Inteligencia Artificial en la educación, un gran reto heredado del 2023

Para Roberto Breña, profesor-investigador del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México (Colmex), la razón es muy simple: “no existía nada comparable”. En su artículo “Los dilemas de la docencia universitaria frente al ChatGPT” –publicado el pasado octubre en la revista del Colmex “Otros Diálogos”–, recuerda que si bien existían “recursos académicos” como el “copy-paste”, el ChatGPT (y herramientas similares que siguen apareciendo) “es otra cosa, muy distinta; es, de hecho, una herramienta completamente nueva”.

Breña escribe sobre su experiencia y reflexione en torno a esta herramienta que puede homologarse con la de otros colegas y estudiantes del nivel superior, y enfatiza puntos críticos como el siguiente:

La deshonestidad intelectual, entre estudiantes y profesores, ha acompañado la vida universitaria desde el origen mismo de estas instituciones en Occidente a finales del siglo XI. Eso es un hecho. La cuestión aquí, me parece, es que ahora, por primera vez en la historia, los estudiantes tienen a su disposición una herramienta que les pone en bandeja de plata la posibilidad de hacer fraude académico y no ser detectados”.

Para Rafif Srour Daher –experta en ciencia de datos y vicedecana de la Escuela de Ciencia y Tecnología de IE University, en Madrid–, la clave se encuentra en enseñar a los estudiantes a utilizar este tipo de herramientas, pero también hacerlos conscientes de sus limitaciones y ser críticos con el resultado que les genera.

En un artículo para OpenMind, del portal de divulgación de BBVA, escrito por Susana Pérez, le especialista agrega que, por otro lado, se debe enseñar a los profesores a cambiar la forma de evaluar a los alumnos: “crear trabajos que ChatGPT no responda fácilmente porque si no lo que les estamos enseñando es a utilizar esta tecnología para hacer el trabajo en su nombre, que no es lo que queremos”, señala en el artículo “El inevitable uso de ChatGPT por los estudiantes”.

La preocupación por la autoría de las ideas escritas por seres humanos no sólo incumbe al ámbito académico, sino también al editorial y periodístico, entre otros. Hace unos días “The New York Times” demandó a Open AI y Microsoft, desarrolladoras de ChatGPT y Bing Chat-Copilot, respectivamente, por haber utilizado millones de sus artículos para entrenar a sus chatbots, que buscan competir con el medio como fuente de información.

El número 25 de “Otros Diálogos” está dedicado al tema de la inteligencia artificial (IA) y la docencia universitaria. En su artículo “La inteligencia artificial y el mundo académico”, Julio César Martínez –investigador posdoctoral en el Programa Interdisciplinario de Ciencia de Datos del Colmex– advierte que pronto será imposible saber si un humano o un algoritmo creó un texto o desarrolló el código para analizar una base de datos. “Este hecho nos lleva a la pregunta clave que aún sigue en discusión: ¿a quién deberíamos dar el crédito, al usuario o a la inteligencia artificial?”.

También concluye que estas tecnologías podrían generar una nueva brecha digital y que la conversación en el mundo académico debe estar abierta y establecer los parámetros de cómo utilizarlas. “Todo esto servirá para sensibilizar a la comunidad académica sobre el uso responsable de la inteligencia artificial”.

El profesor del Colmex añade que la inequidad en el acceso podría profundizar como nunca las brechas educativas y las ya abismales asimetrías sociotécnicas, pero al igual que otros dilemas inmediatos, es necesario trascender y asumir la responsabilidad ante los escenarios que abre la creación sintética, que significa a su vez rechazar la demonización, “para así asumir la tarea de construir sus relaciones sociales a través de una educación democrática, crítica y transformadora”.

Fuente: [02-enero-2024]. La Crónica. Inteligencia Artificial en la educación, un gran reto heredado del 2023. https://www.cronica.com.mx/academia/inteligencia-artificial-educacion-gran-reto-heredado-2023.html

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