Educación en los tiempos de la migración Intolerancia y supremacismo en el discurso de odio

Fredy E. Cauich Carrillo

No sé, tal vez siempre estamos buscando el lugar correcto,
tal vez lo tenemos al alcance, pero no lo reconocemos.
Tal vez para reconocerlo, tenemos que creer en él.
Humberto Eco

De manera independiente a las filias y fobias políticas desatados por el proceso electoral que culminó este pasado 2 de junio, fueron varias las enseñanzas y reflexiones que quedaron para el tintero; para este trabajo particularmente nos centramos en la problemática, que a nuestro criterio, es uno de los más complejos: el hecho que, nuevamente el rostro de la intolerancia y el supremacismo se puso de manifiesto en el discurso de odio de un sector de la sociedad mexicana.

El término “discurso de odio” es emocional y carece de una definición aceptada en el medio académico o en el ámbito de los derechos humanos internacionales. Este término se utiliza para describir cualquier manifestación que incite al odio discriminatorio hacia individuos o grupos, basándose en características como la raza, religión, género u orientación sexual.

Dado que el concepto es muy amplio, abarca expresiones que podrían estar amparadas por el derecho a la libertad de expresión, lo que hace difícil su identificación y regulación. La ausencia de una definición clara, provoca desacuerdos e incertidumbres sobre la forma de abordar el discurso de odio, buscando equilibrar la protección de la libertad de expresión con la promoción de la igualdad y la no discriminación¹.

Si bien la definición de un discurso de odio cae en una nebulosa que lo puede proteger, lo cierto es que día con día este discurso se incrementó en el proceso electoral mexicano del 2024, alimentado desde todos los frentes, y así de una pugna de «buenos» vs «malos», «conservadores» vs «liberales» se inflaron los calificativos y casi de manera natural se pasó de «fifis» vs «chairos», y se escurrió el discurso al color de la piel, el estrato social, el nivel de ingresos, los viajes realizados alrededor del mundo, etcétera, y los «whitemexicans» vs «morenacos» fue uno de los ejes que afloraron en las discusiones en las ya incontenible redes sociales. Esta adversidad no tardó en encontrar otro blanco de ataque como desde hace más de 100 años lo han sido: Los inmigrantes y el peligro que representan.

¹ARTÍCULO 19. (2020). Manual sobre el ‘Discurso de Odio’ (Resumen). https://www.article19.org/wp-con-tent/uploads/2020/03/ARTICLE-19Manual-sobre-el%E2%80%98Discurso-de-Odio%E2%

La actividad migratoria en México es un tema delicado que ha suscitado diversas reacciones en nuestras sociedades. La migración no solo implica un desplazamiento poblacional, sino también un proceso de integración y adaptación tanto para los migrantes como para las comunidades receptoras. Sin embargo, la intolerancia hacia estos ha sido una constante en diversos sectores de la población mexicana, particularmente en momentos claves de la construcción de la «nación mexicana». El asesinato de comunidades de españoles durante las guerras de independencia, o la persecución, genocidio y expulsión a la que fue sometida la comunidad china durante el periodo nacionalista de la revolución mexicana², fueron algunas de las graves ejemplos vividos en la edificación nacional excluyente a la que pertenecemos.

Los peligros de la intolerancia generada por aquellos que se oponen a la migración «mala», es decir de morenos, latinos, pobres malolientes, que forman las caravanas de caminantes o
errantes, peor si se trata de afrodescendientes; pero que por otra parte aplauden a la «buena» es decir la sajona, o cuando menos de tez blanca, heterosexual aparente, católica y de recursos económicos equiparables a su estado físico, y que llegan con el sello del turismo o emprendedores, es una expresión del supremacismo mexicano y la necesidad urgente de enfrentar esta problemática desde las aulas. Esta acción de manera clara es una imperativa deuda histórica y humana que se tiene, si se quieren trabajar asuntos «visibilizados» tales como la violencia de género, geriátrico y el llamado bullyng en general. Es decir: Para resolver lo conocido debemos atacar normalidades invisibles como la exclusión, el discurso de odio y el supremacismo.

Los peligros de la intolerancia hacia los migrantes malos (pobres), se extiende a los refugiados climáticos puede manifestarse de múltiples formas, desde actitudes discriminatorias hasta actos de violencia. Este fenómeno no solo afecta a los migrantes, sino que también tiene repercusiones negativas para la cohesión social y el desarrollo de una sociedad plural y democrática. La intolerancia genera un ambiente hostil que dificulta la integración de los migrantes y perpetúa estereotipos y prejuicios que alimentan el odio y la división.

El supremacismo mexicano es una ideología que sostiene la superioridad de ciertos grupos nacionales sobre los migrantes. Esta creencia se basa en la idea de que los mexicanos nativos poseen características culturales y raciales superiores a las de los migrantes, lo que justifica su rechazo y exclusión. Este tipo de supremacismo no solo es moralmente condenable, sino que también es peligroso porque puede conducir a la justificación de la violencia y la discriminación sistemática en contra de los migrantes.

²Juan Puig. (1992). Entre el Río Perla y el Nazas. La China decimonónica y sus braceros emigrantes, la colonia china de Torreón y la matanza de 1911. CONACULTA. México.

La educación como herramienta de cambio y cargada de futuro

No comparto la idea de que la solución a todos los flagelos se encuentra en las aulas, pues en nuestro país cada año miles de jóvenes son excluidos de esta oportunidad, y crecerán sin haber cursado algo más allá de algún nivel educativo básico, pero para contrarrestar el supremacismo mexicano y la intolerancia hacia los migrantes, es crucial implementar estrategias educativas, formales (en las aulas) e informales (fuera de las aulas) que fomenten el respeto, la empatía y la comprensión intercultural desde la vida cotidiana, esa es la única respuesta que por el momento se tiene.

La educación, formal e informal, debe abordar la diversidad cultural como un valor y promover el reconocimiento de los derechos humanos de todos, independientemente de su origen. Esto implica la inclusión de contenidos educativos que desafíen los prejuicios y estereotipos, y que promuevan el pensamiento crítico y la reflexión sobre la importancia de la diversidad, incluyendo regulaciones en las redes sociales que limiten los discursos de odio. Así podemos proponer algunas estrategias con un carácter paliativo:

Estrategias educativas
1) Revisión de contenidos curriculares, pues es necesario revisar y actualizar los contenidos de estos para incluir la historia y las contribuciones de la migración en México. Esto podría ayudar a los estudiantes, y en general a la sociedad a comprender la riqueza que aporta la diversidad y a valorar las culturas propias y exteriores.

2) Capacitación docente en la tolerancia a la migración. Los docentes deben recibir capacitación específica para abordar temas de migración y diversidad cultural en el aula. Esto les permitirá manejar adecuadamente situaciones de intolerancia y promover un ambiente de respeto y aceptación, es un hecho que en poco tiempo en nuestros salones y en los prestadores de servicios en general estarán presentes los migrantes y la prevención del discurso de odio es un imperativo.

3) Proyectos interculturales: Al implementar proyectos que fomenten la interacción y el intercambio cultural entre estudiantes de diferentes orígenes es posible que pueda ser una herramienta para reducir prejuicios y construir puentes de comprensión. Ello también incluye los talleres de integración de recursos humanos en las empresas.

4) Promoción de los Derechos Humanos
: La educación en derechos humanos debe ser un componente central del currículo. Los estudiantes deben conocer y entender los derechos de los migrantes y la importancia de defenderlos, no desde el sentido del proteccionismo si no que implementados desde el sentido de la igualdad.

A manera de conclusión y retos

La intolerancia hacia los migrantes y el supremacismo mexicano son problemas serios que amenazan la cohesión social y los valores democráticos de México. Es fundamental abordar estos problemas desde las aulas y más allá de ellas, implementando estrategias educativas globales que promuevan el respeto, la empatía y la comprensión intercultural. Solo a través de una educación y formación inclusiva y consciente se podrá construir una sociedad más justa y equitativa, donde todos los individuos, sin importar su origen, sean valorados y respetados, esto es hasta el día de hoy una utopía, pero vale la pena el trabajar por ello.

Bibliografía

  1. ARTÍCULO 19. (2020). Manual sobre el Discurso de Odio (Resumen). https://www.article19.org/wp-content/
    uploads/2020/03/ARTICLE-19-Manual-sobre-el-%E2%80%
    98Discurso-de-Odio%E2%
  2. Goleman, Daniel. (2018). Emotional Intelligence. Bloomsbury Publishing.
  3. Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). (2022).
    Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS). INEGI.
  4. Naciones Unidas. (2019). Informe sobre la Migración en el Mundo 2019. ONU.
  5. Pica-Smith, C., Contini, RM y Veloria, CN (2018). Educación en justicia social en escuelas multiétnicas europeas: abordar los objetivos de la educación intercultural. Routledge.
  6. Puig, Juan. (1992). Entre el Río Perla y el Nazas. La China decimonónica y sus braceros emigrantes, la colonia china de Torreón y la matanza de 1911.
  7. CONACULTA. México Secretaría de Educación Pública (SEP). (2021). Plan y programas de estudio para la educación básica. SEP.
Fredy E. Cauich Carrillo

Autor: Fredy E. Cauich Carrillo

Maestro en Historia. Doctorante en ecología y gestión ambiental. Diplomados en: Educación, SEP-CAM (2000), Educación y sicología de la adolescencia UNAM (2003). Biología evolutiva, Universidad Complutense de Madrid (2021). Docente, Tutor, Investigador, Tiempo completo, categoría C, Instituto de Educación Media Superior de la Ciudad de México.

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