Arturo Barraza Macías

La enseñanza. La gran ausente en los esfuerzos educativos desarrollados en el contexto de la pandemia del COVID 19

La enseñanza. La gran ausente en los esfuerzos educativos desarrollados en el contexto de la pandemia del COVID 19 Durango, México. El día 11 de marzo del presente año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció como pandemia global los contagios generados por la enfermedad del coronavirus (COVID-19); ante  este reconocimiento los diferentes países, entre ellos México, generaron como estrategia de actuación inicial jornadas de distanciamiento social que implicaban, entre otras cosas, la suspensión de las actividades escolares en los diferentes niveles y modalidades del sistema educativo. En el caso mexicano, y con relación a sus procesos educativos, las autoridades decidieron transitar de una modalidad presencial a una modalidad virtual como estrategia central para paliar los efectos negativos que esta jornada generaría en los alumnos. No  obstante, la decisión no fue acompañada por una adecuada planeación, ante lo intempestivo de la decisión, y quedo en manos de los docentes crear las condiciones para eso. Las conformación de grupos, el envío de materiales y las video llamadas por WhatsApp, aunado a los tradicionales correos electrónicos y el uso de aplicaciones como Zoom fueron los recursos centrales de los que se valieron los docentes para enfrentar este reto. Estas estrategias, sin lugar a dudas, permitieron la comunicación maestro-alumno y la entrega de materiales. Una vez que se iniciaron los trabajos y tras los primeros errores y ensayos, el uso de estos recursos se normalizo. La estabilidad llegó a aquellos estratos de la población que tienen acceso a estos recursos y que, a su vez,  tienen docentes de grupo comprometidos con el aprendizaje de sus alumnos. Desafortunadamente, no todos los alumnos cubrían estos dos requisitos por lo que esta estrategia de trabajo no ha sido generalizada. Algunos alumnos, ante la falta de compromiso de padres y maestros, han quedado en la orfandad pedagógica, salvándolos parcialmente, en algunos casos, los libros de texto gratuitos o los programas de televisión transmitidos por la Secretaría de Educación Pública. No es el objetivo de este artículo analizar las múltiples variantes que ha asumido el trabajo o no trabajo con alumnos, por lo que dejo ese aspecto de la discusión a un lado y me permito centrar la atención en ese sector de la población y sus respectivos  maestros que han establecido un puente de comunicación permanente y están intentando trabajar de manera virtual. ¿Qué modalidad de trabajo se está desarrollando? ¿e-learning’? ¿b-learning? ¿m-learning?  No creo poder responder en este momento. Habría que realizar posteriores estudios para ver si el trabajo desarrollado se asemeja más a una u otra modalidad; así mismo, habría que identificar las experiencias exitosas que pueden dejar grandes aprendizajes al sistema educativo. Mientras llega el momento de los estudios al respecto, es posible analizar, con la información disponible lo que está sucediendo Un primer paso es reconocer las estrategias que se están usando. Basado en información generada en mi contexto inmediato y mediato puedo resumir algunas de las estrategias de trabajo que están desarrollando los maestros para trabajar con sus alumnos: a) les encargan realizar actividades del libro de texto, b) les envían ejercicios específicos que tienen que resolver sobre ciertos contenidos de aprendizaje, c) les encargan ver los programas de televisión ofrecidos por la Secretaría de Educación Pública y realizar los ejercicios que se les solicitan, d) les envían para que estudien y trabajen cuadernillos realizados en algunos estados de la república, e) les envían videos y otros materiales audiovisuales para que los vean y en algunos casos hagan alguna actividad al respecto, etc. Todas estas actividades se realizan usando mayoritariamente el WhatsApp como medio de comunicación. Como se puede observar en este recuento algo sucinto e ilustrativo de estrategias de trabajo utilizadas por docentes, la idea clave de “poner a hacer algo al niño” es la tónica general. Esta tendencia puede deberse a dos situaciones básicas: a) la inexperiencia de los docentes para utilizar las diferentes medios de comunicación electrónico, y b) al discurso generado en los docentes por los enfoques constructivistas y cognoscitivistas, adoptados por la Secretaría de Educación Pública, que han dejado muy en claro la preeminencia de la actividad del niño para el aprendizaje. Con relación al segundo punto, lo que he denominado en otras ocasiones como reduccionismo psicologista , puedo afirmar que la adopción de estos enfoques ha hecho mucho daño a la docencia que se desarrolla en el sistema educativo nacional en sus diferentes niveles y modalidades; baste recordar que desde la década de los 90s los corifeos institucionales ensalzaban el aprendizaje en detrimento de la enseñanza llegando a afirmar tajantemente “el niño aprende con maestro, sin maestro y a  pesar del maestro”. En el caso de educación superior se visualizó una ventana de oportunidad cuando se decidió integrar los diseños instruccionales a la educación virtual, pero esta oportunidad se diluyó al no masificarse esta alternativa en la práctica de los docentes y utilizar centralmente enfoques de diseño instruccional que seguían privilegiando exclusivamente el aprendizaje (Polo, 2001). Queda claro que los defensores de los enfoques constructivistas y cognoscitivistas no han reparado en el hecho de que aún en estos enfoques se requiere la intervención docente para concretar el aprendizaje; en ese sentido se han pronunciado desde hace tiempo diferentes autores, entre los que se puede mencionar a Woolfolk (2006). En esa línea discursiva, y dejando de lado la pureza de las teorizaciones, se puede observar en el terreno práctico la presencia de la actuación del docente para propiciar el aprendizaje en sus alumnos. Una investigación que ilustra esta situación es la de Cossío y Hernández (2016) sobre las teorías implícitas de los docentes; en esta investigación se puede revisar el comparativo de los perfiles en la secuencia didáctica para observar de manera clara la intervención docente: los  docentes con teorías implícitas constructivistas “parten de preguntas para interesar a los alumnos y rescatar sus conocimientos previos”,que los docentes interconstructivos hacen “presentación y explicación de los contenidos a desarrollar” y que los docentes  interdirectos “ubican a los alumnos en los contenidos que desarrollarán, interactúan a través de

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