Día del Maestro: celebrando a los héroes sin capa

David Auris Villegas davidauris@gmail.com https://orcid.org/0000-0002-8478-6738 En un país de contrastes como Perú, donde las alturas de los andes hasta la exuberante selva desafían la vida del ser humano, pero, como titanes, surge la figura del maestro como un verdadero héroe sin capa. Este 6 de julio, Día del Maestro, es una ocasión para reflexionar sobre su inspiradora y comprometida labor. A pesar de las adversidades, imparten conocimientos y dedican su vida a educar y guiar a las nuevas generaciones, con la esperanza de brindar oportunidades a cada ciudadano para un mundo más inclusivo, equitativo y solidario. El Maestro con su ejemplo de servicio desinteresado, amor por el prójimo y compromiso con la educación integral, especialmente con sabiduría y paciencia, despliegan sus esfuerzos para formar mejores personas. Entre ellos, aparece extraordinario maestro invidente, Leonardo Pachacútec Mejía, quien con su lema “El laborioso siempre triunfa”, enseña a los estudiantes a esforzarse para el éxito y a no rendirse nunca. Leonardo destaca la ética tanto dentro como fuera del aula y trabaja en el Centro de Educación Básica Especial (CEBE), Luis Braille, en el distrito de Comas, dedicado a transformar vidas. Por otro lado, en las zonas rurales de nuestro país, donde los caminos son escasos dice la reconocida periodista Lorena Álvarez, emerge la figura de la perseverante maestra rural, Gloria Machuca. Luego de sobrevivir a un terrible occidente y enfrentar grandes dificultades, disfruta enseñando y transmitiendo valores a los estudiantes. Esto demuestra que las escuelas están distantes y las carreteras ausentes, lo que hace que los maestros rurales arriesguen sus vidas para educar a niños repletos de sueños. Esta maestra, con su resiliencia, es un ejemplo digno de seguir por su constancia, su enseñanza de la crítica y la creatividad y esa lucha por una vida mejor de toda una generación. Asimismo, por nuestra espesa selva, Maribel Simon, líder pedagógica rural y maestra bilingüe, se esfuerza por sembrar las semillas del conocimiento en las mentes de los niños indígenas en derechos humanos y justicia. Ella reclama a las autoridades, mejor infraestructura para las aulas y resalta que los maestros viajan varias horas en lancha para llegar a las escuelas. Su dedicación inspira a la sociedad y ella, apelando a su alta sensibilidad, aboga por una mayor interculturalidad en un Perú inclusivo y equitativo para todos los niños rurales. Por todas estas épicas acciones y las de los anónimos maestros, quienes a menudo no reciben el reconocimiento que merecen de la sociedad y los gobernantes, celebremos su labor pedagógica por un mundo mejor. ¡Feliz Día Maestro que me enseñaste a vivir y ser mejor persona! © David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCP.

Educación en los tiempos de la migración Intolerancia y supremacismo en el discurso de odio

Fredy E. Cauich Carrillo No sé, tal vez siempre estamos buscando el lugar correcto,tal vez lo tenemos al alcance, pero no lo reconocemos.Tal vez para reconocerlo, tenemos que creer en él.Humberto Eco De manera independiente a las filias y fobias políticas desatados por el proceso electoral que culminó este pasado 2 de junio, fueron varias las enseñanzas y reflexiones que quedaron para el tintero; para este trabajo particularmente nos centramos en la problemática, que a nuestro criterio, es uno de los más complejos: el hecho que, nuevamente el rostro de la intolerancia y el supremacismo se puso de manifiesto en el discurso de odio de un sector de la sociedad mexicana. El término “discurso de odio” es emocional y carece de una definición aceptada en el medio académico o en el ámbito de los derechos humanos internacionales. Este término se utiliza para describir cualquier manifestación que incite al odio discriminatorio hacia individuos o grupos, basándose en características como la raza, religión, género u orientación sexual. Dado que el concepto es muy amplio, abarca expresiones que podrían estar amparadas por el derecho a la libertad de expresión, lo que hace difícil su identificación y regulación. La ausencia de una definición clara, provoca desacuerdos e incertidumbres sobre la forma de abordar el discurso de odio, buscando equilibrar la protección de la libertad de expresión con la promoción de la igualdad y la no discriminación¹. Si bien la definición de un discurso de odio cae en una nebulosa que lo puede proteger, lo cierto es que día con día este discurso se incrementó en el proceso electoral mexicano del 2024, alimentado desde todos los frentes, y así de una pugna de «buenos» vs «malos», «conservadores» vs «liberales» se inflaron los calificativos y casi de manera natural se pasó de «fifis» vs «chairos», y se escurrió el discurso al color de la piel, el estrato social, el nivel de ingresos, los viajes realizados alrededor del mundo, etcétera, y los «whitemexicans» vs «morenacos» fue uno de los ejes que afloraron en las discusiones en las ya incontenible redes sociales. Esta adversidad no tardó en encontrar otro blanco de ataque como desde hace más de 100 años lo han sido: Los inmigrantes y el peligro que representan. ¹ARTÍCULO 19. (2020). Manual sobre el ‘Discurso de Odio’ (Resumen). https://www.article19.org/wp-con-tent/uploads/2020/03/ARTICLE-19Manual-sobre-el%E2%80%98Discurso-de-Odio%E2% La actividad migratoria en México es un tema delicado que ha suscitado diversas reacciones en nuestras sociedades. La migración no solo implica un desplazamiento poblacional, sino también un proceso de integración y adaptación tanto para los migrantes como para las comunidades receptoras. Sin embargo, la intolerancia hacia estos ha sido una constante en diversos sectores de la población mexicana, particularmente en momentos claves de la construcción de la «nación mexicana». El asesinato de comunidades de españoles durante las guerras de independencia, o la persecución, genocidio y expulsión a la que fue sometida la comunidad china durante el periodo nacionalista de la revolución mexicana², fueron algunas de las graves ejemplos vividos en la edificación nacional excluyente a la que pertenecemos. Los peligros de la intolerancia generada por aquellos que se oponen a la migración «mala», es decir de morenos, latinos, pobres malolientes, que forman las caravanas de caminantes oerrantes, peor si se trata de afrodescendientes; pero que por otra parte aplauden a la «buena» es decir la sajona, o cuando menos de tez blanca, heterosexual aparente, católica y de recursos económicos equiparables a su estado físico, y que llegan con el sello del turismo o emprendedores, es una expresión del supremacismo mexicano y la necesidad urgente de enfrentar esta problemática desde las aulas. Esta acción de manera clara es una imperativa deuda histórica y humana que se tiene, si se quieren trabajar asuntos «visibilizados» tales como la violencia de género, geriátrico y el llamado bullyng en general. Es decir: Para resolver lo conocido debemos atacar normalidades invisibles como la exclusión, el discurso de odio y el supremacismo. Los peligros de la intolerancia hacia los migrantes malos (pobres), se extiende a los refugiados climáticos puede manifestarse de múltiples formas, desde actitudes discriminatorias hasta actos de violencia. Este fenómeno no solo afecta a los migrantes, sino que también tiene repercusiones negativas para la cohesión social y el desarrollo de una sociedad plural y democrática. La intolerancia genera un ambiente hostil que dificulta la integración de los migrantes y perpetúa estereotipos y prejuicios que alimentan el odio y la división. El supremacismo mexicano es una ideología que sostiene la superioridad de ciertos grupos nacionales sobre los migrantes. Esta creencia se basa en la idea de que los mexicanos nativos poseen características culturales y raciales superiores a las de los migrantes, lo que justifica su rechazo y exclusión. Este tipo de supremacismo no solo es moralmente condenable, sino que también es peligroso porque puede conducir a la justificación de la violencia y la discriminación sistemática en contra de los migrantes. ²Juan Puig. (1992). Entre el Río Perla y el Nazas. La China decimonónica y sus braceros emigrantes, la colonia china de Torreón y la matanza de 1911. CONACULTA. México. La educación como herramienta de cambio y cargada de futuro No comparto la idea de que la solución a todos los flagelos se encuentra en las aulas, pues en nuestro país cada año miles de jóvenes son excluidos de esta oportunidad, y crecerán sin haber cursado algo más allá de algún nivel educativo básico, pero para contrarrestar el supremacismo mexicano y la intolerancia hacia los migrantes, es crucial implementar estrategias educativas, formales (en las aulas) e informales (fuera de las aulas) que fomenten el respeto, la empatía y la comprensión intercultural desde la vida cotidiana, esa es la única respuesta que por el momento se tiene. La educación, formal e informal, debe abordar la diversidad cultural como un valor y promover el reconocimiento de los derechos humanos de todos, independientemente de su origen. Esto implica la inclusión de contenidos educativos que desafíen los prejuicios y estereotipos, y que promuevan el pensamiento crítico y la reflexión sobre la importancia de la diversidad, incluyendo regulaciones

El maestro de escuela ante el escrutinio público

David Auris Villegas- davidauris@gmail.com https://orcid.org/0000-0002-8478-673 Los educadores son protagonistas sociales por naturaleza. Cada acción pasa por el lente del escrutinio público. Los resultados de su labor pedagógica pueden impactar en su prestigio o su aniquilación personal y académica, haciendo de esta actividad una profesión soberbiamente sensible, ya que un maestro, en su dilatada labor, puede inspirar cientos de vidas o sencillamente apagar miles de sueños. Las expectativas sociales que se concentran en los maestros cobraron un duro revés, con esta grave revelación. A finales del mes de mayo, en Radio Programas del Perú, la educadora y líder del Consejo de Mujeres Awajún, Rosemary Pioc, dijo que desde 2010 al 2024, se han registrado 524 denuncias formales, contra maestros por agresión a los estudiantes de la provincia de Condorcanqui, región Amazonas. Este testimonio se hizo eco en los titulares periodísticos y ha generado un debate público que deja mal parado al magisterio peruano. Con respecto a esta agresión y perjuicio hacia las niñas y niños por parte de estos educadores, considerados superhéroes por los estudiantes y padres espirituales por la sociedad, el Dr. Morgan Quero, actual ministro de educación, lo ha mencionado como una costumbre cultural. Con toda honestidad, creo que el ministro debió condenar este abusivo maltrato e impulsar una exhaustiva investigación y, desde el momento, asignar un equipo de psicólogos que puedan brindar apoyo a los estudiantes afectados y sus familias. Retornando a la acción docente, no basta que los maestros transmitan conocimientos y ostenten grados académicos en nombre de la meritocracia. Como hemos podido apreciar, no todos los educadores cultivan y ponen en práctica los valores morales como piedra angular de su magisterio, por lo que urge implementar una permanente capacitación y seguimiento constante en habilidades blandas y empatía solidaria que recomienda la Unesco, para humanizar más a esta hermosa profesión. Dado que la formación del educando se basa en principios éticos, la sociedad no solo debe limitarse a criticar contra las acciones negativas de algunos maestros, sino asumir un compromiso de cooperar estrechamente con el ejército docente, de tal manera que todos eduquemos el hábito saludable de vivir en armonía y respeto. En el aula o fuera de ella, asumamos el reto social de practicar la ética de hacer el bien a los demás y minimizar el sufrimiento a las personas para un mundo más humano y compasivo, Argumenta la prestigiosa filósofa española, Adela Cortina. Los educadores son motores de cambio. Como ingenieros sociales junto a la sociedad, son los llamados a desarrollar un liderazgo compartido para una vida mejor o infeliz de los estudiantes. © David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCP.

Derechos humanos y ciudadanía para una vida mejor

David Auris Villegas – davidauris@gmail.com Se supone que el Gobierno, el Congreso y el Poder Judicial son los guardianes de la ciudadanía y los derechos humanos. No obstante, ¿es correcto que la presidenta exhiba sus costosas joyas en comunidades pobres y 82 legisladores, de los 130, estén investigados por la Fiscalía, según Transparencia? Esta banda de politicastros, en vez de contribuir al bienestar, impulsan leyes a su favor y pugnan reelegirse para ganar impunidad. Ante este panorama desalentador, optemos por la resistencia social desde la educación para encarar este atroz ataque contra la dignidad humana. Este desprecio social por parte de los gobernantes, han generado una profunda desigualdad, provocando la exclusión humana. Según la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento, en la actualidad, 3.3 millones de peruanos no tienen acceso al agua potable y 6.4 millones no disponen de alcantarillado. Además, en nuestro país se registran 8 denuncias al día por pensión alimentaria y cuatro mil asaltos diarios, poniendo en tela juicio que la cultura ciudadana está invadida por la irresponsabilidad y la violencia. La implementación del Proyecto de Educación en Derechos Humanos de Unesco, empodera en los estudiantes los valores cívicos y la responsabilidad humana para generar personas comprometidos con el bien común. Al discutir en las escuelas, casos concretos, tales como la delincuencia, los abusos, la pobreza y el abandono de los padres, se fomenta una cultura solidaria para construir un Perú mejor, donde las leyes no amparan al ciudadano de bien, sino a aquellos que rompen las normas. Esta Ciudadanía propicia de que la vida se desarrolla en colectividad y no en la individualidad. Como sociedad, sigamos el legado del monseñor salvadoreño, Óscar Arnulfo Romero, quien nos invitó a capacitar a los niños y jóvenes en el análisis crítico de la realidad, como agentes de transformación, para que participen en la vida política y democrática. En este transitar, cada ciudadano somos activistas del bien y del mal y cabe esta pregunta ¿En qué lugar de la batalla nos encontramos? La implementación de los derechos humanos es esencial para una plena convivencia y es una garantía de un futuro sostenible. En la escuela, desarrollemos la convicción que todos tenemos el derecho de vivir y que nadie puede quitar la vida a los demás. Aprendamos que ciudadanía es respetar a los demás. Asimismo, es fundamental perfeccionar el diálogo como el medio más poderoso para solucionar cualquier dificultad. Practicar la ciudadanía y los derechos humanos es un acto de justicia social y respeto. Es una de las formas de enfrentarnos a la corrupción y la violencia que está conduciendonos a la bancarrota y la deshumanización. © David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCP.

Cuidado ambiental como símbolo de peruanidad

David Auris Villegas – davidauris@gmail.com Curiosamente, al amanecer un pajarillo posado en mi ventana me despertó con un dulce trino, recordándome que soy un intruso. Esta inesperada visita me empujó a escribir este artículo desde mi peruanidad. En nombre de la modernidad, hemos demolido sus casas verdes, reemplazándolos con edificios que simbolizan nuestro rimbombante progreso. Disfrutamos de la vida y las aves, antes dueñas de los árboles, ahora son apenas sobrevivientes y forasteros que a veces se dejan ver en las grandes ciudades como en la mañana de hoy. La “peruanidad” es un término que el recordado pensador peruano, Víctor Andrés Belaúnde, acuñó. Se refiere al sentimiento de identidad que vincula a los peruanos con la nación asentada en su tierra biodiversa y sus tradiciones, su historia y cultura. Además de esto, ser peruano significa valorar y gestionar el medio ambiente, apelando a nuestra inteligencia ecológica desarrollada en las escuelas desde la más temprana edad. Esta proximidad del 5 de junio, Día del Medio Ambiente, y el 7 de junio, Día de la Bandera en Perú, destaca a la educación ambiental como una herramienta catalizadora que fusiona el patriotismo y la conciencia ecológica. La integración de la educación ambiental es un enfoque que evidencia que, la defensa de la bandera también implica un compromiso activo con la preservación del entorno natural. De esta forma, cultivamos una peruanidad que valora nuestra identidad cultural, así como nuestra abundancia ecológica. Para el pensador alemán, Hans Jonas, la responsabilidad ecológica no es una opción, es una obligación moral. Esto significa que preservar el entorno no es solo una decisión personal, sino una obligación ética de todos, inherente a nuestra existencia. Esta responsabilidad moral de salvaguardar los ecosistemas para las futuras generaciones es nuestra tarea para asegurar la sustentabilidad y el bienestar de todos los seres vivos en la Tierra.  Asimismo, la aldea global ha cambiado de escenario. Ahora la naturaleza se encuentra dentro de las polis, convertida en una cuestión política, que está en nuestra responsabilidad protegerla o no, señala el filósofo español Alfredo Marcos Martínez. No obstante, en la actualidad parece que se nos va de la mano, debido a que nuestro voraz apetito de explotar por un supuesto bienestar actual, se ha apoderado de nuestra cultura depredadora como estilo de vida moderna. En estos momentos difíciles, cada nación debe establecer en sus prioridades el cuidado del medioambiente y consideremos que nosotros no somos superiores a los demás seres vivos. Como únicos individuos inteligentes, nuestra responsabilidad y desafío es proteger y dejar una mejor versión de la naturaleza a las generaciones venideras. © David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCP.

La Universidad es una institución científica

David Auris Villegas – davidauris@gmail.com Aunque los gobernantes, los empresarios y los altos funcionarios no creen, las universidades son instituciones científicas que juegan un rol importante para el desarrollo sostenible de los países. El continente asiático lo viene demostrando. Con investigación e innovación han abandonado el bolsón de pobreza y en la actualidad disputan el liderazgo mundial, mientras los latinoamericanos, vivimos sumergidos en el consumismo tecnológico y nos mantenemos en pie, gracias a las riquezas naturales. Nuestra cultura meritocrática basada en documentos y experiencias vegetativas, ha encumbrado a la docencia sobre la investigación. Así como una limitada exigencia de investigaciones experimentales y tecnológicas a los estudiantes, no contribuye al logro de la transformación de nuestras materias primas en manufacturas. A esto, agreguemos el  0.1 % del PBI nacional destinado a las ciencias y una ausencia de cooperación entre universidades y las industrias nos ha conducido a lo más fácil, llevar a cabo investigaciones descriptivas de poco impacto, en nombre de una fiebre de publicación de artículos para continuar como profesores de investigación. Ante mi discurso, algunas personas me cuestionan de, por qué critico a las universidades y al Estado. Lo hago porque contamos con jóvenes universitarios muy competentes e inteligentes. Solo se requiere un liderazgo científico basado en la innovación y el emprendimiento digital como China, que progresa con mayor poder en el mundo. Esto empuja a que las universidades implementen sus centros de investigación de alto rendimiento y una agresiva cruzada por obtener resultados que apunten a transformar el rostro socioeconómico de nuestro continente. Para que la investigación sea considerada como un pilar de progreso, es imperativo vincular con la calidad de vida y bienestar social. En este derrotero es fundamental que, los 8800 investigadores en el Registro Nacional Científico Tecnológico y de Innovación Tecnológica (RENACYT), asuman un compromiso activo e innovador en todas las universidades y en las industrias en correspondencia con la Ley 30948, de Promoción del Desarrollo del Investigador Científico altamente especializado, promulgada en el año 2023. Si no hay ciencia, no hay futuro, nos alerta el reconocido científico Modesto Montoya. Esto implica poner en la agenda social, la política de la cultura científica desde el gobierno, otorgando mayor inversión en ciencia en todos los niveles educativos, con el objetivo de formar científicos capaces de producir patentes con sus pares nacionales e internacionales.  Finalizo esta reflexión, como en mi anterior columna, es el momento de cambio de paradigma en las universidades y no derrochemos el tiempo en debatir sobre cuando se jodió el Perú o Latinoamérica. Trasladémonos al discurso de los semiconductores, patentes y transferencia tecnológica, como estilo de vida universitaria. © David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCP.

Desafíos de la acreditación universitaria peruana

David Auris Villegas – davidauris@gmail.com La acreditación universitaria en el territorio peruano se encuentra en una situación inquietante que aún no avanza. La prueba de ello es que no superamos la media docena de universidades debidamente acreditadas, de un total de 93 licenciadas. La acreditación no es solo para atraer más estudiantes y lucir la estrellita de “Universidad acreditada”, sino, es un compromiso de formar profesionales cada vez más innovadores y productivos.  Al establecer estándares precisos de nivel internacional que permitan la cientificidad y una acreditación obligatoria a todas las universidades peruanas, estamos abriendo el paso hacia la calidad educativa en la educación terciaria. Asimismo, es importante hacer comprender a la sociedad, a los funcionarios y a las industrias que, esta acreditación, va a acelerar nuestro camino hacia el progreso, facilitando nuestra una presencia en el mercado manufacturero. Según el Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa (SINEACE), órgano oficial del Estado peruano que acredita la calidad de las universidades públicas y privadas, sostiene que la acreditación beneficia a la universidad en su posicionamiento, calidad docente, investigación y becas. En ningún párrafo dice que beneficia al desarrollo sostenido del país que, en el fondo, es la razón de toda acreditación universitaria. No obstante, el Sineace presenta estándares generales que poco contribuyen a la calidad. En el Modelo de Calidad para la Acreditación de Programas de Estudios de Posgrado del año 2022, en el estándar 9 referido a la investigación, dice: “El programa de estudios de doctorado asegura que las investigaciones siguen líneas de investigación actualizadas, gestiona proyectos de investigación propios y en alianza con otras instituciones nacionales e internacionales y, garantiza la integridad ética de las investigaciones”. Ahora: ¿De qué manera la institución podrá alcanzar este estándar? ¿Basta con llevar a cabo cualquier investigación descriptiva, tal y como hoy es habitual en las universidades peruanas? Dado que Sineace no está vinculando a la acreditación con el desarrollo del país, solo exige acreditar a los programas de Salud, Derecho y Educación, y en el resto de carreras es voluntario. Olvidan que los rankings mundiales, se centran en la investigación y la innovación. Además, creo que no tienen conocimiento de Andrés Oppenheimer, quien, gracias a sus investigaciones, sugiere que los países subdesarrollados deben impulsar las ingenierías científicas, para producir tecnologías y así sobrevivir a la avalancha de competitividad global.  Es imperioso impulsar una masiva acreditación universitaria obligatoria en el menor tiempo posible. Para ello es necesario una mayor inyección de dinero a las universidades públicas y, una urgente reingeniería en Sineace, con líderes visionarios capaces de visualizar un Perú desarrollado. © David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCP.

Ciencia, tecnología e innovación para el desarrollo

David Auris Villegas – davidauris@gmail.com Impulsar la curiosidad científica en los estudiantes, es clave para desarrollar la ciencia, la tecnología e innovación con la finalidad de desarrollar a nuestros países. Esta educación científica es una poderosa herramienta que permite explotar el infinito potencial del cerebro humano. Al ver la vida desde un enfoque innovador, amplía las oportunidades de sobrevivir con éxito en esta jungla social cada vez más impredecible. La ciencia y la tecnología son esenciales para el desarrollo, ­–han demostrado, países antes pobres, entre ellos Singapur y Corea del Sur–, que, lamentablemente los líderes del sistema educativo peruano todavía no comprenden, ya que ingenuamente, han convertido a los docentes en “papelucheros”, para justificar las evidencias de Las experiencias de aprendizajes repetitivos y lineales.  Esto evidencia el informe de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), Perú ocupa, el puesto 76 de 132 países en Índice Global de Innovación, (IGI) en el año 2023.En el año 2023, con la finalidad de escalar nuestra posición innovadora, el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica, (CONCYTEC), destinó unos S/224 millones para impulsar la ciencia, tecnología e innovación, que es apenas el 0.1 % del presupuesto nacional.  Esta suma no es suficiente para desarrollar el talento científico. Gran parte de ello cubre la burocracia, otra parte se destina a la premiación de las investigaciones y resta poco para impulsar la real innovación de impacto, pues vivimos en la fiebre de la meritocracia de papel y concursos de ciencia que poco aporta al desarrollo. Para el legendario Elon Musk, innovar es tener visión emprendedora, pensar y crear una idea tangible y actuar, dándole un mejor valor agregado que sirva a las personas, con la ayuda de un equipo multidisciplinario. En este sentido, ¿las escuelas de países en desarrollo estarán desarrollando esta mentalidad innovadora en los estudiantes? La repuesta es un rotundo no, debido a que la enseñanza está centrada en notas altas para aprobar los cursos y no para pensar, crear e innovar para la vida. Ante esta dura realidad, es momento de que la Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, (STEAM), tenga una agresiva presencia en la formación básica de los estudiantes. Para ello, abracemos la ciencia, la tecnología y la innovación invocadas por el líder chino Deng Xiaoping, con el fin de salir del subdesarrollo y cambiar el futuro de las sociedades llamada tercermundistas. No hacerlo, equivaldría a traicionar el destino de la humanidad, que es la de vivir mejor que antes. Enseñar la ciencia, la tecnología y la innovación en la escuela de la curiosidad, no solo es brindar conocimientos, si no, es expandir la mente infinita de toda una generación de ciudadanos rumbo al desarrollo sostenido. © David Auris Villegas Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCP.

Día de la madre en las escuelas

David Auris Villegas – davidauris@gmail.com Cada segundo domingo de mayo, al celebrarse el Día de la Madre en muchos países del mundo, las escuelas se colman de vibrantes alegrías, discursos de amor y poemas del alma.  Sin embargo, ¿es factible que este año vayamos más allá de los tradicionales homenajes y reconozcamos a las progenitoras como nuestra primera maestra de nuestra vida? Sin lugar a dudas, desde las aulas, estaríamos reconociendo su papel como educadoras del hogar, líder incansable, fiel servidora, sostenedor de la familia e inspiradora de toda sociedad. Ya que, sin poseer un título de maestra y sin importar su condición social, estado civil o situación de salud, ellas forman a cada individuo desde su nacimiento, con el amor que es el extraordinario prodigio de la existencia humana, señalan Francisco Grass y Pilar Maiz. Durante el mes de mayo, los maestros, en su labor innovadora, pueden comprometer a los estudiantes a conversar con sus madres acerca de sus vivencias y enseñanza materna. Luego, este diálogo grabado, los niños y los adolescentes la compartirán con sus compañeros del aula con el objetivo de producir contenidos de impacto y difundir en las redes sociales, resaltando el valor fundamental de las madres como la primera maestra del hogar y de la sociedad.  Por otra parte, los maestros pueden organizar grupos de estudiantes para que entrevisten a algunas madres de sus escuelas previo sorteo. Una vez seleccionada la entrevistada, los estudiantes con la colaboración del docente formulan las interrogantes pertinentes acerca de la labor ardua de las progenitoras, su resiliencia, el amor incondicional y el empoderamiento empático. Las entrevistas se realizarán en los hogares de las madres y, para ello, coordinarán con ellas. Una vez finalizada la entrevista, los estudiantes la convertirán en podcast para su difusión en la internet. En este hermoso gesto, en las instituciones educativas es fundamental que los docentes resalten el papel de las progenitoras, como la primera influencer en la vida de los niños. En la familia, esta genuina aliada de la educación, día a día fortalece los vínculos afectivos y transmite valores de amor, cuidado y esfuerzo, que son esenciales para el logro de los aprendizajes y el desarrollo humano, desde su condición materna siendo la más blanda y la más poderosa soberana de los espíritus, dice, el padre Eduardo Pavanetti. Al considerar a la madre en las escuelas de una manera más vivencial y aliada pedagógica, estamos no solo reconociendo a las mujeres que nos brindaron la vida, sino también reconocemos la relevancia de su función como nuestra primera maestra de la vida, en la construcción de un mundo más amoroso. © David Auris Villegas Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCP.

Mes del trabajador en las escuelas

David Auris Villegas – davidauris@gmail.com ¿Cómo podemos rendir tributo a los mártires de Chicago de 1886 quienes, con su reclamo de ocho horas de trabajo, marcaron un hito en la historia de los derechos laborales de la humanidad, lo cual consolidó al 1 de mayo, como el Día del Trabajador? El mejor tributo a esa memoria combativa es abrazar la educación de por vida. Para ello, las escuelas juegan un rol importante en mentalizar a los estudiantes que, solo con un trabajo innovador, duro, justo e inteligente, progresaremos como individuos y, de esta manera, desarrollaremos a nuestros países. En el ámbito académico, comprendamos que el valor de la educación rigurosa en la formación de los estudiantes es clave para hacer del trabajo una cultura de vida hacia la prosperidad. Hace medio siglo, El líder chino, Deng Xiaoping, dijo que solo abrazando la ciencia y la tecnología podremos generar desarrollo. Esto sígnica que, más allá de las pancartas y discursos sobre el Día del trabajador, es imperativo impulsar una pedagogía del esfuerzo basado en la investigación científica, si aspiramos una sociedad del bienestar, como está logrando China. Desde diversas perspectivas, es importante debatir en clases, sobre los derechos laborales, con el fin de que los estudiantes comprendan su función en la sociedad y más tarde, fomenten la equidad en el trabajo. Por otra parte, es fundamental desarrollar su liderazgo, la comunicación efectiva y la capacidad de resolver conflictos, adaptándose a las nuevas tendencias de trabajo en constante evolución. Empoderarlos de una ética sólida que contemple la puntualidad, la responsabilidad y el compromiso, constituyen un patrimonio invaluable en la vida de las personas, según la experta Adela Cortina. Según Ipsos Glpobal Advisor, Perú cuenta con cinco millones y medio de emprendedores con hambre de progreso, pero que a muchos de ellos les falta la formación de educación financiera. Para fortalecer esta debilidad, la escuela tiene la obligación de desarrollar la cultura financiera como parte del know how de los futuros emprendedores. También es importante llevar a cabo, simulaciones de proyectos de diferentes negocios, mediante la asistencia de la inteligencia artificial, así como adquirir habilidades en la gestión del tiempo para producir más, en una época saturada por la volatilidad temporal. Asimismo, la planificación de actividades extracurriculares, como clubes de ciencia e investigación de problemas reales en grupo, les impulsará a que, en la búsqueda de la solución, apelarán al esfuerzo colaborativo que es el espíritu de todo trabajo transformador. De esta manera, los estudiantes comprenden que, solo trabajando en equipo, podrán desarrollar y transformar su realidad en nombre del bienestar general. Si no cultivamos una cultura del esfuerzo pedagógico e innovador en las escuelas, correríamos el riesgo de forjar una generación de individuos incapaces de superar los obstáculos del mundo contemporáneo, cada vez más competitivo. A pesar de que somos un país de emprendedores, estamos alejados del progreso sostenido, desgraciadamente, debido a una de educación poco exigente que no contribuye al desarrollo. En la escuela, en honor al Día del trabajador, inoculemos en la mente de los estudiantes la cultura del esfuerzo y trabajo creativo, emprendedor e investigador, con el objetivo de generar una prosperidad compartida. © David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCP.
Instagram