Resiliencia

Panamá e Israel fortalecen las capacidades comerciales impulsando la Innovación e el Emprendimiento en Panamá

Panamá, 24 de enero 2025. La Embajada de Israel y la Autoridad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (AMPYME) inauguraron el seminario taller “Fomento de la Innovación y el Emprendimiento Aptitudes del emprendedor: Liderazgo y Resiliencia”, el cual es dictado por la directora de Programas de Innovación y Emprendimiento del Centro Internacional MASHAV Carmel Golda Meir de Israel, Nuria Levy. Este evento que fue inaugurado por el director de AMPYME, Raúl Fernández, y el Jefe de Misión Adjunto de la embajada, Jakin Mandelblum, se realiza con el objetivo principal de impulsar la innovación y el emprendimiento en el país, promoviendo el intercambio de ideas y experiencias entre los distintos actores del sector público, privado, academia y ecosistemas de emprendimiento. La actividad se lleva a cabo en el marco de la implementación del Capítulo 13 (Cooperación Comercial y Económica) del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Panamá e Israel. Para impulsar la cooperación y asistencia técnica internacional, promoviendo el aprovechamiento de los beneficios y oportunidades resultantes del Tratado de Libre Comercio entre la República de Panamá y el estado de Israel. A través del capítulo de cooperación comercial y económica se pueden mejorar las capacidades comerciales de Panamá, creando nuevas oportunidades para el comercio, inversión, servicios, investigación, desarrollo y transferencia de tecnología. Jakin Mandelblum subrayó que el recurso que hace que todo lugar se desarrolle de forma integral es su recurso humano. En Israel nuestro mayor recurso es nuestra gente y hemos desarrollado diferentes modelos de como innovar para mantener una cultura de innovación permanente. Es lo que queremos compartir con Panamá. Isabel Méndez, directora de Asuntos Económicos, Comerciales y Proyectos Especiales de la embajada enfatizó que uno de los principales objetivos del seminario además de apoyar a fortalecer las capacidades de Panamá es aprovechar las oportunidades que ofrece el TLC Panamá – Israel. Por su parte, el director de AMPYME Raúl Fernández, manifestó que la transferencia de conocimientos es un requisito esencial y le tenemos que dedicar tiempo necesario para poder emprender de forma sostenible para crecer y que mejor de la mano de la experiencia de Israel, un país que invierte de su presupuesto de inversión, un alto porcentaje en ciencia e innovación, buscando nuevas tendencias para hacer crecer economías y así allá es donde queremos ir. Crear desarrollo empresarial en nuestro país, poder pasar de la informalidad a la formalidad. Agradezco la oportunidad y espero que los participantes presentes sean ese boca a boca de todo lo aprendido aquí, para que más panameños se animen a recibir esta información para hacer crecer sus negocios. Entre los participantes estuvieron representantes del ministerio de Comercio, del ministerio de Agricultura, Ciudad del Saber, Centro Nacional Y Competitividad, AMPYME, Universidad Tecnológica de Panamá (UTP), REDNOMIPEM, Junior Archievement de Panamá, Quality Leadership University (QLU), Instituto FETAC y AEI Panamá. Se espera que los mismos adquieran herramientas valiosas y conocimientos que les permitirán impulsar sus iniciativas empresariales, así como fortalecer la colaboración entre los sectores presente.

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Retos de la educación básica para este 2025

David Auris Villegas – davidauris@gmail.com https://orcid.org/0000-0002-8478-6738 Una educación que induzca a pensar y ser solidarios son pilares del éxito social. En un universo inequitativo e incierto, solo las personas con mente creativa y visionaria podrán sobresalir. En este panorama, propongo estos retos a los actores de la educación básica, pero no al gobierno peruano, que está plagado de funcionarios con doctorados que solo se preocupan por cuidar su puesto sin importar que la buena educación mejora vidas. Se argumenta que el centro de la educación son los estudiantes. Esto es comparable con un equipo de fútbol que, al relegar la función del técnico, arruinaría el éxito de los jugadores. Por ello, es urgente recuperar la autoridad de los maestros en las aulas, señala la pedagoga Inger Enkvist, pues ellos son quienes encienden la mente de los estudiantes. Durante la era del cerebro, es clave que los docentes enseñemos a pensar mejor a los estudiantes, sugiere el filósofo Robert Swartz, afín de que tomen decisiones correctas. Al mismo tiempo, desarrollemos su capacidad de resiliencia y perseverancia como estilo de vida. El filósofo Michel Bernard y el reconocido escritor Ken Robinson nos invitan a canalizar la genuina energía de los estudiantes hacia la poderosa creatividad, evitando formar personas consumidoras y repetitivas. Fomentar de manera sostenida el espíritu investigador en el ADN de los estudiantes es una de nuestras prioridades. Del mismo modo, debemos explorar las oportunidades que ofrece la inteligencia artificial y el STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) como ejes transversales de la educación. En esta era donde los negocios son fundamentales para la prosperidad, sembremos una cultura financiera, emprendedora y visionaria. Vigoricemos la habilidad de la negociación basada en un lenguaje diplomático, acorde con una realidad global sustentada en las interrelaciones humanas. Por otro lado, eduquemos estudiantes empáticos y compasivos, capaces de ponerse en el lugar de otras personas, en el marco del respeto hacia los demás, como un valor incalculable para alcanzar una convivencia armoniosa. Finalmente, nuestro mayor desafío pedagógico radica en desarrollar el inmenso potencial de la mente humana en un mundo marcado por la inteligencia artificial y la incertidumbre. Autor: David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCPC.

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Conversatorio sobre memoria e identidad 35 años de la Invasión de Panamá

Este Lunes 16 de diciembre se realizó el conversatorio Memoria e identidad 35 años de la Invasión a Panamá por el ejército norteamericano en 1989 la Manzana de Santa Ana Organizado por Cine Distrito y Raíces de mi barrio apoyado por la Comisión 20 de Diciembre, Juventudes Revolucionarias 16 y Redcrea donde se presentaron las películas Ni un paso Atrás de Massiel Gomez, Sin Causa, Memoria, Just Cuz Episodio Juanxu Rodriguez Donde caen los héroes y 1989 de Massiel Robles Raíces de mi barrio. Después de la presentación de las películas se hizo un conversatorio con el público donde participaron los cineastas Henrye Abrego, Enrique Castro, Ricardo Correa, Aris Mariota y Pedro Silva moderado por Ileana Correa. La muestra se propone no solo revisar los hechos desde una perspectiva histórica, sino también ofrecer un espacio para la memoria colectiva, el arte y la resistencia de un pueblo que a pesar del dolor y la destrucción, siguió adelante en busca de justicia y resiliencia. El cine ha sido una vía para entender y procesar las complejas realidades de la invasión de Panamá. Las obras que proyectaremos nos permitirán conocer las diferentes visiones audiovisuales de este conflicto. A través del cine y demás artes, se abren espacios para el diálogo y la reflexión sobre la soberanía, la memoria y la identidad. Redacción Pedro SilvaFotos @cine_distrito

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La SEE refuerza prevención de adicciones con guías para docentes y padres

“Trabajamos de la mano con el Gobierno Federal para brindar herramientas a docentes, padres y madres de familia, que ayuden a prevenir el consumo de sustancias nocivas entre los jóvenes”, señaló la secretaria de Educación, Gaby Molina. Es por eso que la Secretaría de Educación del Estado (SEE) comparte las guías de la campaña nacional Si te drogas, te dañas, en la página https://estrategiaenelaula.sep.gob.mx/, son gratuitas y están disponibles para descarga a todo el público. A través de estas guías, se brinda información actualizada sobre los diferentes tipos de drogas, sus efectos a corto y largo plazo, así como estrategias para prevenir el inicio del consumo y fomentar la resiliencia en los jóvenes. La Secretaría de Educación del Estado (SEE) refuerza las herramientas, conocimientos y habilidades necesarias en las y los maestros para convertirse en agentes de cambio y contribuir a la construcción de comunidades más saludables. Con la implementación de estas guías, Michoacán reafirma su compromiso con el bienestar de las y los jóvenes, promoviendo la educación integral y el desarrollo de habilidades socioemocionales que permitan a los estudiantes tomar decisiones informadas y responsables.

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Vulnerabilidad heredada: La otra cara de la generación de cristal

Fredy E. Cauich CarrilloIEMS- SECTEI CdMx “El mundo ideal es el mundo en el que aprendemos a controlar el crecimiento de población de tal forma que en cada país no haya demasiada gente. Un mundo en el que cuando tomas una decisión te preguntes: ¿Cómo afectará esta decisión de hoy a las generaciones del futuro? Un mundo en el que no tengamos tanta presión por parte de los grandes negocios. Un mundo en el que se permite a los niños ser niños y divertirse. Y un mundo en el que aprendemos a respetar a los demás seres vivientes y a estar en armonía con la naturaleza” Dra. Jane Godall El término “generación de cristal” ha sido ampliamente utilizado para describir a los jóvenes del siglo XXI, caracterizándolos como frágiles y fácilmente ofendidos. Sin embargo, esta etiqueta despectiva  ignora los factores complejos que han dado forma a las nuevas generaciones. Los jóvenes de hoy están en un mundo complejo, enfrentando desafíos sin precedentes. Han sido testigos invisibilizados de cambios profundos en el mundo, desde avances tecnológicos hasta crisis ambientales globales, y han crecido en un entorno donde la información está al alcance de un clic, pero también cargado de incertidumbre, sofismas y estrés. Juzgar a estos jóvenes sin considerar el contexto en el que crecieron es injusto. En mi opinión, lejos de ser frágiles, ellos muestran niveles de empatía, conciencia social y compromiso interesantes, pero que nuestras ataduras del siglo pasado nos impide percibir. Esta generación crece en un entorno caracterizado por la incertidumbre, la sobrecarga de información y la presión por alcanzar la ficción de la perfección y por otra parte la vulnerabilidad atribuida a esta generación no surge de la nada. Muchos jóvenes han sido criados por padres que, en su intento de protegerlos, priorizaron su seguridad emocional y física, a veces a expensas del desarrollo de la resiliencia. Los padres de hoy, a menudo sobrecargados y enfrentados a presiones laborales y sociales sin precedentes, hacen lo mejor que pueden para criar a sus hijos. Culparlos por las características de la generación de cristal es simplista y contraproducente. La supuesta fragilidad de esta generación no es una falla inherente, sino el resultado de un contexto sociocultural. En lugar de señalar con el dedo, debemos colaborar para crear entornos más saludables y equitativos para todos, ellos y nosotros. Para potenciar a los jóvenes, es fundamental ofrecerles una educación que no solo transmita conocimientos, sino que también fomente la resiliencia, la creatividad y el pensamiento crítico. Esto implica replantear la evaluación implementando sistemas más auténticos y personalizados que promuevan el aprendizaje profundo y la creatividad; fomentar el aprendizaje socioemocional desarrollando habilidades como la empatía, la resiliencia y la inteligencia emocional en los estudiantes; aprovechar las tecnologías educativas para transformar la forma en que enseñamos y aprendemos; y crear una colaboración entre la escuela y la familia para un entorno de aprendizaje integral que involucre a la escuela, la familia y la comunidad. La tecnología y las redes sociales han transformado radicalmente la forma en que vivimos y nos relacionamos. Si bien estas herramientas ofrecen numerosas oportunidades, también presentan desafíos para la crianza de los hijos. Los padres deben navegar por un entorno digital complejo y aprender a establecer límites saludables para proteger a sus hijos.  Para la gran mayoría de los padres, es natural querer proteger a los hijos de cualquier daño. Sin embargo, es importante recordarles que la adversidad también puede ser una oportunidad para crecer y aprender. Al permitir que los hijos enfrenten desafíos de manera gradual y con nuestro apoyo, como institución educativa, les estamos enseñando habilidades valiosas para la vida. La comunicación abierta y honesta es fundamental para construir una relación de confianza con nuestros ellos. Al escuchar sus preocupaciones y validar sus emociones, les estamos mostrando que ya no son invisibles. Consideremos un ejemplo:Juan, un joven de 18 años recién egresado de la educación media superior, creció en una familia donde sus padres se esforzaron por protegerlo de cualquier adversidad. Desde pequeño tuvo acceso a una educación y un ambiente familiar sin adjetivos de bueno o malo. Sin embargo, cada vez que enfrentaba una dificultad, sus padres intervenían rápidamente para resolverla. Esta protección constante, aunque bien intencionada, tuvo un efecto secundario: Él no desarrolló las habilidades necesarias para manejar el estrés y las dificultades por sí mismo. Al llegar a la universidad, se encontró con un mundo menos indulgente y más competitivo. Sin la intervención constante de sus padres, Juan comenzará a sentirse abrumado por la presión académica y social. El caso de Juan no es único. Muchos jóvenes han experimentado una crianza similar, donde la protección excesiva ha limitado su capacidad para enfrentar desafíos de manera autónoma. Este proceso, conocido como “crianza helicóptero”, ha sido identificado como un factor que contribuye a la percepción de la generación de cristal. Los padres helicóptero, en su deseo de proteger a sus hijos, a menudo sin darse cuenta, les privan de la oportunidad de desarrollar habilidades de afrontamiento y resiliencia. Es importante reconocer que esta forma de crianza no surge de la negligencia, sino de un deseo profundo de proteger y asegurar el bienestar de los hijos. Sin embargo, el desafío radica en encontrar un equilibrio entre brindar apoyo y permitir que los jóvenes enfrenten y superen sus propias dificultades. La protección excesiva puede tener consecuencias no deseadas, y es aquí donde se hace evidente la necesidad de un cambio de enfoque. En lugar de juzgar a la generación de cristal, debemos enfocarnos en proporcionarles las herramientas y recursos necesarios para fortalecer su resiliencia. Esto implica fomentar un ambiente donde se valore la autonomía y la capacidad de afrontar desafíos, al mismo tiempo que se ofrece un apoyo adecuado. Programas de educación emocional y habilidades para la vida pueden ser fundamentales en este proceso, ayudando a los jóvenes a desarrollar la confianza y las habilidades necesarias para enfrentar el mundo con fortaleza y adaptabilidad. Es esencial que la sociedad en su conjunto cambie su percepción de la

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El docente, impulsor de una vida mejor

David Auris Villegas – davidauris@gmail.com Como profesor y columnista, estoy convencido de que es más importante vivir de manera optimista, en lugar de atormentarse por los sinsabores de la vida. De acuerdo con nuestro estado de ánimo, impactamos y transformamos la vida de los estudiantes, haciendo de ellos más felices o infelices. No obstante, guiarlos hasta lograr construir su mejor versión es nuestro deber. En un planeta impredecible y líquido, en el cual los valores prácticos y los conocimientos, rápidamente se diluyen y se multiplican debido al imparable progreso de la ciencia. Las expectativas de los niños, adolescentes y de la sociedad, se encuentran en las espaldas de los educadores como alma de la educación, puesto que en sus manos radican cierta parte de lo que ellos vivirán mañana. Esta enorme responsabilidad formativa, lo convierten en garantes de una sociedad más justa, equitativa y con mayores oportunidades para todos, en correspondencia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 4 al 2030. Abocados a formar buenas personas, para un mundo más democrático y sostenible, creo que los docentes debemos abrazar la resiliencia y apoyarnos en tantos referentes mundiales, quienes coinciden que la educación transforma vidas. Se consigue esto desde la labor pedagógica inspiradora, lo cual es un desafío para la comunidad docente, porque somos los profesionales más vapuleados en los países en vías de desarrollo. ¿Cómo podemos contagiar de entusiasmo a los estudiantes, cuando la sociedad poco nos valora?   Es cierto, pero los maestros convivimos con los estudiantes en nuestra labor pedagógica, por lo que ellos, terminan influenciados por nosotros. Por ello, esforcémonos en cultivar una actitud alegre ante la vida cotidiana, para transmitir esa cualidad en las aulas, como una forma de vida, según afirma Víctor Küppers. Esther Wojcicki sostiene que los educadores somos responsables de formar estudiantes que consideren a sus compañeros, amigos y no competidores. Al verse como aliados, cada día al despertarse sabrán que cuentan con su socio de la vida para realizar sus sueños. La presente acción implica que la comunidad docente pueda exhibir su vivencia en las instituciones educativas con base en la empatía. Esto refuerza el concepto de prójimo que, en estos tiempos, no tiene trascendencia debido a nuestro individualismo alimentada por las redes sociales. Asimismo, los docentes, a pesar de sus limitaciones económicas, han de abocarse a impulsar la pasión por el aprendizaje y la innovación, esto lo evidencian ante los estudiantes mediante hechos. Escriben y autopublican libros virtuales, brindan conferencias, producen y comparten contenidos en la autopista de la internet. Sin embargo, ¿los educadores están inspirando a los estudiantes? En el Perú hay pocos y cuando algunos de ellos ganan premios, la mayoría abandona la escuela y se pasan a las universidades o se convierten en funcionarios. Lo cual no está mal. Por consiguiente, además de adquirir conocimientos, aprendamos las actitudes inspiradoras de personas como, Gisei Dionicio Antazú y tantos otros, que han demostrado una extraordinaria pasión por la vida. Para terminar, en un entorno en el que la educación es una fuente primordial para el progreso humano, sin importar su situación y condición, los educadores, con sus actitudes positivas, pueden contribuir a mejorar la vida de millones de estudiantes. © David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCP.

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Arturo Barraza Macías

EDUCACIÓN SOCIOEMOCIONAL: UN CASO FALLIDO DE TRANSPOSICIÓN DIDÁCTICA

EDUCACIÓN SOCIOEMOCIONAL: UN CASO FALLIDO DE TRANSPOSICIÓN DIDÁCTICA Arturo Barraza Macías Todo proyecto educativo inicia con la selección del contenido de enseñanza-aprendizaje; este proceso, de convertir a un objeto de conocimiento en un contenido de aprendizaje, es más complejo de lo que se piensa. Ciertamente es un proceso que tiene claros tintes políticos, pero también es un proceso que requiere habilidades y conocimientos académicos. Este proceso, no obstante considerarse un tema crucial del campo de la didáctica y el curriculum, no ha sido suficientemente atendido por los estudiosos de la didáctica; una de las excepciones a esta tendencia fue la teoría de la transposición didáctica. Inicialmente fue Verret (1975) quien planteó la idea de que “toda práctica de enseñanza de un objeto presupone, en efecto, la transformación previa de su objeto en objeto de enseñanza” (p. 140). Posteriormente Yves Chevallard (1998) afirma que la transposición didáctica implica tres momentos: 1.- La existencia del saber sabio (prefiero el término conocimiento científico), 2.- La selección e integración de saberes sabios a un plan de estudio, convirtiéndolo en saber a enseñar (prefiero el término contenido de aprendizaje), 3.- La concreción del saber a enseñar en la práctica docente convirtiéndose en saber enseñado (prefiero el término conocimiento enseñado). Posteriormente otros autores han agregado dos fases: el saber (conocimiento) aprendido y el saber (conocimiento) evaluado. Las sugerencias generales, y en algunos casos específicas, para hacer el tránsito de una fase a otra, ayudan a los estudiosos de la didáctica y a los formuladores de planes de estudio a conseguir el objetivo planteado. Un ejemplo de este tipo de sugerencias lo tenemos cuando se afirma que es fundamental evitar que, en la reformulación y simplificación de ese conocimiento (saber enseñado), se llegue a contradecir el conocimiento científico del que se parte, por lo que es menester estar actualizado al respecto. Una vez que se ha planteado de manera sucinta este proceso cabe preguntarse si en el caso de la educación socioemocional se realizó una adecuada transposición didáctica. No es el objetivo de este trabajo analizar todo el proceso por lo que solo centraré la atención en la primera transición: constituir al conocimiento científico en contenido de aprendizaje por lo que mi pregunta al respecto es ¿Cómo se ha desarrollado la transición de conocimiento científico sobre las emociones al contenido de aprendizaje de la educación socioemocional? Para responder a esta pregunta desarrollaré una lógica de exposición configurada por tres momentos: a) las emociones como conocimiento científico, b) las emociones como contenido de aprendizaje, y c) del conocimiento científico al contenido de aprendizaje. Las emociones como conocimiento científico. El campo de estudio de las emociones ha transitado de las definiciones multidimensionales hacia la identificación de las emociones básicas, sin olvidar los modelos teóricos que explicarían su origen (Chóliz, 2005). En el caso de las definiciones multidimensionales se considera más adecuada la proporcionada por Oatley (1992) quien afirma que la emoción podría definirse como una experiencia afectiva en cierta medida agradable o desagradable, que implica esencialmente una conducta fenomenológica y que compromete tres sistemas de respuesta: cognitivo-subjetivo, conductual-expresivo y fisiológico-adaptativo. En el caso de los modelos teóricos es necesario mencionar las perspectivas evolucionistas, que destacan el papel adaptativo de las emociones (p. ej. Plutchik, 1980), y las cognoscitivistas, que enfatizan el carácter interpretativo en la evaluación de la situación que genera la emoción (p. ej. Lazarus, 1991). Bajo estas perspectivas se pueden plantear cuatro ideas fuerza a tomar en consideración como puntos neurálgicos del conocimiento científico del campo de las emociones. 1.- Las emociones tienen una función adaptativa ya que son facilitadoras de la respuesta apropiada ante las exigencias ambientales. 2.- Hay ocho emociones básicas: alegría, confianza, miedo, sorpresa, tristeza, asco, Ira y anticipación. 3.- Todas las demás emociones son una combinación de emociones primarias, por ejemplo sorpresa y tristeza generan decepción. 4.- Una de las funciones más importantes de la emoción es la de preparar al organismo para que ejecute eficazmente la conducta exigida por las condiciones ambientales, por ejemplo el miedo conduciría a conductas de protección. En la década de los 90s el campo de las emociones recibió un fuerte impulso, en términos de popularidad exclusivamente, cuando Salovey y Mayer (1990) plantean la existencia de la inteligencia emocional que consistía centralmente en la habilidad de manejar los sentimientos y emociones, discriminar entre ellos y utilizar estos conocimientos para dirigir los propios pensamientos y acciones. En el año 1997 estos autores revisaron el concepto anterior y establecieron una nueva definición que consideraron más completa, conceptualizándola como “la capacidad de percibir con exactitud, valorar y expresar emociones; la capacidad de encontrar y/o generar sentimientos cuando éstos faciliten el pensamiento y la capacidad de comprender y regular las emociones para promover el crecimiento emocional e intelectual” (Mayer & Salovey, 1997, p. 5). Goleman (1996), retomando las aportaciones de Salovey y Mayer (1990), afirmó que la inteligencia emocional es: 1) Conocer las propias emociones: 2) Manejar las emociones: 3) Motivarse a sí mismo: 4) Reconocer las emociones de los demás: 5) Establecer relaciones. Esta teoría de la inteligencia emocional, en lo general, y la teoría de Goleman (1996), en lo particular, ha sido fuertemente criticada por la falta de apoyo empírico; a este respecto Zeidner, Matthews & Roberts (2004) afirman que la evidencia estrictamente científica es insuficiente y la literatura se basa demasiado en opiniones de expertos, anécdotas, estudios de casos e investigaciones privadas inéditas. A varios años de esta revisión se puede afirmar que la situación no ha mejorado sustancialmente. En ese sentido coincido con Davies et al. (1998) quienes afirman que el conocimiento que se tiene de la Inteligencia Emocional proviene más de la literatura comercial que de la investigación científica y, a pesar de algunos avances al respecto, en los últimos años la situación no cambia estructuralmente hablando el status teórico de esa teoría. Las emociones como contenido de aprendizaje El contenido de aprendizaje a enseñar en los diversos programas y proyectos hacen referencia de manera particular a competencias emocionales (Bisquerra, 2003) o habilidades socioemocionales (Hernández, et

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Minerva González Monroy

El impacto del Pensamiento Crítico para superar la Contingencia Sanitaria

El impacto del Pensamiento Crítico para superar la Contingencia Sanitaria Minerva González Monroy Toluca, México. Una vez implementada la Contingencia por COVID-19, la población mexicana ha enfrentado situaciones que no tenía contempladas; haciendo uso de habilidades como el pensamiento crítico para resolver situaciones personales y sociales, en el caso de la comunidad educativa, los alumnos de media superior demuestran con sus acciones y propuestas que están informados, y que desean colaborar desde donde se encuentran.  Algunos de ellos han tenido que salir a trabajar ya que se ha desestabilizado la economía familiar, otros deciden con responsabilidad, colaborar con la comunidad que los rodea. El presente trabajo, pretende mostrar cómo el pensamiento crítico puede impactar en la vida de algunos alumnos de nivel medio superior, los cuales pertenecen a comunidades semiurbanas, procedentes de los municipios de Zinacantepec, Zacahualco, La cañada, San Lorenzo, San Francisco, Santa María, San Cristóbal, San Juan y Tabernillas, en el Estado de México. Se trata de un grupo de 51 jóvenes a los cuales se les envió un cuestionario para conocer cómo el pensamiento crítico puede ayudar enfrentar las consecuencias de la contingencia sanitaria. En la tabla 1 se encuentra el referente al contexto familiar donde se identificaron los siguientes rasgos: Tipo de familia Nivel socioeconómico Nuclear Monoparental Extensa/ Viven con otros familiares. Alto Medio Bajo 40 8 3 7 22 20 Tabla 1. Tipo de familia y nivel socioeconómico de los alumnos objetos del presente estudio. El nivel socioeconómico se determinó con las especificaciones de un formato estandarizado por el departamento de orientación educativa del Bachillerato General. Para abordar los resultados del cuestionario aplicado, es importante recordar algunos conceptos como el pensamiento, tal como lo menciona Victoria Jara (2012) “es un reflejo de la realidad en tanto se perciba el objeto real y se concretice lo visualizado… se visualiza solamente en la mente de quién lo piensa” (representación mental), como producto social, relacionado con el contexto en el que se presenta. Una vez que se percibe determinada realidad mediante el sistema de constructos, “los constructos se van consolidando en el intercambio cotidiano con el medio… son una mezcla de conocimiento, afectividad y acción… son permeables a las nuevas experiencias y acontecimientos (págs. 55, Kelly, 1955 en Jara, 2012) es decir lo que se vive cada día, se considera apropiación del pensamiento, entonces, podemos pasar al siguiente nivel: el pensamiento crítico, donde el sujeto no sólo va a realizar representaciones mentales, sino va a reconstruirlo a través de la reflexión (Jara, 2012), o cómo lo señalan Richard Paul y Linda Elder (2007) “El pensamiento crítico implica aquel que tiene un propósito claro… cuestiona la información. Se empeña en ser exacto, preciso y relevante. Busca profundizar con lógica e imparcialidad.  Para Robert Ennis  (2018, pág. 92 Citado en Bezanilla et al.) el pensamiento crítico es un proceso complejo que implica tres dimensiones: lógica, criterial y pragmática (decisión para construir y transformar el entorno). Pensar críticamente no sólo es reflexionar acerca de un problema sino hacer propuestas para resolverlo y prevenirlo, tal como se ha venido trabajando a lo largo de las diferentes etapas de desarrollo en los diversos contextos educativos, por los que el niño transita hasta convertirse en un adulto; se ha tenido cuidado de desarrollar el pensamiento en el contexto educativo. Partiendo de la educación preescolar donde se plantean aprendizajes que el educando pueda utilizar en sus actividades cotidianas, fomentando el pensamiento, cuestionando, comparando, etc. (SEP, 2015), en la primaria se espera que al término de la misma sea capaz de analizar situaciones, identificar problemas, proponer soluciones y tomar decisiones (SEP, 2009), en la secundaria se espera que  argumente, razone y emita juicios  (Subsecretaría de Educación Básica, 2019) hasta que en el nivel medio superior, se plantea que favorezca la convivencia y el diálogo con respeto a la diversidad, que colabore de manera constructiva, busque entender su entorno, regule sus emociones, cuide de su salud y piense de manera crítica, entre otros (SEMS, 2020) dando lugar a un ciudadano responsable y activo ante la sociedad que lo rodea.   Los datos arrojados por los cuestionarios aplicados reflejaron que los jóvenes se sienten cómodos con el aislamiento, debido a que han tenido oportunidad de relacionarse mejor con sus familias a través de la convivencia y esto los ha mantenido unidos; consideran que se han beneficiado con la situación desde el punto de vista en que pueden cumplir con sus actividades académicas, además de participar en las labores de su hogar realizando tareas de limpieza y reparación. 91% de los jóvenes permanecen en casa, y los que tienen que salir, lo hacen por cuestiones de trabajo. El 100%, sigue las indicaciones de seguridad para la cuarentena: sana distancia, uso de gel y cubrebocas entre otros (Secretaría de Salud, 2020) ya que desde su punto de vista es importante cuidarse y cuidar a las personas que los rodean, es según la mayoría, una manera de contribuir con la sociedad siendo solidarios; es decir, están informados, atendiendo y entendiendo las implicaciones de sus acciones con sus respectivas consecuencias, lo que demuestra que están empleando el pensamiento crítico, algunos dicen estar conscientes de los privilegios que tienen y de su deber con su familia, hacen lo posible para cumplir con sus responsabilidades e incluso muestran su deseo de colaboración apoyándose para enviar las actividades que solicitan los docentes, le dan un propósito a sus acciones y si es necesario buscan  información para complementar sus saberes encaminando sus acciones a la reconstrucción de su entorno, esto además de volverlos pensadores críticos promueve su resiliencia, entendiendo la resiliencia como la capacidad de adaptación ante las adversidades (riesgos reales) (García del Castillo, García del Castillo, López, & Díaz, 2016) y su habilidad para resolver problemas que enfrentan en la realidad. Retomando que la convivencia con su familia les ayuda a fortalecer su autoestima impulsándolos a emplear sus habilidades al grado de sentirse motivados, valorando la convivencia social. Podemos decir que estas habilidades son palpables en el caso del grupo estudiado, el cual, está potencializando sus

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