David Auris Villegas
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El 5 de diciembre se publicó el informe de la prueba PISA 2022, conocida como Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes, el cual revela que el Perú ha experimentado una disminución en Matemáticas y se mantiene en el mismo nivel en Ciencia y Lectura. Este resultado evidencia el limitado aprendizaje de los estudiantes debido a la disparidad socioeconómica, desvalorización docente y una
burocracia estatal en el ámbito educativo, entre otros factores. La evaluación llevada a cabo por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), tuvo como objetivo determinar los conocimientos y habilidades de los estudiantes de 15 años, con el propósito de que los países valoren los resultados y adopten medidas correctivas para mejorar su educación.
Durante esta evaluación, el Perú ocupó el puesto 59 de entre los 81 países que se midieron en el año 2022. Este resultado significa que estamos por debajo de la media en cuanto a los aprendizajes, lo cual no debería alarmarnos, ya que ese puntaje logrado se lo debemos al esfuerzo de la masa docente quienes, a pesar de las limitaciones y la terrible inequidad, han logrado que los estudiantes se mantengan en su nivel de aprendizaje.
En el siglo XXI, nuestro país, adoptó la educación bajo el enfoque por competencias, recomendado por la Unesco y otros organismos internacionales. Esto implica desarrollar la tríada de los saberes en los estudiantes como el epicentro del aprendizaje: saber conocer que equivale a manejar conocimientos, saber hacer está relacionado con las aptitudes y el saber ser, está vinculado con el desarrollo de las habilidades blandas.
Con el objetivo de desarrollar estas competencias, el Ministerio de educación actualizó el último Currículo Nacional de Educación Básica en el año 2017.
Se trata de un documento que contiene los temas y materias a enseñar a los estudiantes a cargo de los docentes, pero no se realizan de manera eficaz, debido a la sobrecarga burocrática de los docentes por parte del mismo Ministerio, quienes además de preparar sus clases, están obligados a presentar una serie de informes que, francamente son irrelevantes.
Afanados por lograr las competencias malinterpretadas, el sistema educativo peruano, al igual que toda Latinoamérica, ha relegado el cultivo de los conocimientos a un segundo plano, olvidando que es la base de todos los saberes, como diría la educadora sueca Inger Enkvist. Este ninguneo del conocimiento ha reducido a las clases en un escenario poco exigente y muy recreativo, cuando el aprendizaje es el resultado de un esfuerzo, como hacen los asiáticos, pues de los diez primeros lugares del ranking PISA 2022, los seis primeros fueron ocupados por ellos.
Como si eso no fuera suficiente, el mismo sistema educativo, liderado por un enceguecido Ministerio de educación, ha quitado poder a los docentes en el aula. Ellos no pueden asignarle más tareas, ni siquiera pueden llamar la atención al estudiante para que aprendan o porque hayan cometido alguna falta.
La desvalorización del docente peruano se encuentra en contraste con la elevada valoración que ostentan los docentes asiáticos y europeos, lo que les permite lograr un liderazgo pedagógico efectivo, catapultándolo como una educación de avanzada.
Por otro lado, de acuerdo con el informe PISA, la inequidad socioeconómica entre los estratos sociales ha generado una brecha de aprendizaje, por lo que el Estado está obligado a adoptar medidas inmediatas, para atenuar la situación discriminatoria que entorpece el futuro de nuestra nación.
Estas revelaciones de la evaluación PISA 2022, nos comprometen a la sociedad, al gobierno y a los padres de familia, a revalorar al cuerpo docente, como los forjadores de los aprendizajes en la comunidad estudiantil.
© David Auris Villegas.
Escritor, columnista, profesor universitario y creador del ABDICV