Las Principales

La Inteligencia artificial o la banalidad en la educación

Los intereses y las condiciones de existencia de los

proletariados [cognitariado] se igualan cada vez más a medida

que la máquina [inteligencia artificial] va borrando diferencias en el

trabajo y reduce los costos en todas partes, a un nivel igualmente bajo”

(Marx y Engels 1848 p. 39)

Las ideas dominantes en cualquier época no han sido nunca más que ideas de la clase dominante. Así lo expresan los discursos que celebran con vanagloria la introducción de la Inteligencia Artificial en la Educación en México, tal como lo señaló el secretario de la SEP Mario Delgado, el pasado 25 de marzo en el Foro Nacional de Inteligencia Artificial, además de lo anterior, la máxima autoridad educativa exigió que la IA se involucre en los procesos educativos de enseñanza y aprendizaje, esto muy a pesar de que el Plan de Estudios para la Educación Básica 2022 tiene como planteamiento un camino distinto al señalado por el secretario. De hecho las dos veces que menciona la IA el documento, de más de 190 cuartillas,  lo hace para posicionarse críticamente, teniendo como referencia al filósofo francés Éric Sandin.

Desde este punto de vista la narrativa actual rompe con la lógica iniciada en el ciclo escolar 2024-2025, que apuesta por un saber comunitario, teniendo como objetivo la formación humana crítica desde la pluralidad de saberes y sentires, lo anterior en clave decolonial. Este cambio en la educación representa el paso del profesor artesano al profesor programador de prompts. De ahora en adelante la parafernalia comunicativa señalará la importancia de que las escuelas, el profesorado y los estudiantes se “capaciten en la utilización de la IA”.  De acuerdo con esta perspectiva nos asomamos a lo exponía Hannah Arendt en 1958:

Pudiera ser que nosotros, criaturas atadas a la Tierra que hemos comenzado a actuar como si fuéramos habitantes del universo, somos incapaces de entender, esto es de pensar y hablar las cosas que, no obstante, podemos hacer. En este caso, sería como si nuestro cerebro, que constituye la condición física, material de nuestros pensamientos, no pudiera seguir lo que realizamos, y en adelante necesitáramos de máquinas artificiales para elaborar nuestro pensamiento y habla” (p.16)

Por lo mismo, la inmersión de la IA en la escuela  puede sustituir esa condición del ser humano: pensar. La educación con IA conlleva esquivar los esfuerzos profundos por un aprendizaje basado en el diálogo, la espera y la escucha sensible. En otras palabras, la eliminación de los sentidos, incorporando los saberes técnicos sobre los saberes disciplinares, en suma la distinción del conocimiento tecnológico en lugar del dominio del saber tan importante para impartir clases. “Un pseudo aprendizaje sin esfuerzo ajustado a los intereses de cada uno” (Dussel 2025).

Habrá, por supuesto, quienes anuncien que sólo es una herramienta que debe restringirse al uso cuando sea necesario, sin embargo olvidan que el desarrollo de IA no responde a ninguna demanda, es decir, nadie la pidió. Lo que sí ha provocado, como afirma Ribeiro (2025, párr 7) “[es] un aumento brutal en el consumo de agua dulce y energía a nivel global y especialmente en las comunidades donde se instalan grandes centros de datos.” Esto trae aparejado un aumento global de los gases de efecto invernadero que aceleran la crisis climática, además de impactos ambientales y en la salud. (OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT aplicación que demanda de 10 a 30 veces más energía que motores de búsqueda anteriores).

La educación misma acontece en otra lógica ajena a las inteligencias artificiales, históricamente aprender significa discutir, refutar y  justificar lo que se piensa porque es parte irrenunciable de cualquier educación que aspire al título de humanista, como bien apunta Larrosa (2018) “No se piensa porque se quiere sino porque algo te hace pensar” (p.27). La IA responde a un adiestramiento que no es otra cosa que entrenamiento para la aplicación de protocolos uniformes y de metodologías e información no sólo estandarizadas (además  centralizada en 4 grandes conglomerados)  sino evaluadas y jerarquizadas ideológicamente con el contenido que decide las éstas empresas digitales.

No queda claro la utilidad de la Inteligencia Artificial en los procesos de enseñanza aprendizaje, lo que sí es evidente son los beneficios económicos para las empresas digitales, las cuáles ahora en los Estados Unidos están protegidas por el empresario Donald Trump. En este específico escenario, compañías como Apple, Facebook, Amazon y Microsoft están invirtiendo para desarrollar reactores nucleares, con todo el peligro que esto representa, tratando de paliar las emisiones de efecto invernadero que se potencializan por el uso de IA  (Ribeiro, 2025).  Por ejemplo, Bill Gates creó la compañía Terra Power para desarrollar proyectos de energía nuclear en 2006.

Con todo lo anterior, como profesores y profesoras debemos tener presente que en un mundo de facilidad y velocidad, de derroche de información, que la escuela sea el único lugar en el que haga falta tomarse molestias, soportar una disciplina, sufrir mortificaciones, progresar paso a paso (Savater, 1994) es indispensable recuperar esa condición de escuela y educación o cómo bien expone Larrosa “la escuela como lugar que otorga tiempo para que las cosas que ahí se realicen se hagan despacito y con buen letra”  (Larrosa, 2018 p.43).

Lejos de lo que afirman las autoridades educativas  sobre ingresar a la lógica artificial, cada que usamos la IA en la escuela renunciamos a ser parte de una experiencia de aprendizaje, cedemos nuestra labor, confiando ciegamente, en la tecnología, sin conocer el proceso, las fuentes de investigación o los errores y sesgos ideológicos de la información que arroja la Inteligencia Artificial. La IA nos da la agilidad mental que carecemos, cada vez menos humanos y más artificiales.

Bibliografía:

Arendt, H. ([1958]1993 ). La Condición Humana. España: Espasa .

Engels, C. M. ([1848]1993). Manifiesto del partido comunista . España: PAIDOS.

Dussel, I. (28 de Octubre de 2024). Revisa Común. Obtenido de Revisa Común: https://revistacomun.com/blog/critica-de-la-razon-critica-de-la-escuela/

Larrosa, J. (2018). El profesor artesano. Buenos Aires: Noveduc.

Ribeiro, S. (8 de Febrero de 2025). La insoportable levedad de la inteligencia artificial. La Jornada, pág. 16.

______ S. (22 de Marzo de 2025). Titanes tecnológicos, pesadilla nuclear y geoingenieria. La Jornada , pág. 14.

Savater, F. (1994). El valor de educar. España: Alianza.

Omar Pineda Luna

Autor: Omar Pineda Luna

Coordinador de la Maestría en Pedagogía de la Escuela Normal Superior de Tehuacán.

Pedagogo y politólogo.