Hacia la debacle educativa
Joel Vicente Cortés
El desastre educativo y las reformas fallidas en México durante los últimos 20 años (de Fox a AMLO) ha experimentado políticas públicas erráticas y continuidades poco menos que existenciales. Con diferentes gobiernos, más que cambios de fondo, se aplicaron ajustes simulados en distintos momentos. Los gobiernos anteriores y el cual, han menospreciado las opiniones críticas y se acusa a otros de las fallas propias. En la coyuntura electoral, la disputa por el poder federal, cameral o municipal obnubila lo educativo. A los protagonistas y sus partidos les interesan los votos, no la catástrofe educativa que se avecina.
Por lo anterior, es muy importante tomar en cuenta los resultados últimos del Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA) como referencia, para hacer un ejercicio de análisis crítico que permita contrastar los resultados de estas mediciones en la educación básica mexicana. Es cierto también, y tampoco hay que olvidarlo, que la metodología PISA ha sido cuestionada por autoridades y un buen número de actores educativos mexicanos, no obstante, sería un error omiso para la Nueva Escuela Mexicana y el Movimeintos Magisterial Oaxaqueño (MDTEO) no atenderlas. Veamos:
El año 2022 México fue evaluado y a fines del año en curso nos informa PISA: dos de cada tres estudiantes de quince años de edad que cursaban la secundaria, no lograron realizar operaciones matemáticas simples, uno de cada dos no coprendió lo que leyó, y en ciencias , uno de cada dos se ubicó en el nivel más abajo de competencia. El retroceso se midió en base a los registros de los últimos diez años, el porcentaje de adolescentes que se quedó en el nivel más bajo de competencia aumentó de 55 a 66 por ciento en matemáticas, de 40 a 47 en lectura y de 47 a 51 en ciencias.
El resultado señala que México enfrenta una severa crisis de aprendizaje, ya que se ha incrementado el porcentaje de estudiantes mexicanos de quince años que arecen de competencias básicas en matemáticas, lectura y ciencias, es decir, sus conocimientos son insuficientes, por lo que la OCDE nos ubicó en la posición 51 de los 81 países evaluados. La información proviene de la evaluación realizada por el (PISA) que se aplica desde el año 2000 en todos los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La OCDE dice tener como objetivo la promoción de políticas públicas que mejoren el bienestar social y económico de población mundial.
Algunas causas y limitaciones importantes para nuestra realidad educativa:
1- Resistencia y conflictos sindicales. A lo largo de las diferentes reformas, se ha enfrentado fuerte resistencia por parte del sindicalismo docente y maestros en general, generando conflictos y tensiones que han afectado la implementación efectiva de las políticas educativas.
2- Falta de continuidad y cambios constantes. La falta de continuidad en las políticas educativas debido a cambios de gobierno y reformas frecuentes ha dificultado la implementación efectiva y la consolidación de mejoras a largo plazo en la educación básica.
3- Desigualdades regionales persistentes. A pesar de los esfuerzos, prevalece el abandono de las autoridades para abordar las desigualdades educativas, persisten brechas regionales en términos de acceso a recursos, calidad de la enseñanza y oportunidades educativas.
4- Desconexión con las comunidades locales. Las medidas de descentralización y autonomía escolar simularon su implementación y efectividad, resultando en una falta de conexión con las necesidades específicas de las comunidades y apoyo escaso en su infraestructura.
5- Falta de recursos y capacitación. Salarios magisteriales bajos. La falta de recursos suficientes y la insuficiente capacitación de los docentes para adaptarse a los cambios propuestos pueden haber limitado el éxito y el impacto positivo de las reformas educativas en este período.
6- En Oaxaca. Se multiplican las limitaciones pues vivimos: secuelas del Covid-19, un estimado 30% de la población escolar en marginación extrema, improvisación de autoridades en la administración educativa estatal, pésima infraestructura educativa,
y por si fuera poco, un movimiento magisterial con más de 40 años de suspensiones frecuentes del servicio educativo.
