Educación y pandemia: Una perspectiva docente

Educación y pandemia: Una perspectiva docente

                                                                                                                                                Judith Araceli Dorantes Nova

 

                                                                                                                                 “Todos piensan en cambiar el mundo,

                                                                                                                   pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo”.                                                                                                                                                                            León Tolstoi

La irrupción del COVID-19 en el escenario mundial ha provocado una emergencia sanitaria que conlleva, entre otras cosas, a la incertidumbre en el terreno social e individual, y sus efectos han trastocado de manera muy importante también al terreno educativo, obligando a las escuelas y a las universidades a cerrar sus puertas, afectado así a más de 1,048 millones de estudiantes a nivel global (UNESCO, 2020); un cambio masivo que ha generado un clima adverso y de excepción para todos los involucrados en el proceso educativo. Es menester ampliar los horizontes y voltear la mirada hacia una educación sistematizada y graduada, atendiendo a la demanda de la “nueva escuela”.

Este contexto ha develado los grandes vacíos que imperan en el sistema educativo, no solamente en México, sino en todo el mundo.  Aunado a ello, se está evidenciando aún más la enorme desigualdad social, económica y cultural que por siglos ha imperado en nuestro país.  De acuerdo, con el informe del PNUD (2019), vivimos en la región con mayor desigualdad en los ingresos de todo el mundo. Situación que hoy día, y ante esta pandemia, acentúa la disparidad social y coloca en una condición crítica a las instituciones educativas y a todos los actores que las conforman.

Si bien es cierto que tanto docentes como alumnos estamos ante a un escenario inhóspito y tenso, entre otras cosas por no contar con los recursos ni las competencias tecnológicas necesarias para enfrentar la nueva realidad educativa y dar cauce a los planes y programas de estudio que nos competen, para poder así dar respuesta a las necesidades inmediatas; estos acontecimientos nos ha llevado a canalizar los vacíos para redefinir el modelo pedagógico y transformarlo en una experiencia educativa en beneficio de la sociedad, coadyuvando al desarrollo de las potencialidades de los actores implicados en la consolidación de estrategias adaptadas al aprendizaje en línea.

No obstante, esta nueva condición nos permite analizar y reflexionar acerca de la imperiosa necesidad de contar con una formación tecnológica y asirnos de los recursos indispensables que como docentes nos permitan llevar a los estudiantes a un aprendizaje significativo y no solamente a la transmisión de información, sin considerar la importancia de todos los saberes: conceptuales, procedimentales y actitudinales en un sistema virtual de enseñanza-aprendizaje, asumiendo el reto de la alfabetización digital ante las tendencias emergentes de formación docente.

Las tecnologías de la información y de la comunicación que paulatinamente se han ido incorporando a las estrategias didácticas en diversos niveles educativos,  han permitido el desarrollo de formas innovadoras de acercar el conocimiento a las personas, y acorde a los lineamientos de cobertura, equidad e inclusión del modelo educativo, particularmente el enfoque de educación 4.0, representan un abanico de posibilidades que han alejado a los docentes de la inercia escolar y la resistencia al cambio para posicionarlos en un lugar preponderante en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Su integración disminuye la brecha digital, promueve la modernización de los mecanismos orientados hacia un aprendizaje auténtico, haciéndolos flexibles, inclusivos, adaptativos y colaborativos para favorecer así la adquisición de competencias y habilidades cognitivas.

La aldea global nos alcanzó, estamos ante una nueva era de interdependencia tecnológica que McLuhan (2015) previó a finales del siglo XX, adelantándose a nuestra capacidad para comprender y materializar lo que hoy se está viviendo, y la forma dramática como la tecnología ha irrumpido en el medio social y contexto laboral para modificar la realidad que conocíamos, a un entorno cambiante que de forma súbita ha trastocado el desarrollo y proceso educativo, que si bien es cierto, no es estático, sino que muta y crea nuevas necesidades; ante este fenómeno global se incrementa la demanda de implementar estrategias de transformación digital para dar respuesta a los desafíos que plantea la pandemia.

Las nuevas generaciones están inmersas en las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), y ello da cuenta de la enorme brecha digital que está haciendo mella en los docentes de todos los niveles educativos por no contar con las competencias digitales necesarias para generar conocimiento a través de las diferentes herramientas que potencien el desarrollo de las competencias que requieren los estudiantes para aprender en un mundo en constante cambio, más allá de los espacios áulicos, mediante un proceso permanente de modernización y actualización que responda a los cambios sociales que se gestan en el mundo y aún más ante este hecho inédito que nos está golpeando en todos los aspectos de la vida..

La adquisición y el dominio de nuevos saberes en esta abrupta transición hacia la digitalización es prioritaria no solamente para los alumnos, sino también para los docentes, ya sean migrantes análogos o inmigrantes digitales, quienes enfrentan no sólo a la generación de nativos digitales, sino también el desafío y la exigencia de cambiar el bagaje personal y profesional para innovar y desarrollar propuestas educativas flexibles, articuladas y adecuadas a los nuevos tiempos, y los coloca como aprendices en tiempos disruptivos de la educación en línea.

Las tendencias emergentes vislumbran a la educación inmersa en una sociedad de la información sostenible, competitiva, innovadora, e inclusiva como parte de las actividades en pro de la reducción de la pobreza, las desigualdades, y la exclusión social; además de la exigencia de migrar, de un modelo de educación tradicional hacia uno alternativo; de un modelo de educación presencial a uno virtual. Es así que se aspira a conformar una sociedad del conocimiento con el soporte de las tecnologías digitales, escudriñar posibles escenarios con implicaciones y nuevas vías factibles de transformación para fortalecer la pertinencia, eficacia, equidad y calidad educativas que garanticen un desarrollo social, humano y económico más inclusivo.

Todo ello representa para los docentes un reto, un mayor esfuerzo, desde los recursos materiales, hasta los espacios, tiempos y también los recursos emocionales con los que cuenta, puesto que para muchos esta transición ha representado la pérdida del espacio escolar; enfrentarse a lo nuevo, repentino, espontáneo y en muchos casos desconocido. De inicio, sin una planeación pedagógica para garantizar un proceso de enseñanza-aprendizaje a distancia con la calidad acostumbrada en clases presenciales, lo que ha dado lugar a una experiencia tensa, de estrés y desequilibrio, sobre todo en el papel del docente en este nuevo contexto.  He ahí la importancia y urgencia de replantear la educación: “…debemos volver a reflexionar sobre la educación de manera ambiciosa y formular una visión al respecto en un mundo en mutación.” (UNESCO, 2015).

Ahora, también la función del docente, como facilitador del aprendizaje, requiere de otro tipo de competencias para afrontar las nuevas condiciones y requerimientos.  Deberá diseñar materiales y actividades de aprendizaje y de evaluación innovadoras y motivadoras que aseguren la atención y el aprendizaje de los estudiantes; ofrecer una estructura para que los alumnos interactúen entre ellos y con el profesor mediante un buen manejo de las diferentes plataformas y herramientas que faciliten el proceso de enseñanza y aprendizaje y sacar el mayor provecho de ellas para propiciar la equidad educativa que contribuya al desarrollo social, cultural y económico del país.

El reto está en articular las áreas de conocimiento que eleven los niveles de aprendizaje entre los estudiantes, nativos digitales, cuya exigencia en los procesos educativos es el uso de las TIC. Sin políticas públicas y sin la capacitación docente, ésto no será viable. Sabemos como sociedad y como académicos, que el rumbo de la educación depende de factores económicos, políticos, sociales y culturales que inciden en las tendencias educativas y estamos conscientes de que el sólo hecho de tener acceso a la tecnología no garantiza mejorar la gestión hacia una mayor calidad y cobertura,acorde a las nuevas tendencias. Ello requiere de una profunda transformación hacia una educación integral, reinventar la forma de aprender y potenciar el desarrollo humano sin limitaciones espacio-temporales.

Cabe retomar las habilidades laborales que para la cuarta revolución industrial recomienda el Foro Económico Mundial (2018), y que forman parte de las competencias genéricas que deben desarrollar los estudiantes y la nación para contribuir al mejoramiento de la sociedad: Resolución de problemas complejos, creatividad, gestión de personas, coordinación, trabajo colaborativo, inteligencia emocional, juicio y toma de decisiones; orientación de servicio, negociación y flexibilidad cognitiva. En este sentido, replantear la educación y facilitar la transición al aprendizaje en línea es un reto para México y para las instituciones educativas en los nuevos escenarios que ha traído consigo la pandemia por COVID-19 en el contexto global.

En congruencia con lo que dicta el Artículo 3° Constitucional en México, en el que todo individuo tiene derecho a la educación, las estrategias de inclusión,de cobertura en todos los niveles educativos y modalidades, vinculado a las transformaciones mundiales, deben insertarse en este modelo educativo, con vistas a hacer uso de los recursos digitales de manera reflexiva, creativa e innovadora, atendiendo a las demandas de accesibilidad y aprovechamiento de estos entornos, que al incorporarse a la educación, forman parte de los derechos universales, y se convierten también en obligatoriedad del Estado. Asistimos a una revolución en la era digital de la educación que por la crisis epidémica está transformando de forma acelerada al mundo que transita ya hacia nuevas formas de enseñanza y aprendizaje, hacia el desafío global que implica repensar la educación, y para la que los docentes debemos estar capacitados.

Estamos ante una de las mayores crisis de nuestros tiempos, y la consolidación de los nuevos escenariosque trajo consigo la pandemia, demandan de las instituciones educativas, la incorporación de tecnologías de vanguardia que posibiliten distintas modalidades, contenidos y acceso, así como la formulación de políticas públicas acordes a la gobernanza mundial para impulsar una transformación incluyente, que no convierta la brecha digital en brecha de aprendizaje. La capacitación permanente de los docentes garantizará la adquisición de capacidades para el fortalecimiento de los procesos de enseñanza-aprendizaje, que en colaboración con los estudiantes coadyuve a aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir y aprender a ser; hoy por hoy, en el marco de este momento histórico provocado por la pandemia COVID-19.

Referencias

Ávila, P. y Rama, C. (editores). (2017). Internet y educación: amores y desamores. Virtual Educa. Infotec. Conacyt.

González y Ortiz, Francisco Xavier. (2008). La Aldea Global y Next…. Investigación bibliotecológica22(45), 239-246. Disponible enhttp://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0187-358X2008000200013&lng=es&tlng=es.

IISUE (2020). Educación y pandemia. Una visión académica, México, UNAM. México: Autor. Disponible en: https://www.iisue.unam.mx/investigacion/textos/educacion_pandemia.pdf

McLuhan, M. y Powers, B. (2015). La aldea global: Transformaciones en la vida y los medios de comunicación mundiales en el siglo XXI. México: Gedisa.

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) (2019). Panorama general. Informe sobre desarrollo humano 2019. Más allá del ingreso, más allá de los promedios, más allá del presente: Desigualdades del desarrollo humano en el siglo XXI. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Nueva York: Autor. Disponible en: http://hdr.undp.org/sites/default/files/hdr_2019_overview_-_spanish.pdf

Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) (2020). “Interrupción educativa y respuesta al covid-19”.  Disponible en: https://es.unesco.org/covid19/educationresponse

Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) (2015). Replantear la educación. ¿Hacia un bien común mundial?.París: Autor. Disponible enhttps://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000232697

Davis, N. y O’Halloran, D. (2018). La cuarta revolución industrial impulsa la globalización 4.0. Foro Económico Mundial. World Economic Forum. Disponible en https://es.weforum.org/agenda/2018/11/la-cuarta-revolucion-industrial-impulsa-la-globalizacion-4-0/

Judith Araceli Dorantes Nova

Maestra en Competencias Docentes, con Especialidad en Competencias para el Nivel Medio Superior. Licenciada en Ciencias de la Comunicación, y actualmente cursa el Doctorado en Educación. Docente-Investigadora del Instituto Politécnico Nacional. Principales líneas de investigación: Educación; Sociedad y calidad de vida; Educación y sociedad con perspectiva de género. Autora y coautora de artículos de investigación científica publicados en revistas indexadas, y coautora del Libro Acércate a la Literatura. Instructora en diplomados, así como facilitadora en cursos y talleres impartidos en el IPN.

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