaciones, las políticas educativas deben promover la integración cultural, que permite una coexistencia de elementos culturales, en lugar de la asimilación, que exige la adopción completa de la cultura del país receptor La construcción de una identidad bicultural en el contexto migratorio es un proceso desafiante, pero también una oportunidad única. Los migrantes que logran navegar entre dos culturas no solo enriquecen su propia experiencia, sino que también aportan nuevas perspectivas y conocimientos a la sociedad que los acoge. Leonor Arfuch, señala las vivencias culturales que los migrantes llevan consigo se convierten en dispositivos de memoria que permiten tejer nuevas formas de identidad y pertenencia en los espacios que habitan. La interculturalidad, entonces, es más que una simple coexistencia de culturas. Es un proceso activo de diálogo y aprendizaje mutuo, en el que las diferencias se valoran y se integran para construir una sociedad más justa y equitativa. La educación juega un papel fundamental, ya que tiene el poder de facilitar o dificultar este proceso. Como sugiere la NEM, la educación intercultural debe ir más allá del reconocimiento superficial de la diversidad; debe crear espacios donde los estudiantes migrantes puedan expresar su identidad y donde

Las bibliotecas transforman nuestras vidas

Por: David Auris Villegas davidauris@gmail.com https://orcid.org/0000-0002-8478-6738 Después de enviar mi tradicional carta a Santa Rosa de Lima, patrona de América, escribo este artículo, convencido de que las bibliotecas, al conservar libros y difundir cultura, actúan como puentes cognitivos y emocionales entre el pasado, el presente y el futuro. Es una puerta abierta a la educación y a las oportunidades inimaginables que contribuyen al desarrollo de las personas y de la sociedad, en esta era donde el conocimiento, es nuestro activo más importante. El legendario General argentino, José de San Martín, militar visionario y amante de las letras. Conocedor del legado cultural de la gran Biblioteca de Alejandría, el 28 de agosto de 1821, creó la Biblioteca Nacional del Perú, aseverando que esta institución va a asegurar la causa americana y es tan poderosa como el ejército para sostener la independencia, la libertad y el progreso de las naciones. Doscientos tres años después de lograr nuestra liberación del yugo extranjero, seguimos librando batallas contra la pobreza, la exclusión y la corrupción para construir una ciudadanía más justa. En este contexto, las bibliotecas juegan un papel crucial, gracias a su poder cultural, que democratiza el acceso al conocimiento. Enterados del mensaje de San Martín, el Gobierno peruano ha lanzado desde 2022 la Política Nacional de la Lectura, el Libro y las Bibliotecas (PNLLB) al 2030, alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Aunque esta política llega algo tarde, si cuenta con el presupuesto adecuado y líderes visionarios, podrá reducir las brechas de aprendizaje. En especial, puede transformar la vida de muchos niños y niñas en las regiones más desfavorecidas, ofreciendo a cada uno la oportunidad de un futuro mejor. Para avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que promueven la equidad, es relevante que implementemos bibliotecas accesibles para personas con discapacidad. Esto no solo fomenta la inclusión, sino que también contribuye a construir una sociedad más justa. Además, la digitalización de las bibliotecas es un desafío fundamental que nos permitirá llegar a todas las personas y maximizar el impacto de esta institución cultural. Tomemos conciencia de que la ausencia de bibliotecas está profundizando la inequidad en nuestro continente, que es considerado el más desigual del mundo. Sin estos centros del conocimiento, perderemos la oportunidad de desarrollar el potencial de muchas personas que han sido ignoradas por un sistema político que favorece a las grandes ciudades en lugar de a las zonas rurales. El desarrollo humano depende del acceso al conocimiento. Por eso, los Estados deben garantizar el acceso gratuito a internet y establecer bibliotecas digitales y físicas en cada población. © David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCPC.

Derechos Del Trabajador Frente A Un Pariente Con Discapacidad En Panamá

Leida López email: leidalop@yahoo.com Cuando veo este título, me viene a la mente una frase que repito: “Todos tenemos derechos, pero, ¿sabemos cómo ejercerlos?” Y es una frase llena de verdad y de encaramiento social, ya que todos sabemos que tenemos derecho, pero cómo llegamos a él. Cuando hablamos de los derechos del trabajador ahondamos en lo que conocemos como todos los derechos que tiene un trabajador frente a su empleador, a fin de que se le reconozcan, por medio de la prestación de sus servicios laborales, en pro de un salario. Pero, ¿Qué entendemos como derechos humanos de la persona con discapacidad? Son aquellos derechos humanos inherentes a su condición de tener o sufrir una discapacidad, el cual es de valor proteccionista frente a otros derechos, en base a que se considera como una persona que necesita cuidado especial, por parte del Estado y la sociedad para su desarrollo como ser humano. Sobre el particular, tengo a bien expresar lo que establece la legislación panameña sobre las personas con discapacidad. En el numeral 3 del artículo 3 de la Ley 42 de 27 de agosto de 1999, nos señala que: … “3. Discapacidad: Alteración funcional, permanente o temporal, total o parcial, física, sensorial o mental que limita la capacidad de realizar una actividad en la forma o dentro del margen que se considera normal en el ser humano”. Panamá ha sido pionera en la protección de los derechos de las personas con discapacidad, ya que ha ratificado innumerables instrumentos internacionales tales como: la Convención Nacional de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, la Convención de todas las formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad, entendiéndose, con todo ello, la búsqueda incansable del Estado panameño de proteger a los más necesitados. Pero, ¿Qué pasa con las personas de las cuales dependen las personas con discapacidad? ¿Tienen derechos laborales de protección frente a un despido? El tema que nos ocupa es un poco controversial, y daría pie a una tesis doctrinal sobre el mismo, pero tratemos de ir, como dicen los dermatólogos, al grano. Por un lado, está el trabajador con sus derechos y obligaciones inherentes a su posición frente a su empleador, y por el otro, están los derechos de su pariente discapacitado a recibir manutención y ayuda por parte de él. Y es que muy al fondo de tanto discurso surge la paradoja del derecho laboral frente al derecho humano de cuál de los dos debe ser sujeto de peso frente a los tribunales de justicia o frente al Estado. A fin de proteger los derechos de los más débiles, en nuestra legislación laboral existe la figura de fuero laboral. Y no pensemos que solo existe un fuero laboral, ya que existen diversos y según sea el caso de cada trabajador. Sobre el tema que nos ocupa, para las personas que tienen bajo su cargo o dependencia o tutela a un familiar con discapacidad, se reglamenta lo que es el fuero laboral por discapacidad. ¿Qué establece este fuero laboral? En la Ley 15 de 31 de mayo de 2016, que reforma la ley 42 de 27 de agosto de 1999, introduce el artículo 45-A, que indica que no podrá despedirse a aquellos trabajadores, ya sea tutor o cónyuge o familiar u otra persona que esté a cargo de un persona con discapacidad y que este último sea dependiente de él. En base a lo indicado anteriormente, ningún empleador podrá despedir a un trabajador como “comúnmente” lo establece nuestro Código de Trabajo, sino mediante proceso mediante la cual, la autoridad competente, Juez Seccional de Trabajo, tendrá que evaluar las pruebas presentadas por el patrono a fin de otorgar o no, la justificación del despido. Es menester comprender que el fuero laboral amparando a las personas con discapacidad es una protección legal a sus derechos humanos que se extienden a su tutor o pariente o familiar, a fin de que este último no quede en insolvencia para seguir brindándole los alimentos y cuidados necesarios para su subsistencia, y que sin ellos, no podría llevar una vida decorosa. Dentro del Decreto Ejecutivo 333 del 5 de diciembre de 2019, que reglamenta la Ley 15 de 31 de mayo de 2016, que a su vez reforma la ley 42 de 27 de agosto de 1999, establece que los parientes, tutores, cónyuges o familiares que tengan como dependiente una persona con discapacidad, tendrán derecho a 144 horas de incapacidad al año, fin de que puedan acompañar a sus familiares a sus citas, tratamientos, terapias y otros necesarios para su salud y mejoramiento. Dichas horas, podrán extenderse por otras 144 horas de incapacidad al año, previa evaluación y aprobación del empleador; todo esto, sin contar que el trabajador sigue manteniendo sus horas establecidas en la normativa laboral para incapacidades, vacaciones, etc. Es importante que sepamos que los derechos no se adquieren porque sí, hay que expresarlos, solicitarlos y pedirlos; ya que a fin de que un empleador conozca de la situación de un familiar con discapacidad, se debe notificar, no solo decirlo verbalmente, debes llevar documentación que acredite su discapacidad y que tú eres la persona que te encargas de su manutención y de sus cuidados. La legislación hace referencia que se debe acreditar la condición de discapacidad de una persona para que pueda adquirir los derechos establecidos por Ley, ya que las condiciones no se asumen, se tienen que documentar con personal idóneo para que certifique, después de exámenes y evaluaciones la situación real de la persona. Es el Estado el primer protector de estos derechos laborales frente a las condiciones de discapacidad que puedan tener los familiares, y queda en los jueces y en las instituciones regladas para ello, que puedan llevar un faro de luz, a fin de evitar que el desconocimiento de los más débiles se vea empañado de injusticia. Que nos falta mucho por legislar sobre la materia, sí, es correcto, pero es importante recalcar los esfuerzos constantes que hacemos tanto jueces, sociedad,

Educación democrática y participación ciudadana

David Auris Villegas davidauris@gmail.com https://orcid.org/0000-0002-8478-6738 La educación es clave para promover la participación ciudadana en el proceso histórico de nuestros países. Además de potenciar los conocimientos de los estudiantes, es primordial formar ciudadanos comprometidos para una sociedad menos corrupta y una inteligente burocracia que beneficie a todos. Una educación democrática, que promueva el diálogo y el desarrollo de habilidades cívicas a lo largo de la formación académica, ayuda a construir una sociedad más transparente y responsable como los europeos. Enseñemos a los estudiantes a no esgrimir la violencia para reclamar sus derechos, sino, enseñemos a exigir, con respeto, propuestas y alternativas de solución. No obstante, la corrupción en el sector público, perpetrada por numerosos funcionarios, se manifiesta a menudo a través de saqueos y despilfarros de recursos. Según la Contraloría de la República, este pillaje, provocó la pérdida de seis mil cuatrocientos millones de dólares en el Perú durante el año 2023. Este asalto al país, que obstaculiza nuestro progreso y genera más pobreza, requiere ser abordado desde la educación como una formidable herramienta para prevenir esta catástrofe social. Dada esta realidad, es fundamental que el sistema educativo, adopte una educación democrática y dialógica, centrada en los estudiantes y docentes, con miras a lograr el bienestar compartido. Al respecto, el pedagogo Juan Carlos Tedesco sostenía que debemos comenzar la formación educativa ciudadana lo más temprano posible, integrándola con la alfabetización científica y digital. Esto requiere docentes comprometidos y una política educativa de largo plazo que apueste por la calidad sostenida. La Unesco señala que las instituciones educativas tienen un rol esencial en formar individuos comprometidos con el progreso social. Para esto, los educadores deben integrar actividades transversales en el currículo que promuevan la participación directa de los estudiantes en los problemas de su comunidad, de acuerdo a su grado de estudios, desde la arborización de sus calles hasta analizar la labor de los funcionarios y gobernantes. En este desafío pedagógico, es necesario el uso de las redes sociales para crear foros y discusiones en línea que fortalecen la participación ciudadana. Por ejemplo, organizar talleres prácticos en la plataforma digital, Change.org, donde identifican los problemas sociales y formulan demandas claras, con la finalidad de promover campañas de solución desde diversas perspectivas. Una educación, basada en la democracia participativa, el diálogo, la inclusión y en valores cívicos, es fundamental para edificar una sociedad próspera.  Asimismo, es tiempo de sembrar en la mente de cada individuo, desde la infancia hasta los posgrados, la semilla de la honestidad como ingrediente esencial de desarrollo. © David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCP.

Los jóvenes y la esperanza de un mejor porvenir

David Auris Villegas davidauris@gmail.com https://orcid.org/0000-0002-8478-6738 La juventud encarna pasión, determinación, retos y sueños, pero también susurra lamentos de angustia y desilusión por los conflictos que los mayores hemos desencadenado a lo largo y ancho del planeta. Como adultos, debemos abrazar nuestro papel de mentores y consejeros, ofreciendo educación y oportunidades para que cada joven pueda descubrir su talento y aportar a la creación de un mundo más justo y esperanzador. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los jóvenes son quienes definen las tendencias en creatividad y son los auténticos pioneros digitales que están revolucionando al mundo. A través de estos medios, nos hacen saber sus desafíos y nos ofrecen soluciones a los problemas globales que los mayores muchas veces lo silenciamos. La juventud representa, para la UNESCO, un recurso vital para el progreso social y económico. De hecho, es un poderoso activo humano en la construcción de un futuro más equitativo, para alcanzar la paz y erradicar la pobreza que impide el logro del desarrollo sostenible. El 12 de agosto se conmemora el Día Internacional de la Juventud desde 1985; sin embargo, fue en el año 1999 cuando esta celebración se institucionalizó en la ONU, reconociendo la contribución dinámica y vibrante de los jóvenes en el desarrollo humano, entre 15 a 24 años, que abarca alrededor de 1500 millones de personas en el mundo.  El Programa de Acción Mundial para los Jóvenes de la ONU, aborda cuestiones como la igualdad de género, la salud universal, la educación y las oportunidades laborales. No obstante, a menudo olvidamos que los jóvenes son el presente, sobre todo en los países en vías de desarrollo. A nivel mundial, aproximadamente 700 millones de adultos y jóvenes carecen de habilidades básicas de lectura y escritura, según la UNESCO. Esta cifra refleja una grave brecha en el acceso a la educación y subraya la necesidad urgente de mejorar la alfabetización global. Nos invita a afinar el pensamiento crítico, creativo, emprendedor, empático y hacer entender que solo juntos podremos progresar y resolver los problemas del mundo. Transformemos nuestra visión sobre la educación global en este Día de la Juventud, brindando a los jóvenes la oportunidad de asumir el coliderazgo de nuestros países y potenciemos su infinita capacidad mental.  De lo contrario, el miedo al fracaso se va a apoderar de ellos, limitándolos a enfrentarse con éxito los desafíos de un futuro impredecible y al mismo tiempo repleto de esperanzas. David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCP

Educación y extinción de las armas nucleares

David Auris Villegas davidauris@gmail.com https://orcid.org/0000-0002-8478-6738 En memoria de las víctimas de Hiroshima y Nagasaki, donde las bombas nucleares dejaron indelebles cicatrices de dolor, la educación emerge como una antorcha por la vida. Al transmitir las lecciones dolorosas del ayer, podemos despertar conciencias y provocar un compromiso global para eliminar las armas nucleares, ya que muchos de los estudiantes más tarde se convertirán en gobernantes y personajes influyentes quienes tomarán decisiones sobre el destino de la humanidad. Esta acción pedagógica compromete a la sociedad y a los países que lideran el planeta. Un agosto como hoy, hace 79 años, la humanidad fue atacada por las fatídicas armas nucleares en Hiroshima y Nagasaki, aniquilando inmediatamente a más de 200, 000 personas y luego morirían miles más por el efecto de la radiación y las indescriptibles heridas. Fue el momento más terrorífico de nuestra historia, pues habíamos creado un monstruo infernal capaz de exterminarnos. Consciente de esta amenaza que puede poner fin al mundo, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, (ONU), António Guterres, clama por la eliminación de todas las armas nucleares de la faz de la tierra. Para que no se repita esta dolorosa historia, uno de los sobrevivientes del ataque nuclear, Yasuaki Yamashita afincado en México, nos recomienda que nunca dejemos de hablar del apocalipsis de la bomba atómica y pide a la gente levantar la voz que, no podemos convivir con las armas nucleares. En sintonía con este llamado, la ONU y los países con armas nucleares deben fortalecer el Tratado de No Proliferación de las armas nucleares (TNP) a través de la negociación y el diálogo por la vida, impulsando así la eliminación definitiva de todas las ojivas nucleares. En este desafío por la vida, las escuelas, como instituciones clave en el desarrollo del pensamiento y el respeto por el prójimo, pueden concientizar sobre las consecuencias de la explosión nuclear mediante testimonios, videos y debates en el aula. Las universidades, además de abordar la eliminación de armas nucleares como un tópico transversal, pueden establecer cátedras especializadas en los efectos de la bomba atómica y fomentar líneas de investigación que contribuyan al debate, demostrando que solo eliminando estas armas podremos tener una real esperanza en el futuro. Promovamos la paz como nuestro único escudo de sobrevivencia y para asegurar nuestro porvenir Exijamos a los gobernantes, líderes mundiales y a la ONU que incluyan la eliminación de las armas nucleares en los Objetivos de Desarrollo Sostenible al 2030. Autor: David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCP.

Entrevista al Dr. Idel Vexler Talledo, exministro de educación del Perú

Entrevista, realizada por David Auris Villegas Entrevista al Dr. Idel Vexler Talledo -exministro de educación del Perú– inició su carrera como maestro de escuela y culminó su brillante trayectoria siendo ministro de Educación. Por sus elevadas contribuciones a la educación y al desarrollo nacional ha recibido múltiples reconocimientos. Ha sido honrado por el Estado Peruano con las Palmas Magisteriales en grado de Educador, Maestro y Amauta y, fue condecorado como Gran Oficial de la Orden al Mérito por servicios distinguidos. Además, ha recibido el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y muchas universidades. Tiene 10 libros publicados. Se le reconoce como líder y referente educativo en el Perú y a nivel internacional . Esta entrevista se publicó en la revista internacional de Educación y Literatura, AURIS, Año 1, N°05. https://edicionesauriseduca.com/web/2024/07/29/revista-auris-ano-01-n-05-mayo-2024/ DAV. Estimado maestro Idel, ¿cómo surgió su vocación por la pedagogía y qué lo inspiró a convertirse en un gestor educativo? IVT. Bueno, soy piurano y vine a Lima con la intención de estudiar ingeniería geológica en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Después de haber ingresado, no me sentía muy cómodo. Como me gustaba enseñar e ir a las escuelas, decidí postular a la Universidad Enrique Guzmán y Valle, La Cantuta, donde estudié becado. Luego de licenciarme como educador, empecé mi labor profesional. Ser educador es una tarea emocionante, compleja y de gran responsabilidad formativa, donde lo más difícil es hacer una mediación pedagógica con otros seres humanos, teniendo como interlocutores a sus alumnos con el apoyo decidido de los padres de familia, los directores, los auxiliares y la sociedad. DAV. Como referente educativo, comparta con nosotros su trayectoria como docente y gestor educativo a lo largo de su carrera profesional. IVT. He trabajado en escuelas públicas de Talara, Comas, Independencia y Magdalena durante 30 años como docente común y corriente, y también fui tutor en el importante colegio León Pinelo. Empecé mi labor pedagógica en 1976 y terminé como director en 2011. Asumí el cargo de especialista en la educación básica y colaboré en temas curriculares de gestión en la Escuela Nacional Autónoma de Bellas Artes, que se ha convertido en universidad. Paralelamente a mis funciones académicas, he colaborado con artículos en diarios y revistas, y he dictado conferencias en eventos académicos y consultorías. Asumí el cargo de viceministro de Gestión Pedagógica en 2000 durante el gobierno transitorio del Dr. Valentín Paniagua, y estuve en este cargo, con breves interrupciones, hasta 2017. Desde este puesto, impulsé y vigoricé la educación inclusiva, el plan lector y la Carrera Pública Magisterial, la tutoría, el currículo por competencias, fortaleciendo intensamente la meritocracia educativa.  Asumí el cargo de Ministro en 2017, durante el gobierno del Dr. Pedro Pablo Kuczynski. Solo ejercí ocho meses y me quedé embarazado con todos los proyectos que no pude llevar adelante y que son muchos. En el primer lustro de este siglo, fui parte del directorio de Foro Educativo, en una época donde la institución era más plural. También fui presidente de la Cámara de Comercio de Lima en educación y soy integrante del Consejo Nacional de Educación y el comité Estratégico de Educación de IPAE. En la actualidad, alejado de los cargos públicos, me he convertido en opinólogo, conferencista y consultor educativo. Muchos dicen que soy “influencer educativo”. DAV. Desde su experiencia como ex funcionario de alto nivel, ¿cuál es su opinión sobre el papel de la gobernanza en la búsqueda de la calidad educativa? IVT. Bueno, yo no diría solamente la educación básica, sino también la educación superior, sobre todo la educación superior pedagógica y tecnológica, que creo que es fundamental. El Perú es un país con una gestión descentralizada y es crucial que la gestión educativa se enfoque en procesos de calidad e inclusivos. En mi trayectoria, fui presidente de la Comisión Técnica que elaboró la ley general de educación vigente, aunque muchos no lo conocen. Creo que para ser un buen gestor y desarrollar una gobernanza estratégica, es necesario conocer en profundidad el sector educativo, desde la primera escala hasta la última etapa generacional de adultos, como decía Erikson. Es fundamental haber ejercido el profesorado de aula como requisito para una gestión efectiva. Para llegar a ser ministro de Educación hay que recorrer las complejas escalinas de una trayectoria de menos a más. Y no al revés como ha ocurrido sobre todo en los últimos tiempos. DAV. ¿Cuáles son los indicadores específicos que demuestran la mejora continua en la educación durante su gestión? IVT. Estar muy cerca de los maestros y de las escuelas, así como de la gestión descentralizada, es fundamental. Durante nuestra gestión, los resultados de aprendizaje mejoraron notablemente: los logros en las pruebas censales, las pruebas de la UNESCO mostraron avances significativos. Sin embargo, la mediocridad a menudo impide que estos logros sean reconocidos. Además, implementamos reformas educativas importantes, como la evaluación formativa y la carrera magisterial meritocrática, fortaleciendo y creando la tutoría y la orientación educativa. Sobre este último tema, tengo un libro que espero que la Universidad Ricardo Palma publique pronto. DAV. ¿Cuál es la mejor manera de gestionar la educación básica y superior desde el Ministerio de Educación? IVT. Es fundamental no cambiar los currículos constantemente y enfocarse en capacitar a los maestros de manera efectiva. Recuerdo el Programa Nacional de Formación y Capacitación Docente que realizamos, que en líneas generales fue muy bueno. Además, una gestión pública debe estar cerca de la escuela, conocer lo que sucede en las aulas y favorecer el liderazgo del director. Es crucial impulsar un currículo accesible para los estudiantes y proporcionar un acompañamiento cognitivo, intelectual y socioemocional a los alumnos. Y ojo, es importante impulsar la autonomía escolar y mejorar las condiciones básicas de calidad educativa del sistema educativo peruano. DAV. ¿Cuáles son algunos de los problemas más destacados en la educación y cómo se pueden abordar? IVT. Tenemos problemas muy serios en el ámbito educativo, empezando por la infraestructura. Desde la época del ex presidente Manuel Odría, no ha habido

Pedagogía de la amistad para el éxito personal

David Auris Villegas davidauris@gmail.com https://orcid.org/0000-0002-8478-6738 En el frágil y disruptivo ámbito de las interrelaciones humanas dentro de un cosmos cada vez más pequeño, todos necesitamos desarrollar nuestras habilidades socioemocionales para tender puentes de amistad en lugar de erigir barricadas de enemistad. La amistad, entendida como el arte de relacionarse positivamente con los demás, se desarrolla tanto en el hogar como en las instituciones educativas. Este vínculo afectivo tejido como una invisible red en la vida social potencia el éxito personal. Las constantes y absurdas guerras, el crimen y el terrorismo causan un sufrimiento e inmenso dolor que puede ser evitadas. Entre ellas, la amistad y la diplomacia son herramientas para mitigar estos flagelos al promover el entendimiento mutuo, resolver conflictos pacíficamente y construir alianzas globales que favorezcan la cooperación humana a lo largo de la vida. Aristóteles afirmaba que la amistad es la base fundamental para una vida plena. En esta búsqueda de la armonía, cada 30 de julio celebramos el Día Internacional de la Amistad para conectar a las naciones del mundo y a las personas, con la escuela jugando un papel esencial, al empoderar el cultivo de la amistad como un modo de vida. Para enriquecer nuestra perspectiva, Jorge Luis Borges, argumentaba que la amistad no requiere frecuencia ni confidencialidad. Prueba de ello, ahora con la tecnología han surgido amistades virtuales que comparten intereses comunes, aunque nunca tendrán la oportunidad de abrazarse en físico. La escuela, como paradigma de buenos hábitos, ha de fomentar el valor de la amistad, desarrollando las habilidades socioemocionales (HSE) como competencia del siglo XXI, para una convivencia armoniosa. Los educadores son relevantes en este proceso, promoviendo actividades grupales centradas en el respeto, la sinceridad y la empatía, que son los fundamentos de toda amistad. Según la Real Academia Española, “la amistad es un afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato” Aunque parezca idealista, la amistad permite construir una sociedad más feliz y solidaria en un momento donde la infelicidad y el miedo recorre el planeta. Toda verdadera amistad supera diferencias ideológicas, sociales y culturales, porque se sostiene en la lealtad y la aceptación. No obstante, como seres muy imperfectos, esta amistad siempre estará en peligro, por ejemplo, una traición o una mentira puede socavar largas relaciones interpersonales. La amistad es un bien común en permanente construcción social. Impulsar las relaciones armoniosas con vecinos, familiares, compañeros de trabajo y países vecinos son imprescindibles para asegurar nuestra supervivencia.

Vulnerabilidad heredada: La otra cara de la generación de cristal

Fredy E. Cauich CarrilloIEMS- SECTEI CdMx “El mundo ideal es el mundo en el que aprendemos a controlar el crecimiento de población de tal forma que en cada país no haya demasiada gente. Un mundo en el que cuando tomas una decisión te preguntes: ¿Cómo afectará esta decisión de hoy a las generaciones del futuro? Un mundo en el que no tengamos tanta presión por parte de los grandes negocios. Un mundo en el que se permite a los niños ser niños y divertirse. Y un mundo en el que aprendemos a respetar a los demás seres vivientes y a estar en armonía con la naturaleza” Dra. Jane Godall El término “generación de cristal” ha sido ampliamente utilizado para describir a los jóvenes del siglo XXI, caracterizándolos como frágiles y fácilmente ofendidos. Sin embargo, esta etiqueta despectiva  ignora los factores complejos que han dado forma a las nuevas generaciones. Los jóvenes de hoy están en un mundo complejo, enfrentando desafíos sin precedentes. Han sido testigos invisibilizados de cambios profundos en el mundo, desde avances tecnológicos hasta crisis ambientales globales, y han crecido en un entorno donde la información está al alcance de un clic, pero también cargado de incertidumbre, sofismas y estrés. Juzgar a estos jóvenes sin considerar el contexto en el que crecieron es injusto. En mi opinión, lejos de ser frágiles, ellos muestran niveles de empatía, conciencia social y compromiso interesantes, pero que nuestras ataduras del siglo pasado nos impide percibir. Esta generación crece en un entorno caracterizado por la incertidumbre, la sobrecarga de información y la presión por alcanzar la ficción de la perfección y por otra parte la vulnerabilidad atribuida a esta generación no surge de la nada. Muchos jóvenes han sido criados por padres que, en su intento de protegerlos, priorizaron su seguridad emocional y física, a veces a expensas del desarrollo de la resiliencia. Los padres de hoy, a menudo sobrecargados y enfrentados a presiones laborales y sociales sin precedentes, hacen lo mejor que pueden para criar a sus hijos. Culparlos por las características de la generación de cristal es simplista y contraproducente. La supuesta fragilidad de esta generación no es una falla inherente, sino el resultado de un contexto sociocultural. En lugar de señalar con el dedo, debemos colaborar para crear entornos más saludables y equitativos para todos, ellos y nosotros. Para potenciar a los jóvenes, es fundamental ofrecerles una educación que no solo transmita conocimientos, sino que también fomente la resiliencia, la creatividad y el pensamiento crítico. Esto implica replantear la evaluación implementando sistemas más auténticos y personalizados que promuevan el aprendizaje profundo y la creatividad; fomentar el aprendizaje socioemocional desarrollando habilidades como la empatía, la resiliencia y la inteligencia emocional en los estudiantes; aprovechar las tecnologías educativas para transformar la forma en que enseñamos y aprendemos; y crear una colaboración entre la escuela y la familia para un entorno de aprendizaje integral que involucre a la escuela, la familia y la comunidad. La tecnología y las redes sociales han transformado radicalmente la forma en que vivimos y nos relacionamos. Si bien estas herramientas ofrecen numerosas oportunidades, también presentan desafíos para la crianza de los hijos. Los padres deben navegar por un entorno digital complejo y aprender a establecer límites saludables para proteger a sus hijos.  Para la gran mayoría de los padres, es natural querer proteger a los hijos de cualquier daño. Sin embargo, es importante recordarles que la adversidad también puede ser una oportunidad para crecer y aprender. Al permitir que los hijos enfrenten desafíos de manera gradual y con nuestro apoyo, como institución educativa, les estamos enseñando habilidades valiosas para la vida. La comunicación abierta y honesta es fundamental para construir una relación de confianza con nuestros ellos. Al escuchar sus preocupaciones y validar sus emociones, les estamos mostrando que ya no son invisibles. Consideremos un ejemplo:Juan, un joven de 18 años recién egresado de la educación media superior, creció en una familia donde sus padres se esforzaron por protegerlo de cualquier adversidad. Desde pequeño tuvo acceso a una educación y un ambiente familiar sin adjetivos de bueno o malo. Sin embargo, cada vez que enfrentaba una dificultad, sus padres intervenían rápidamente para resolverla. Esta protección constante, aunque bien intencionada, tuvo un efecto secundario: Él no desarrolló las habilidades necesarias para manejar el estrés y las dificultades por sí mismo. Al llegar a la universidad, se encontró con un mundo menos indulgente y más competitivo. Sin la intervención constante de sus padres, Juan comenzará a sentirse abrumado por la presión académica y social. El caso de Juan no es único. Muchos jóvenes han experimentado una crianza similar, donde la protección excesiva ha limitado su capacidad para enfrentar desafíos de manera autónoma. Este proceso, conocido como “crianza helicóptero”, ha sido identificado como un factor que contribuye a la percepción de la generación de cristal. Los padres helicóptero, en su deseo de proteger a sus hijos, a menudo sin darse cuenta, les privan de la oportunidad de desarrollar habilidades de afrontamiento y resiliencia. Es importante reconocer que esta forma de crianza no surge de la negligencia, sino de un deseo profundo de proteger y asegurar el bienestar de los hijos. Sin embargo, el desafío radica en encontrar un equilibrio entre brindar apoyo y permitir que los jóvenes enfrenten y superen sus propias dificultades. La protección excesiva puede tener consecuencias no deseadas, y es aquí donde se hace evidente la necesidad de un cambio de enfoque. En lugar de juzgar a la generación de cristal, debemos enfocarnos en proporcionarles las herramientas y recursos necesarios para fortalecer su resiliencia. Esto implica fomentar un ambiente donde se valore la autonomía y la capacidad de afrontar desafíos, al mismo tiempo que se ofrece un apoyo adecuado. Programas de educación emocional y habilidades para la vida pueden ser fundamentales en este proceso, ayudando a los jóvenes a desarrollar la confianza y las habilidades necesarias para enfrentar el mundo con fortaleza y adaptabilidad. Es esencial que la sociedad en su conjunto cambie su percepción de la
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