Retos del maestro universitario

David Auris Villegas- davidauris@gmail.com https://orcid.org/0000-0002-8478-6738 La revolución tecnológica está impactando profundamente en el ámbito educativo, donde incluso el más mínimo traspié de un profesor universitario puede inundar las redes sociales, erosionando su vida profesional. En consecuencia, el mero dominio de su campo, el manejo de las TICs y las habilidades didácticas ya no son suficientes. Es imperativo que cultiven la capacidad de mantener una concentración inquebrantable de empatía en cada instante de su labor académica, frente a una generación de estudiantes digitales. El maestro universitario aborda el desafío de descubrir en cada individuo sus diversos sueños para despertarlos, como un catalizador de mejora continua. Además de la práctica del networking para su desarrollo profesional y la competencia digital en innovación tecnológica y transformadora, ellos se mantienen al día con los conocimientos más recientes en su campo y las megatendencias globales. Se espera de los maestros una labor visionaria que promueva la ambición y afán de superación personal en la población estudiantil. Como su labor es juzgada constantemente por la sociedad, ellos han de practicar la cultura de aprender y desaprender, así como la de dominar las habilidades interpersonales de las emociones, tal como prescribe el renombrado psicólogo Daniel Goleman. Para inspirar es esencial que ellos construyan su legado moral y ético, siguiendo el consejo de la experta Adela Cortina. Quizás el más grande reto que enfrenta el docente universitario radica en convertirse en una persona íntegra, tratando a todos con respeto académico y empatía solidaria.  Por otra parte, ser maestro significa cultivar la amistad con la didáctica, inspirado por el legendario pedagogo Comenio, con el propósito de asegurar los aprendizajes para una exitosa vida a través de una rigurosa evaluación que, empodere a los estudiantes pensar diferente en un mundo altamente impredecible. Según la perspectiva de la experta Rebeca Anijovich, la evaluación debe ser justa, eficiente y motivadora que permita asegurar los aprendizajes. Asimismo, el maestro, antes de asignar tareas a sus estudiantes, están obligados a demostrarlo, como la de investigar y publicar artículos en revistas científicas indizadas a Scopus, Web Of Science y Scielo, para así ganarse el respeto académico. El hecho de que un docente de posgrado no tenga publicados libros relevantes en su campo y que estos no estén disponibles en librerías físicas y digitales resulta incomprensible, dado que estos académicos están directamente involucrados con profesionales. El maestro universitario no solo se destaca como un hábil comunicador bilingüe, sino que también se posiciona como un eterno aprendiz, inspirando personas innovadoras mirando al futuro. © David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCP.

Internacionalización universitaria para el desarrollo

David Auris Villegas – davidauris@gmail.com https://orcid.org/0000-0002-8478-6738 La internacionalización universitaria es un fenómeno global que promueve la mejora de la calidad educativa y vigoriza la competitividad de las personas en la época de la mundialización. Sin embargo, para alcanzar este objetivo, es clave que las universidades establezcan sólidas conexiones a nivel nacional, fomentando la movilidad académica interna antes de abrirse al mundo como parte integral de su política de desarrollo. Conscientes de que las universidades de nuestra región son las menos internacionalizadas en el mundo y sabemos que la mitad de universidades en Perú y Sudamérica son privadas y muchas de ellas -con el objetivo de atraer más estudiantes- se precian de sus convenios internacionales, pero que, según los rankings mundiales, son las universidades estatales las que lideran en calidad. Esto significa que hace falta mayor compromiso de las universidades con el desarrollo de nuestros países. ¿Por qué es crucial internacionalizarse y quiénes se benefician de este enfoque? Según el experto Hans de Wit, la internacionalización es esencial porque eleva el nivel de la investigación, mejora la calidad de la enseñanza y fortalece la contribución de las universidades a la sociedad, formando y preparando a estudiantes y profesionales como ciudadanos globales. En este sentido, existen acciones prácticas para iniciar este proceso, como la de diseñar los sitios web de las universidades en español e inglés, la promoción de investigaciones multidisciplinarias con académicos de renombre mundial y la publicación masiva de revistas científicas bilingües. Ejemplos de países como China, Singapur y Taiwán demuestran los beneficios tangibles de la internacionalización para el desarrollo sostenido. La internacionalización, según la experta Sylvie Didou Aupetit, es reactiva, proactiva, cooperativa e innovadora. Esto implica un desafío relevante que apuesta por el progreso, y, por lo tanto, el Estado debe liderar este proceso a través del Ministerio de Educación y la Superintendencia Nacional de Educación Superior, que lamentablemente no lo hacen debido a que se empeñan en mirarse el ombligo sin ver las oportunidades que el mundo nos ofrece. Es esencial que las universidades adopten una mentalidad expansionista que impulse el desarrollo tecnológico, científico y la acreditación internacional. Para ello se requiere una política de Estado que incorpore componentes internacionales, interculturales y globales basados en la solidaridad y el respeto mutuo, señala la experta Jocelyne Gacel Ávila. Esto implica multiplicar las alianzas y compromisos con universidades de países desarrollados con el propósito de ampliar nuestra cultura científica global. La internacionalización promueve el desarrollo equitativo para superar el individualismo y es vital que los gobiernos de América Latina, construyan relaciones cooperativas que facilite una mayor movilidad académica y atraiga el talento internacional. © David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCP

Graduados 2024: Colorín colorado nos vamos a primer grado

Es tiempo de graduaciones, y si bien es cierto que hace más de 200 años se empezó a celebrar estas ceremonias, actualmente se han convertido en un momento único en cada familia, en cada persona, en cada historia de vida. Hablaremos de aquellas graduaciones que son las que marcan los recuerdos de los primeros años, de aquellas en las que parecía que vivíamos en un ritmo temporal diferente al resto, donde el tiempo solía pasar lento y el periodo vacacional de verano parecía eterno; las graduaciones de preescolar. Al término de esta experiencia educativa los niños y niñas tienen la posibilidad de cimentar la primera base para  favorecer su personalidad, autopercepción, lenguaje, desarrollo sensorial y motor, afectivo y social, que será sustancial para su formación académica consecutiva. La educación preescolar se convierte en sus primeros pasos a su autonomía, donde su mundo se hace más grande y se encuentran ante confrontaciones de diferentes índoles, que desde un mundo adultocéntrico pueden carecer de valor. Sin embargo, el miedo de alejarse de casa y de quienes cuidan de ti, la frustración de no lograr comprender las reglas y normas, la probable negación a compartir, la presión por entender los contenidos curriculares, el sentirse perdido entre esos contenidos, y muchas más experiencias, hacen realmente repensar el valor que tiene este primer logró educativo. La curiosa aprehensión que tienen del mundo, los significados que le atribuyen, su capacidad de asombro, y de honestidad, son algunas propiedades que caracterizan el peculiar mundo infantil. Donde las respuestas a cualquier pregunta, sin duda, son las más integras, de modo que, en entrevista con algunos de los graduados de un preescolar del Estado de Tlaxcala, nos compartieron que ante la celebración de su graduación se sienten: Triste porque no veré a mis amigos, y alegría porque estoy creciendo (Astrid H. C.)”. “Siento que ya no voy a estar con mis amigos, que voy a extrañar a mis amigos, siento que ya no voy a estar feliz, triste porque ya no estaré con mis amigos, voy a extrañarlos y a mi maestra, (…) y un poco de miedo de la primaria (Ian V. G.)”. “Me siento feliz porque ya me voy a la primaria, pero un poco triste porque voy a extrañar a mi miss y no me gustan las vacaciones porque no veré a mis amigos y quiero jugar con ellos a los poderes. (A. Sam A. H.)”. Y en paralelo, sus mamás y papás expresaron con relación a la graduación de sus hijos e hijas que se sienten: (…) un conjunto de emociones que se tejen y reconfiguran. Por un lado el inevitable recuerdo de mi propia infancia y la transición ritualistica de un paso a otro. Y por otro lado, la experiencia como padre admirado y sorprendido por el crecimiento de mi hija, nostalgia por aquellos momentos en donde ir por ella al preescolar parecía nunca acabar, mientras ella y yo hablábamos de un tema corto en tanto llegábamos a casa. (…) su primer y último día; la emoción de su primer día, y paralelamente, el recuerdo de su alegría, así como sus últimos juegos en el preescolar en este día. Veo en ella, con alegría su capacidad para poder comunicar sus emociones mediante gestos, como, una carta, y un dibujo, que hablan de su estilo y propia trascendencia. Si bien, la pregunta es, qué siento… no puedo dejar de pensar-sentir en todo esto. Lo que me lleva a tratar de decir sin más: me siento orgulloso y emocionado por los retos que le esperan, sabiendo que disfrutaré junto con ella su nueva etapa (Papá de Astrid). Me siento satisfecha porque mi pequeño adaptó sus habilidades y su carácter a la etapa que acaba de culminar, pero al mismo tiempo me siento triste, porque mi pequeño ha dejado esa etapa en la que, pues, como niños pequeños demuestran con más emoción su amor, sus cariños, sus demostraciones de afecto, hacia mí o hacia papá, en la que poco a poco empiezan a formar su carácter, empiezan las cohibiciones, empieza cierto tipo de actitudes que adoptan de sus amigos, y que muchas veces pues no son las indicadas con su edad, sin embargo, pues entendemos que solo estamos como acompañantes de esta nueva etapa en su vida, y también como guías para que puedan tomar las mejores decisiones que se puedan para su futuro (Mamá de Ian). Son sentimientos contradictorios, sin duda estoy muy feliz porque terminó esta experiencia educativa, y más porque aprendió a expresarse, a socializar, a apalabrar el mundo, un reto que nos costó muchas tardes de estudio. Pero también me siento melancólica porque Indudablemente está dejando atrás a la niña pequeña que siempre disfrute, con su inocencia y ocurrencias. Y ciertamente ahora mis preocupaciones aumentan porque cada vez más y más se expone a la sociedad y solo me queda seguirla educando, amando y enseñándole con base a valores el cómo enfrentarse a los retos del futuro, gracias (Mamá de Sam). Como hemos podido apreciar, los sentimientos de las y los graduados así como de sus padres y madres, coinciden en una dicotomía muy peculiar; felicidad y añoranza, de los momentos, experiencias, de las personas y recuerdos que se han sumado hasta ahora a largo de sus vidas. Notoriamente las graduaciones sin importar el nivel educativo, son conmovedoras, empero, las graduaciones de preescolar son aquellas que marcan la infancia, en donde muchas de las cualidades propias de esta edad con el tiempo se transforman, dejando solo recuerdos de lo que un día fue ser niñas y niños. Es tiempo de graduaciones, es tiempo de celebrar los logros no solo educativos, sino, logros de vida, de superación y de crecimiento, ¡enhorabuena!

La Trata invisible

Artículo por Leyden Nieto. “La trata de personas una oscura, pero verdadera realidad en medio de la humanidad, donde yacen escondidos hasta en la virtualidad” Leyden Nieto La situación de la trata es invisible en esta época, reacciona de una forma que es insospechable, juegan con la necesidad de las personas, se involucran en las redes de emprendimientos, redes sociales confiables, para lograr conseguir sus cometidos. Ya hemos visto en varias situaciones que se manifiestan ofreciendo trabajos estables. En el año 2024, según los datos que muestra el Instituto de Trata de Personas, señalan que hay miles de casos activos de trata de personas en todo el mundo. Las formas más comunes de trata son la explotación sexual y el trabajo forzado.  Las poblaciones vulnerables, incluidas mujeres y niños, están particularmente en riesgo. Según CONAPREDES el delito sexual ha incrementado hasta en un 92 % de víctimas que son mujeres. En Panamá también se registra la explotación sexual, que radica mucho en el ámbito laboral, esta explotación consiste en ofrecerle a la persona estabilidad y trabajo a cambio de sexo. Cabe destacar, que esta conducta ha ocurrido desde hace mucho tiempo permaneciendo invisible y callada pasando de un delito a una normalidad. Actualmente, la crisis del desempleo ha crecido  Notablemente y esa crisis ha originado aristas de necesidades que han traído en efecto la explotación sexual como fuente de ingreso en la sociedad. Una prueba de ello es el lenguaje soez que utilizan algunas personas al referirse a los desempleados indicando que si no tienes empleo debes abrir una cuenta de Onlyfans, lo cual te permitiría subir tus ingresos y salir de pobreza. Muchas y muchos han preconcebido este concepto como modelo a su estilo de vida, incluso han acomodado su vida a la poligamia con tal de llevar una vida llena de lujos con pocos sacrificios. En consecuencia, de esta acción, los experimentales atraviesan un desgaste físico y emocional que va cobrando vida a lo largo de los años. La Licda. Dayra Dawson, Secretaria de CONAPREDES, nos ilustró a fondo de este tema de la trata de personas y la explotación sexual en la que nos mencionó que un 69 % de las víctimas que ocupan la trata sexual se manifiestan en mujeres y un 31% en trata laboral se manifiesta en hombres. En una experiencia personal pude ver de cerca un posible hecho de trata laboral, con fines de explotación sexual, cuando en medio de mi desesperación de búsqueda de trabajo decidí buscar oportunidades laborales a lo externo del país y fue justamente en la plataforma de Linkelink cuando apliqué en una plaza laboral que tenía por nombre: “Se busca personas para trabajar en call center”, yo accedí a la oferta muy confiada y al momento de ser entrevistada empecé a observar algunos comportamientos muy extraños de los reclutadores, los cuales dejaban al descubierto que eran poco profesionales y hábiles para el rol que estaban tomando. Cuando paso la segunda fase de la entrevista me dicen que tengo que hacer una segunda entrevista al día siguiente y esta iba a ser en la Ciudad de Juárez, México. Yo me sorprendí cuando me mencionaron el lugar porque ya tenía mucha historia con relación a la trata de personas, no obstante, estaba dispuesta a gastar lo poco que tenía por conseguir un empleo justo. Posteriormente a la entrevista analicé cada situación y se la mencioné a una amistad que ya tenía más experiencia trabajando para medios internacionales y cuando me pregunta si iba a tener permiso de trabajo y le digo que no me mencionaban nada de eso en particular, me dice: ¡No lo hagas puede ser una trata de personas, tu vida está en riesgo si haces eso!  Y así fue que no accedí a la propuesta laboral, pero es importante que este tema se aborde más porque se está vinculando mucho con las acciones de ciberdelito que se han acrecentado posterior a la pandemia.

Día del Maestro: celebrando a los héroes sin capa

David Auris Villegas davidauris@gmail.com https://orcid.org/0000-0002-8478-6738 En un país de contrastes como Perú, donde las alturas de los andes hasta la exuberante selva desafían la vida del ser humano, pero, como titanes, surge la figura del maestro como un verdadero héroe sin capa. Este 6 de julio, Día del Maestro, es una ocasión para reflexionar sobre su inspiradora y comprometida labor. A pesar de las adversidades, imparten conocimientos y dedican su vida a educar y guiar a las nuevas generaciones, con la esperanza de brindar oportunidades a cada ciudadano para un mundo más inclusivo, equitativo y solidario. El Maestro con su ejemplo de servicio desinteresado, amor por el prójimo y compromiso con la educación integral, especialmente con sabiduría y paciencia, despliegan sus esfuerzos para formar mejores personas. Entre ellos, aparece extraordinario maestro invidente, Leonardo Pachacútec Mejía, quien con su lema “El laborioso siempre triunfa”, enseña a los estudiantes a esforzarse para el éxito y a no rendirse nunca. Leonardo destaca la ética tanto dentro como fuera del aula y trabaja en el Centro de Educación Básica Especial (CEBE), Luis Braille, en el distrito de Comas, dedicado a transformar vidas. Por otro lado, en las zonas rurales de nuestro país, donde los caminos son escasos dice la reconocida periodista Lorena Álvarez, emerge la figura de la perseverante maestra rural, Gloria Machuca. Luego de sobrevivir a un terrible occidente y enfrentar grandes dificultades, disfruta enseñando y transmitiendo valores a los estudiantes. Esto demuestra que las escuelas están distantes y las carreteras ausentes, lo que hace que los maestros rurales arriesguen sus vidas para educar a niños repletos de sueños. Esta maestra, con su resiliencia, es un ejemplo digno de seguir por su constancia, su enseñanza de la crítica y la creatividad y esa lucha por una vida mejor de toda una generación. Asimismo, por nuestra espesa selva, Maribel Simon, líder pedagógica rural y maestra bilingüe, se esfuerza por sembrar las semillas del conocimiento en las mentes de los niños indígenas en derechos humanos y justicia. Ella reclama a las autoridades, mejor infraestructura para las aulas y resalta que los maestros viajan varias horas en lancha para llegar a las escuelas. Su dedicación inspira a la sociedad y ella, apelando a su alta sensibilidad, aboga por una mayor interculturalidad en un Perú inclusivo y equitativo para todos los niños rurales. Por todas estas épicas acciones y las de los anónimos maestros, quienes a menudo no reciben el reconocimiento que merecen de la sociedad y los gobernantes, celebremos su labor pedagógica por un mundo mejor. ¡Feliz Día Maestro que me enseñaste a vivir y ser mejor persona! © David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCP.

Educación en los tiempos de la migración Intolerancia y supremacismo en el discurso de odio

Fredy E. Cauich Carrillo No sé, tal vez siempre estamos buscando el lugar correcto,tal vez lo tenemos al alcance, pero no lo reconocemos.Tal vez para reconocerlo, tenemos que creer en él.Humberto Eco De manera independiente a las filias y fobias políticas desatados por el proceso electoral que culminó este pasado 2 de junio, fueron varias las enseñanzas y reflexiones que quedaron para el tintero; para este trabajo particularmente nos centramos en la problemática, que a nuestro criterio, es uno de los más complejos: el hecho que, nuevamente el rostro de la intolerancia y el supremacismo se puso de manifiesto en el discurso de odio de un sector de la sociedad mexicana. El término “discurso de odio” es emocional y carece de una definición aceptada en el medio académico o en el ámbito de los derechos humanos internacionales. Este término se utiliza para describir cualquier manifestación que incite al odio discriminatorio hacia individuos o grupos, basándose en características como la raza, religión, género u orientación sexual. Dado que el concepto es muy amplio, abarca expresiones que podrían estar amparadas por el derecho a la libertad de expresión, lo que hace difícil su identificación y regulación. La ausencia de una definición clara, provoca desacuerdos e incertidumbres sobre la forma de abordar el discurso de odio, buscando equilibrar la protección de la libertad de expresión con la promoción de la igualdad y la no discriminación¹. Si bien la definición de un discurso de odio cae en una nebulosa que lo puede proteger, lo cierto es que día con día este discurso se incrementó en el proceso electoral mexicano del 2024, alimentado desde todos los frentes, y así de una pugna de «buenos» vs «malos», «conservadores» vs «liberales» se inflaron los calificativos y casi de manera natural se pasó de «fifis» vs «chairos», y se escurrió el discurso al color de la piel, el estrato social, el nivel de ingresos, los viajes realizados alrededor del mundo, etcétera, y los «whitemexicans» vs «morenacos» fue uno de los ejes que afloraron en las discusiones en las ya incontenible redes sociales. Esta adversidad no tardó en encontrar otro blanco de ataque como desde hace más de 100 años lo han sido: Los inmigrantes y el peligro que representan. ¹ARTÍCULO 19. (2020). Manual sobre el ‘Discurso de Odio’ (Resumen). https://www.article19.org/wp-con-tent/uploads/2020/03/ARTICLE-19Manual-sobre-el%E2%80%98Discurso-de-Odio%E2% La actividad migratoria en México es un tema delicado que ha suscitado diversas reacciones en nuestras sociedades. La migración no solo implica un desplazamiento poblacional, sino también un proceso de integración y adaptación tanto para los migrantes como para las comunidades receptoras. Sin embargo, la intolerancia hacia estos ha sido una constante en diversos sectores de la población mexicana, particularmente en momentos claves de la construcción de la «nación mexicana». El asesinato de comunidades de españoles durante las guerras de independencia, o la persecución, genocidio y expulsión a la que fue sometida la comunidad china durante el periodo nacionalista de la revolución mexicana², fueron algunas de las graves ejemplos vividos en la edificación nacional excluyente a la que pertenecemos. Los peligros de la intolerancia generada por aquellos que se oponen a la migración «mala», es decir de morenos, latinos, pobres malolientes, que forman las caravanas de caminantes oerrantes, peor si se trata de afrodescendientes; pero que por otra parte aplauden a la «buena» es decir la sajona, o cuando menos de tez blanca, heterosexual aparente, católica y de recursos económicos equiparables a su estado físico, y que llegan con el sello del turismo o emprendedores, es una expresión del supremacismo mexicano y la necesidad urgente de enfrentar esta problemática desde las aulas. Esta acción de manera clara es una imperativa deuda histórica y humana que se tiene, si se quieren trabajar asuntos «visibilizados» tales como la violencia de género, geriátrico y el llamado bullyng en general. Es decir: Para resolver lo conocido debemos atacar normalidades invisibles como la exclusión, el discurso de odio y el supremacismo. Los peligros de la intolerancia hacia los migrantes malos (pobres), se extiende a los refugiados climáticos puede manifestarse de múltiples formas, desde actitudes discriminatorias hasta actos de violencia. Este fenómeno no solo afecta a los migrantes, sino que también tiene repercusiones negativas para la cohesión social y el desarrollo de una sociedad plural y democrática. La intolerancia genera un ambiente hostil que dificulta la integración de los migrantes y perpetúa estereotipos y prejuicios que alimentan el odio y la división. El supremacismo mexicano es una ideología que sostiene la superioridad de ciertos grupos nacionales sobre los migrantes. Esta creencia se basa en la idea de que los mexicanos nativos poseen características culturales y raciales superiores a las de los migrantes, lo que justifica su rechazo y exclusión. Este tipo de supremacismo no solo es moralmente condenable, sino que también es peligroso porque puede conducir a la justificación de la violencia y la discriminación sistemática en contra de los migrantes. ²Juan Puig. (1992). Entre el Río Perla y el Nazas. La China decimonónica y sus braceros emigrantes, la colonia china de Torreón y la matanza de 1911. CONACULTA. México. La educación como herramienta de cambio y cargada de futuro No comparto la idea de que la solución a todos los flagelos se encuentra en las aulas, pues en nuestro país cada año miles de jóvenes son excluidos de esta oportunidad, y crecerán sin haber cursado algo más allá de algún nivel educativo básico, pero para contrarrestar el supremacismo mexicano y la intolerancia hacia los migrantes, es crucial implementar estrategias educativas, formales (en las aulas) e informales (fuera de las aulas) que fomenten el respeto, la empatía y la comprensión intercultural desde la vida cotidiana, esa es la única respuesta que por el momento se tiene. La educación, formal e informal, debe abordar la diversidad cultural como un valor y promover el reconocimiento de los derechos humanos de todos, independientemente de su origen. Esto implica la inclusión de contenidos educativos que desafíen los prejuicios y estereotipos, y que promuevan el pensamiento crítico y la reflexión sobre la importancia de la diversidad, incluyendo regulaciones

Inti Raymi e identidad cultural para la prosperidad

David Auris Villegas – davidauris@gmail.com https://orcid.org/0000-0002-8478-6738 El Inti Raymi es una fiesta que celebra la diversidad, la solidaridad y la sostenibilidad. Esta ceremonia ancestral empodera la identidad cultural al instituir un enlace con nuestras raíces históricas y tradiciones. Al analizar y reflexionar académicamente esta festividad en el campo educativo, se encamina a los estudiantes a apreciar esta herencia cultural con miras a un futuro compartido y próspero para todos. Perú es un país multicultural y plurilingüe donde aún no hemos logrado derrotar a la discriminación étnica y la pobreza. En este reto, el Inti Raymi es un rito espiritual y alegre que nos suelda entre el pasado y nuestro presente, repleto de desafíos para vivir mejor. Esta Festividad del Sol, de la cosecha y la prosperidad, inició  al  rededor  del  1430, alrededor de 24 de junio, que ahora coincide con el Día del Campesino. Este festejo globalizado se celebra en Perú, Ecuador, Chile, Bolivia, Colombia, México, Argentina y otros países que confirman nuestra identidad común, como hijos del pasado Abya Yala. Con el objetivo de reafirmar nuestra identidad cultural, el prestigioso antropólogo alemán, Günther Dietz, propone a la Interculturalidad y la pluralidad cultural como estrategias educativas en la práctica pedagógica y así, vigorizar la convivencia en estos tiempos que soplan vientos de intolerancia.  El Inti Raymi más allá de lo folclórico, es una fiesta por la vida que se funde en la equidad y el compartir. Por otro lado, el Inti Raymi es un ritual centrado en el agradecimiento al sol y a nuestra madre tierra y, de hecho, es un arma poderosa para erradicar a la discriminación étnica que nos impide lograr un desarrollo sostenido. Discutir sobre este legado cultural en escuelas y universidades beneficia a los estudiantes al promover el respeto y la comprensión de la diversidad cultural, sembrando puentes de empatía y solidaridad étnica. Asimismo, resaltemos el amor al prójimo y a la biodiversidad que engendra esta fiesta y, adoptemos en el ecosistema educativo, la práctica del aprendizaje basado en testimonios culturales y sabidurías ancestrales e históricos de nuestros antepasados que se encuentran en los diferentes libros que, por razones desconocidas, poco se leen en las aulas. En este andar pedagógico, es clave leer y debatir, Los Comentarios Reales del Inca Garcilaso de la Vega, para cultivar el respeto hacia aquellos que piensan diferente y aprendamos que ninguna etnia es superior a los demás. Construyamos una sociedad cohesionada y poderosa, basada en el respeto y valoración del otro y, al compás del Inti Raymi, miremos juntos un futuro próspero como nuestro destino común. © David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCP.

El maestro de escuela ante el escrutinio público

David Auris Villegas- davidauris@gmail.com https://orcid.org/0000-0002-8478-673 Los educadores son protagonistas sociales por naturaleza. Cada acción pasa por el lente del escrutinio público. Los resultados de su labor pedagógica pueden impactar en su prestigio o su aniquilación personal y académica, haciendo de esta actividad una profesión soberbiamente sensible, ya que un maestro, en su dilatada labor, puede inspirar cientos de vidas o sencillamente apagar miles de sueños. Las expectativas sociales que se concentran en los maestros cobraron un duro revés, con esta grave revelación. A finales del mes de mayo, en Radio Programas del Perú, la educadora y líder del Consejo de Mujeres Awajún, Rosemary Pioc, dijo que desde 2010 al 2024, se han registrado 524 denuncias formales, contra maestros por agresión a los estudiantes de la provincia de Condorcanqui, región Amazonas. Este testimonio se hizo eco en los titulares periodísticos y ha generado un debate público que deja mal parado al magisterio peruano. Con respecto a esta agresión y perjuicio hacia las niñas y niños por parte de estos educadores, considerados superhéroes por los estudiantes y padres espirituales por la sociedad, el Dr. Morgan Quero, actual ministro de educación, lo ha mencionado como una costumbre cultural. Con toda honestidad, creo que el ministro debió condenar este abusivo maltrato e impulsar una exhaustiva investigación y, desde el momento, asignar un equipo de psicólogos que puedan brindar apoyo a los estudiantes afectados y sus familias. Retornando a la acción docente, no basta que los maestros transmitan conocimientos y ostenten grados académicos en nombre de la meritocracia. Como hemos podido apreciar, no todos los educadores cultivan y ponen en práctica los valores morales como piedra angular de su magisterio, por lo que urge implementar una permanente capacitación y seguimiento constante en habilidades blandas y empatía solidaria que recomienda la Unesco, para humanizar más a esta hermosa profesión. Dado que la formación del educando se basa en principios éticos, la sociedad no solo debe limitarse a criticar contra las acciones negativas de algunos maestros, sino asumir un compromiso de cooperar estrechamente con el ejército docente, de tal manera que todos eduquemos el hábito saludable de vivir en armonía y respeto. En el aula o fuera de ella, asumamos el reto social de practicar la ética de hacer el bien a los demás y minimizar el sufrimiento a las personas para un mundo más humano y compasivo, Argumenta la prestigiosa filósofa española, Adela Cortina. Los educadores son motores de cambio. Como ingenieros sociales junto a la sociedad, son los llamados a desarrollar un liderazgo compartido para una vida mejor o infeliz de los estudiantes. © David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCP.

Maldito trabajo: cultura del sacrificio y vocación docente

…tenemos el llamado «efecto Asch» en psicología que, traído a este caso en concreto, demostraría que, si tu entorno te lanza la idea de que el problema eres tú, al final, en mayor o menor grado integrarás ese pensamiento. Si encima lo haces cuando has intentado desarrollarte como persona y has fracasado, y se suma que no puedes controlar tus emociones, te sientes una persona inútil que duda de si tiene derecho a un lugar en la sociedad o en la vida. «Por mucha actitud positiva que tengas, si tienes unas condiciones injustas, seguirán siendo injustas». Entrevista a Eduardo Vara, realizada por Guillermo Martínez. Ethic. 26 de abril de 2024. En alguna ocasión le pidieron a una de mis hijas que impartiera una conferencia en una institución educativa. Hablaron del tema, las fechas y el público al que se iba a dirigir. Todo iba muy bien hasta que ella planteó el tema de sus honorarios. “oh, disculpa. Pensé que lo hacías por vocación” fue la respuesta que le dio quien la invitaba y por supuesto en ese momento la desinvitó. Seguramente esta anécdota no suena rara y es muy creíble para quienes trabajamos en el ámbito educativo, especialmente los docentes pero también quienes hacemos investigación y difundimos el conocimiento a través de diversos medios y espacios. El término vocación se usa muchas veces como equivalente a un deber de sacrificarse sin obtener ninguna remuneración ni incentivo a cambio. Por ello conozco a muchos colegas académicos del campo educativo que literalmente odian el término vocación. Lo entienden, con justa razón porque así se ha ido deformando su significado con el tiempo, como un concepto que sirve para justificar la explotación y el trabajo injustamente remunerado por parte de instituciones privadas o públicas y del mismo gobierno. En el caso de la docencia por ejemplo, existe hasta un meme que circula profusamente por temporadas en el que dice que: Pensar que un profesor trabaja solamente durante el tiempo que pasa en el aula con sus grupos es como creer que un atleta trabaja solamente durante el tiempo que dura la carrera en la que compite. Creo que este meme tiene toda la razón. Generalmente, a los profesores de asignatura u hora-clase de las instituciones públicas o privadas de cualquier nivel, se les establece su pago de acuerdo al número de horas frente a pizarrón sin tomar en cuenta todo el tiempo de preparación, de análisis y de evaluación que forman la llamada circundocencia y que son indispensables para que cualquier curso tenga los frutos esperados. En el caso de los académicos de tiempo completo de todos los niveles, pasa algo similar puesto que se les ofrece un sueldo y prestaciones que pueden o no ser competitivas -desde lo que signifique competitivo en un mercado en el que los que nos dedicamos a la educación somos generalmente pagados muy por debajo de quienes trabajan en empresas– de acuerdo a un rol o puesto: profesor, profesor-investigador o incluso coordinador de programa académico o director de un departamento o facultad, pero luego se les piden tareas de naturaleza muy distinta a las que implica este rol o posición. De esta manera un profesor-investigador se acaba volviendo al mismo tiempo diseñador y evaluador curricular, promotor de programa académico, gestor de evidencias para acreditaciones y muchas otras cosas. Del mismo modo, un coordinador o director de programa o facultad termina asumiendo funciones de promotor y hasta vendedor de su programa, administrador, agente de relaciones públicas, etc. Volviendo al terreno de la docencia, como dice Hargreaves, en esta sociedad de la información los requerimientos administrativos del sistema se han ido comiendo el tiempo para el trabajo pedagógico -que no consiste solamente en “dar la clase”- convirtiendo la labor de los maestros y maestras en una larga lista de formatos para llenar y evidencias para entregar, con lo cual ya no hay energía ni espacio para una buena preparación de clase, un seguimiento y retroalimentación constructivas de cada estudiante, ya no digamos la creatividad y la reflexión en la práctica y sobre la práctica. Todo esto es parte, en el campo educativo, de lo que Vara llama el culto al trabajo, que define como la actitud que tenemos hoy en día en los entornos laborales de entregarnos a las actividades como si se tratara de una divinidad o de un ideal sacralizado. No se trata simplemente de esforzarnos, dice el filósofo, que eso es sano y natural, sino de sacrificarnos por ello y al hacerlo, en muchas ocasiones estamos cerca del límite de lo aberrante. Porque cuando nos sacrificamos por el trabajo, tenemos que asumir pérdidas -tiempos y espacios que no dedicamos en el caso de los educadores, ni siquiera a lo relevante de nuestra labor y vocación, ya no digamos al descanso, el ocio, la re-creación, la convivencia familiar o el cultivo de nuestra interioridad- y muchas veces nos hacemos daño, incluso afectando la salud física y emocional. Resulta muy relevante la referencia que hace el autor del libro Maldito trabajo. Sobrevivir a la cultura del sacrificio y repensar la vocación respecto al llamado “efecto Asch” en psicología, que se plantea en la cita que sirve como epígrafe a esta columna, respecto a la forma en que el entorno lanza la idea de que el culpable de lo que no funciona es el mismo trabajador. Este es otro factor de riesgo muy importante y sin duda está presente en el ámbito educativo en el que si la calidad de los aprendizajes, la formación humana o ciudadana esperada, la eficiencia en el trabajo o las habilidades requeridas por el mercado no responden a los estándares esperados, la responsabilidad se carga en el mayor porcentaje en las y los docentes que según esto, no están cumpliendo con su trabajo. Y al cargarse las tintas en ellos, se les pide aún más culto al trabajo burocrático y cantidad de evidencias con lo cual el círculo vicioso se va haciendo cada vez más grande y difícil de revertir. Un efecto muy importante que se

Derechos humanos y ciudadanía para una vida mejor

David Auris Villegas – davidauris@gmail.com Se supone que el Gobierno, el Congreso y el Poder Judicial son los guardianes de la ciudadanía y los derechos humanos. No obstante, ¿es correcto que la presidenta exhiba sus costosas joyas en comunidades pobres y 82 legisladores, de los 130, estén investigados por la Fiscalía, según Transparencia? Esta banda de politicastros, en vez de contribuir al bienestar, impulsan leyes a su favor y pugnan reelegirse para ganar impunidad. Ante este panorama desalentador, optemos por la resistencia social desde la educación para encarar este atroz ataque contra la dignidad humana. Este desprecio social por parte de los gobernantes, han generado una profunda desigualdad, provocando la exclusión humana. Según la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento, en la actualidad, 3.3 millones de peruanos no tienen acceso al agua potable y 6.4 millones no disponen de alcantarillado. Además, en nuestro país se registran 8 denuncias al día por pensión alimentaria y cuatro mil asaltos diarios, poniendo en tela juicio que la cultura ciudadana está invadida por la irresponsabilidad y la violencia. La implementación del Proyecto de Educación en Derechos Humanos de Unesco, empodera en los estudiantes los valores cívicos y la responsabilidad humana para generar personas comprometidos con el bien común. Al discutir en las escuelas, casos concretos, tales como la delincuencia, los abusos, la pobreza y el abandono de los padres, se fomenta una cultura solidaria para construir un Perú mejor, donde las leyes no amparan al ciudadano de bien, sino a aquellos que rompen las normas. Esta Ciudadanía propicia de que la vida se desarrolla en colectividad y no en la individualidad. Como sociedad, sigamos el legado del monseñor salvadoreño, Óscar Arnulfo Romero, quien nos invitó a capacitar a los niños y jóvenes en el análisis crítico de la realidad, como agentes de transformación, para que participen en la vida política y democrática. En este transitar, cada ciudadano somos activistas del bien y del mal y cabe esta pregunta ¿En qué lugar de la batalla nos encontramos? La implementación de los derechos humanos es esencial para una plena convivencia y es una garantía de un futuro sostenible. En la escuela, desarrollemos la convicción que todos tenemos el derecho de vivir y que nadie puede quitar la vida a los demás. Aprendamos que ciudadanía es respetar a los demás. Asimismo, es fundamental perfeccionar el diálogo como el medio más poderoso para solucionar cualquier dificultad. Practicar la ciudadanía y los derechos humanos es un acto de justicia social y respeto. Es una de las formas de enfrentarnos a la corrupción y la violencia que está conduciendonos a la bancarrota y la deshumanización. © David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCP.
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