A partir de 2021, la Real Academia Española (RAE) inició el proceso de digitalización de su valioso acervo bibliográfico, y como resultado ha puesto a disposición del público en todo el mundo 4 mil 800 obras con un total de 5 mil 250 volúmenes. De acuerdo con la RAE, de esta manera terminan las dos primeras etapas de la digitalización, centradas en el fondo antiguo impreso, y se dará inicio a la digitalización de sus obras manuscritas. Tanto investigadores como lectores no especializados tienen la posibilidad de consultar en línea obras que hace unos días se consideraban inaccesibles, como la primera edición de la primera parte de Don Quijote, de 1605; Los empeños de una casa, de 1683, de Sor Juana Inés de la Cruz; e incluso el manuscrito original de Don Juan Tenorio, de 1844, de José Zorrilla, con tachaduras y correcciones similares a las que se encontrarían en cualquier obra literaria contemporánea. En un comunicado, la Real Academia Española señaló que, al finalizar las distintas fases del proyecto, se presenta una alianza con el fin de difundir el valioso patrimonio bibliográfico de la institución y, al mismo tiempo, contribuir a su conservación. “Haciendo referencia a la importancia de la RAE, yo diría que este paso hacia la tecnología representa un avance significativo; esto implica un ‘tenemos una gran cantidad de libros, pero es esencial compartirlos’”, considera Héctor Eduardo García Meléndez, de la Biblioteca Central de la UNAM. “Aunque algunas bibliotecas en todo el mundo ya han adoptado esta práctica de poner sus obras en línea a disposición de los lectores, este paso cobra especial relevancia debido a lo que representa la RAE, que no solo ha digitalizado su acervo, sino que integró elementos que considero son sumamente valiosos. Uno de ellos es el reconocimiento de caracteres, que permite hacer las búsquedas de palabras en los textos y encontrar frases que pueden resultar difíciles de identificar en la lectura”, indicó el licenciado y maestro en Bibliotecología. “Cabe destacar que también se pueden descargar en PDF sus libros; de esta manera, podríamos consultar desde nuestro celular la primera edición del Quijote, sin el riesgo de que el libro se deteriore en nuestras manos”, agregó Héctor Eduardo García. “Hoy en día, tenemos la oportunidad de ver la obra original tal como se imprimió en 1605, y podemos sumarnos a aquellas pocas personas, como algunos investigadores, que para consultar esas obras necesitan una lupa, guantes y aditamentos especiales para su lectura”. Como mencionaba anteriormente el especialista universitario, la puesta en línea del acervo de la RAE se suma a otras bibliotecas que han tomado esta iniciativa, “como la Digital World Library, en 2009, y la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, en la que podemos encontrar numerosos documentos que han estado disponibles al público desde 1999”. Los acervos digitales de la UNAM “La UNAM está digitalizando su propio acervo, que se puede consultar de manera abierta. Si revisamos los catálogos de nuestra Universidad, encontraremos, por ejemplo, acervos que albergan obras que datan de los siglos XVII y XVIII; además, podremos consultar incunables, como Las siete partidas de Alfonso X, que data de 1491”, comentó Héctor Eduardo García. Por otro lado, tanto la Biblioteca Nacional como la Hemeroteca Nacional de México, ubicadas en el Centro Cultural Universitario, han puesto en funcionamiento fondos digitales que permiten el acceso remoto a miles de títulos que forman parte de la memoria bibliográfica del país y a contenidos de publicaciones periódicas nacionales y extranjeras. Volviendo al acervo bibliográfico virtual de la RAE, el académico sugiere que para entender mejor su relevancia veamos esta puesta en línea desde la perspectiva de una novela y una película muy famosas en el ámbito bibliográfico, El nombre de la rosa. El protagonista de esta historia, un monje franciscano del siglo XIV, es llamado para investigar una serie de muertes ocurridas en una abadía en el norte de Italia que es famosa por su impresionante biblioteca, la cual tiene un acceso muy restringido. “En esa obra conocemos que la biblioteca es un repositorio de información que alberga obras valiosas, pero que en esa época solo unos pocos podían acceder al conocimiento. En la actualidad esto ha cambiado, pues la tecnología nos permite consultar obras cuyo acceso en siglos anteriores nos habría sido denegado. “Desde esa perspectiva, este cambio ha resultado benéfico, ya que al revisar un catálogo bibliográfico con alguna frecuencia, este nos presenta el título y palabras clave que nos ayudan a intuir el contenido de la obra”, explica el académico. “Con las bibliotecas digitales, podemos ingresar, explorar el libro y tal vez encontrar algo que nos llame la atención, facilitando la consulta de obras en varias bibliotecas, ya sea dentro de la misma institución o en otros lugares”. En la biblioteca de la RAE encontramos el Don Juan Tenorio original, con todo y sus tachones. Al revisar la obra, podemos apreciar los cambios y correcciones realizados por el autor, lo que nos revela que el proceso creativo en la literatura no ha cambiado mucho desde mediados del siglo XIX. “Podemos ver de primera mano cómo José Zorrilla corregía sus obras. Estas particularidades le dan un valor adicional a la obra, a un texto, que la mayoría de las veces las personas no podemos apreciar”, dice García Meléndez. Importancia de la biblioteca digital para el académico y para el público no especializado Que la RAE haya puesto a disposición del público su biblioteca puede ser contemplado desde dos perspectivas. Desde un punto de vista académico, constituye un recurso documental de gran valor que permite estudiar la evolución de la escritura y cómo ha cambiado el lenguaje durante generaciones; es un testimonio al alcance de todos. “Esta apertura nos incita a explorar otras fuentes documentales de esta misma naturaleza”, añade el académico. Desde la perspectiva del público en general, agrega, la Real Academia Española representa una presencia sumamente significativa en nuestra sociedad porque desempeña el papel de máxima autoridad en lo que respecta al idioma español. “La digitalización de la biblioteca de la RAE probablemente impulse que otras bibliotecas e instituciones pongan sus colecciones digitalizadas a disposición del público en general,